¿Hola?



Muchos están corriendo desorientados y en constante confusión debido a la falta de esperanza que día a día se acaba. Actos tan simples como mirar los noticieros pueden llevarte a la incertidumbre y a la desesperanza. Te sientes sin ganas de seguir, sin un impulso que te haga creer que tu esfuerzo vale la pena. Incluso te preguntas dónde está Dios. 
Por esta razón, muchas veces necesitamos oír palabras de aliento, algo que encienda de nuevo en nosotros la llama de la esperanza. El ánimo que nos ayude a recuperar las ganas de seguir adelante. Así que buscamos en las personas palabras que puedan levantarnos el espíritu. Pero,  ¿te ha ocurrido que buscas alguien con quien charlar, pero nadie tiene tiempo? E incluso si logras entablar una conversación, frecuentemente esa persona no presta atención a lo que dices, o sólo esperan la oportunidad para hablar de sí misma. ¡Eso es realmente molesto! 

Bueno, la buena noticia es que hay alguien que siempre está dispuesto a escucharte, el tiempo que quieras, en el momento que lo necesites. ¡Tú puedes hablar con  Dios las 24 horas del día, los 7 días de la semana!
  La mala noticia es que... no solemos hacerlo tan frecuente como él desea. Nuestra manera de orar importa, pues si tú eres de esas personas que no dejan hablar al otro, probablemente no estés escuchando lo que Dios quiere decirte. Tenemos la mala costumbre de orar solamente en urgencias, y esperar una  respuesta inmediata de su parte. Exigimos una respuesta rápida y Dios no funciona así. Si has "llamado" a Dios y sientes que te ha dejado en espera, probablemente necesites pensar en cómo has orado. Recuerda  que Él no acude a nosotros por nuestra desesperación, sino por nuestra obediencia. No podemos "manipular" a Dios de ninguna manera.  Lee  Romanos 15:13,

Le pido a Dios, fuente de esperanza, que los llene completamente de alegría y paz, porque confían en él. Entonces rebosarán de una esperanza segura mediante el poder del Espíritu Santo.


Toma el tiempo para escuchar su voz, él desea llenar tu corazón de palabras de esperanza, paz y alegría, tal como dice Romanos, sólo necesitas estar dispuesto a "llamarle" y escuchar atentamente lo que tiene que decirte. 
Y r ecuerda, la desesperanza es la muerte a todas las posibilidades del futuro. Puedes permanecer en el pesimismo, o llamar a Dios todos los días para mantener tu esperanza al tope, cultivandola en charlas sinceras y no en las situaciones de desesperanza a tu alrededor. 


 


Tu amigo, 
Randy O. Morrison.

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