gráfico por
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T6.4 [42] 25 La única seguridad
real radica en proyectar
solamente el Espíritu Santo, porque a medida que ven Su afabilidad en otros, la
propia mente de ustedes se percibe
a sí misma como totalmente inofensiva.
26 Una vez que ella puede aceptar esto completamente,
no ve ninguna necesidad
de protegerse.
27 Así, la protección de Dios emerge en ella, asegurándole que está por siempre perfectamente a salvo.
28 Los que están perfectamente a salvo
son completamente benévolos.
29 Bendicen porque saben que
son benditos.
30 Desprovista de ansiedad, la mente es totalmente afable y, puesto que
extiende caridad,
es también caritativa.
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CH 6.
EL ATAQUE Y EL MIEDO
6.4
LA RENUNCIA A ATACAR
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 68
El Amor no guarda
resentimientos.
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L68.1 1 Tú, que realmente fuiste creado por el Amor
1 a Su Semejanza, no puedes guardar resentimientos y conocer el reflejo aquí de Tu Yo
2.
2 Guardar un resentimiento es olvidar quién eres realmente.
3 Guardar resentimientos es verte a ti mismo como un cuerpo
3.
4
Constituye la decisión de permitir que el ego gobierne tu mente, y de condenar al cuerpo
4 a morir.
L68.2 5 Quizá aún no hayas comprendido del todo lo que guardar resentimientos le ocasiona a tu
concienciación.
6 Parece desgajarte de tu Fuente, y hacerte diferente de Él, tu Creador.
7 Te hace creer que Él es como lo que tú crees que has llegado a ser, pues nadie puede concebir a su Creador como diferente de sí mismo.
L68.3 8
Estando incomunicado de tu Yo —Quien sigue consciente de Su Semejanza con Su Creador— tu Yo parece dormir, mientras que la parte de tu mente
5
que en su sueño teje ilusiones parece estar despierta.
9
¿Puede ser todo esto el resultado de guardar resentimientos?
10
¡Claro que sí!
11
Pues aquel que guarda resentimientos está negando que fue creado por el Amor, y en su pesadilla llena de odio, su Creador se ha vuelto temible para él.
12
¿Quién puede soñar sueños llenos de odio y no temer a Dios?
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1
… Dios, Nuestro Padre,
2
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos — como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu
yo
es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9], T31.5
3
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
4
… que tu ego te hace creer que tú eres ese cuerpo, dotado de un cerebro,
5
En minúscula, la
mente
representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar
acertada
(el espíritu) o
equivocada
(el ego), dependiendo de la voz que escuche. El
espíritu
es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El
ego
es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones. Ver
T2.2, T2.3, T5.4, T7.6
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L68.4 13 Es tan cierto que aquellos que guardan resentimientos redefinirán a Dios de acuerdo con su propia imagen, como que Dios ciertamente los creó a Semejanza de Sí Mismo y los definió como Parte de Él.
14 Es tan cierto que aquellos que guardan resentimientos se sentirán culpables
6, como que los que perdonan
7 hallarán la paz.
15 Y es igualmente cierto que aquellos que guardan resentimientos olvidarán quiénes son realmente, como que los que perdonan lo recordarán.
16 ¿No estarías dispuesto a abandonar tus resentimientos si creyeras todo esto?
L68.5 17 Tal vez crees que no te puedes desprender de tus resentimientos.
18 Esto, sin embargo, no es más que un asunto de motivación.
19 Hoy trataremos de averiguar cómo te sentirías sin ellos.
20 Si lo logras, aunque sea muy brevemente, nunca volverás a tener problemas de motivación en relación a esto.
L68.6 21 Comienza la práctica más larga de hoy buscando en tu mente personas contra las que guardas lo que consideras son importantes resentimientos.
22 Algunas de ellas serán muy fáciles de identificar.
23 Piensa luego en los resentimientos aparentemente insignificantes que guardas en contra de personas a quienes aprecias e incluso crees amar.
24 Muy pronto te darás cuenta de que no hay nadie contra quien no guardes algún tipo de resentimiento.
25 Esto, según la percepción que tienes de ti mismo, te ha dejado solo en medio de todo el universo.
L68.7 26 Resuélvete ahora a ver a todas esas personas como amigos.
27 Diles a todas ellas, pensando en cada una por separado:
L68.8 28
Te consideraré mi amigo, de manera que pueda recordar que realmente eres parte de Mí, y así poder llegar a conocerme a mí mismo
8
.
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6
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo que así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
7
Perdonar
es un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad, defensas, y con algo de paz y alegría; decido que quiero ver al mundo de otra manera y, para lo cual, invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad — Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
8
... como el reflejo aquí de mi Yo, Cristo, en Quien todos, sin excepciones —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno, el Hijo único de Dios.
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L E C C I Ó N 68
pár 9-14
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L68.9 29 Pasa el resto de la sesión tratando de imaginarte a ti mismo, completamente en paz con cada uno y con todo, a salvo en un mundo
9
que te protege y te quiere, y
al que tú —a tu vez— quieres.
30 Trata de sentir como la seguridad te rodea, te protege con sus alas y te sostiene.
31 Trata de creer —por muy brevemente que sea— que no hay nada que te pueda causar daño alguno
10.
32 Al final de la práctica, di interiormente:
L68.10 33
El Amor no guarda resentimientos.
34
Cuando me desprenda de todos mis resentimientos, sabré que estoy perfectamente a salvo.
L68.11 35 Las prácticas cortas deben incluir una rápida aplicación de la idea de hoy, tal como se indica a continuación, la cual deberá hacerse siempre que surja un pensamiento de resentimiento contra alguien, tanto si esa persona está físicamente presente o no:
L68.12 36
El Amor no guarda resentimientos.
37
No voy a traicionar a mi Yo.
L68.13 38 Además de eso, cada hora, repite la idea varias veces de la siguiente manera:
L68.14 39
El Amor no guarda resentimientos.
40
Quiero despertar como mi Yo, habiendo dejado a un lado todos mis resentimientos y despertando en Él.
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9
El
mundo real
es la meta de nuestro viaje, el estado de la mente que percibe aquí con el Espíritu Santo el reflejo de la eterna Unicidad. En esta percepción, no vemos nada que no justifique perdonar totalmente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirnos a otro (a otros) en una relación santa a favor de todos los demás. Ver
T12.7, LTe.8 (-L291)
10
… porque quieres creer que realmente no eres un cuerpo sino un Alma, perfecta y eterna, exactamente igual a las Almas de todos los demás cuerpos que fueron, son y serán, Una en el Alma única del único Hijo de Dios Quien, realmente, somos todos…
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
6
EL ATAQUE Y EL MIEDO
T6.4
LA RENUNCIA A ATACAR
pár
39-44
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T6.4 [39] 1 Hemos utilizado muchas palabras que usualmente no se consideran iguales como sinónimas.
2 Empezamos con "poseer" y "ser", y más recientemente hemos utilizado otras.
3 Por ejemplo, "escuchar" y "ser", a las que también podemos añadir "enseñar" y "ser", "aprender" y ser", y por encima de todas, "
proyectar" y "ser"
1.
4 Esto se debe, como mencionamos anteriormente, a que toda idea se origina en la mente del pensador y se extiende hacia afuera
2.
5 Por lo tanto, lo que se extiende
desde la mente
sigue en ella, y a
partir de lo que ésta extiende
se conoce a sí misma.
6 Ése es su talento natural
3.
7 La palabra "conoce" está bien usada aquí, aun cuando el ego
no conoce y no se preocupa para nada por
ser.
T6.4 [40] 8
El Espíritu Santo guarda todavía el conocimiento a salvo, mediante Su percepción imparcial.
9
Al no atacar nada, no obstaculiza en absoluto la comunicación de Dios.
10
Por lo tanto, el ser nunca
se
ve amenazado.
11
La parte de la mente de ustedes que es semejante a La de Dios
4
jamás puede ser profanada.
12
El ego nunca formó parte de ella, ni lo será jamás; no obstante, a
través
del ego ustedes
pueden
oír, enseñar y aprender
lo que no es verdad
.
13
A partir de todo esto, que
ustedes
hicieron
5
, se han enseñado a sí mismos a creer que
no son lo que realmente son
.
14
No pueden
enseñar lo que no han aprendido, y lo que enseñan lo refuerzan en ustedes
porque
lo están compartiendo.
15
Cada lección que enseñan, la
están
aprendiendo.
|
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1
Ser
, con mayúscula, es el Ser de Dios, Que, en el eterno Presente de Su Unicidad, abarca todas las Cosas creadas por Él en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, a saber: nuestras Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula,
ser
—cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo— es la experiencia de ser aquí el reflejo de lo que realmente somos todos con Dios en Su eterna Unicidad. Cuando pensamos con el ego, ser es la experiencia en nosotros de nuestro ego. Ver
T11.9 [83]
2 T6.3 [33] 53
Pero los pensamientos se originan en la mente
del que piensa
, y desde ahí se extienden hacia fuera.
3
Lo
natural,
en la eterna Unicidad o Cielo, es la perpetua armonía reinante y también la perpetua concordia alegre del Amor Que eternamente se profesan el Padre y Su Hijo, Cristo, en Quien todos, como Almas, somos Uno y, en Ello, la Creación se extiende. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo
natural
es ser reflejo de Lo que somos en la eterna Unicidad, es decir, miramos a todo y a todos como uno con nosotros, perdonamos y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Cuando pensamos con el ego, lo
natural
es lo que percibimos aquí con nuestros sentidos y que están regidos por las leyes de este mundo. Ver
T27.6 [44], L161.2
4
El
Espíritu
, con mayúscula, es el Pensar o Pensamiento de Dios, Que Él creó semejante a Sí Mismo. Todas las Almas unificadas como Una en el Espíritu de Dios es Cristo, el Hijo único de Dios. En minúscula, el
espíritu
es la parte de nuestra mente separada que aún se mantiene en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo, y cuyos pensamientos procesamos con la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión y de compartir. Cuando perdonamos y extendemos milagros con el Espíritu Santo, nuestro espíritu se convierte aquí en el reflejo del Espíritu de Dios. Ver
T5.3 [12], T5.5 [33]
5
… mediante el
yo primario
de vuestro ego empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento —el yo de mi ego primario— se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos. Ver:
T27.9 [82]
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T6.4
LA RENUNCIA A ATACAR
pár
41-42
|
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T6.4 [41] 16 Por eso, deben enseñar solamente
una lección.
17 Si han de verse ustedes mismos libres de conflictos, tienen que aprender
únicamente del Espíritu Santo y enseñar
únicamente por medio de Él.
18 Ustedes
son únicamente Amor, pero cuando lo negaron hicieron que lo que realmente
son sea algo que tienen que
aprender
6.
19 Dijimos anteriormente que el mensaje de la crucifixión fue "Enseñen
solamente Amor, pues Eso es Lo que
son
7".
20 Ésta es la
única lección que está perfectamente unificada, porque es la única que
enseña una sola cosa.
21 La única
manera de aprenderla es
enseñándola.
22 "Lo que enseñen es lo que aprenderán".
23 Si esto es verdad, y ciertamente lo es, no olviden que lo que enseñan les enseña a
ustedes.
24 Y que lo que proyectan
8, es lo que
creen.
T6.4 [42] 25 La única seguridad
real radica en proyectar
solamente el Espíritu Santo, porque a medida que ven Su afabilidad en otros, la
propia mente de ustedes se percibe
a sí misma como totalmente inofensiva.
26 Una vez que ella puede aceptar esto completamente,
no ve ninguna necesidad
de protegerse.
27 Así, la protección de Dios emerge en ella, asegurándole que está por siempre perfectamente a salvo.
28 Los que están perfectamente a salvo
son completamente benévolos.
29 Bendicen porque saben que
son benditos.
30 Desprovista de ansiedad, la mente es totalmente afable y, puesto que
extiende caridad,
es también caritativa.
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6
… a recordar
7
Ver
T6.2 [19] 81
8
La
proyección
, en el eterno Presente de la Unicidad, es de Dios y de Su único Hijo, que proyectan Amor Uno al Otro, y al hacerlo,
se extienden
Uno en el Otro. En cambio, aquí, cuando pensamos, actuamos y percibimos con el ego, la
proyección
es de la individualidad que necesita sobrevivir en el mundo de la evolución y escasez, proyectando espontáneamente ese pensamiento egocéntrico y defensivo hacia todo lo de afuera, incluyendo a los demás. Esta proyección también mantiene vigente nuestra separación de Dios. Pero el
Curso
nos enseña que podemos ver al mundo de otra manera y, para ello, primero tenemos que decidir pensar con el Espíritu Santo, aceptar el Redimir para nosotros mismos, perdonar, extender milagros y entablar relaciones santas para multiplicar las ocasiones de salvar a nuestros hermanos. Al hacerlo,
proyectaremos
hacia los demás el pensar de Amor del Espíritu Santo y, por medio de nuestra visión de Cristo, nos
extenderemos
en los demás que, ahora —en nuestra mente— serán uno con nosotros, reflejando así, aquí, la eterna Unicidad de Dios, donde realmente estamos todos, como Almas perfectas y eternas Una en Cristo, el Hijo único de Dios Quien es Uno con Su Padre y Creador. Ver
T2.1, T2.2 [23] y [25], T6.3, T7.9, T10.2
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T6.4
LA RENUNCIA A ATACAR
pár
43-44
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T6.4 [43] 31 La seguridad no es
otra cosa que la completa renuncia a atacar.
32 En esto, no es posible transigir.
33 Enseñen cómo atacar en la forma que
sea, y además de
haberlo aprendido les causará dolor.
34 No obstante, ese aprendizaje no es inmortal, y lo pueden desaprender
no enseñándolo.
35 Puesto que
no pueden no enseñar, la salvación de ustedes radica en enseñar exactamente
lo opuesto a todo lo que cree el ego
9.
36 Así es como
aprenderán la Verdad Que los hará libres y Que los mantendrá así a medida que otros La aprendan de
ustedes.
37 La única manera de
tener paz es
enseñar paz.
38 Al aprenderlo por medio de la proyección, se vuelve parte de lo que
saben pues no pueden enseñar aquello de lo que se disociaron.
T6.4 [44] 39 Sólo así podrán recobrar el Conocimiento que desecharon.
40 Una idea que
comparten tiene necesariamente que ser de ustedes.
41 Esta idea despierta en ustedes debido a la
convicción que tienen para enseñarla.
42 Recuerden que si enseñar es ser y aprender es ser, enseñar es aprender.
43
Todo lo que enseñan lo
están aprendiendo.
44 Enseñen solamente Amor, y aprendan que el Amor es de ustedes y que realmente
ustedes son Amor.
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9
El
especialismo
es la forma habitual de pensar de la individualidad nacida de la diminuta idea alocada del Hijo de Dios que pensó que podía separarse de Su Padre y "hacer cosas" por su cuenta. Al haber olvidado reírse de semejante idea, el pensamiento se convirtió en una idea seria de la que, entre otras cosas, resultó la ilusión de la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez. En esta realidad del ego, es el deseo de cada ser humano de estar separado y lo más arriba posible por encima de los demás seres humanos, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que es merecedor —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y las busca afanosamente en relaciones especiales en las que otros aparentemente le ofrecen amor, amistad y aprecio especiales, así como también a veces, la entrega de sus cuerpos y/o mentes igualmente especiales y, con ellos, de lo que poseen que nuestro ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir de verdad, ya que por sí mismo constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una. En consecuencia, el especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o error que puedan cometer; además de atacar a los que entre ellos, directa o indirectamente, interfieran o se opongan a sus designios interesados. Ver
T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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