Estimada comunidad JFK:
Es extraño estar escribiendo este mensaje, pero siento que este día no debe pasar desapercibido.
Hace exactamente un año que cerramos las puertas de nuestro querido campus y trasladamos nuestra escuela a nuestras casas y a nuestras computadoras. Un año en el que todos comenzamos una nueva experiencia de vida que ninguno de nosotros deseaba o buscaba, y que de alguna manera acercó al mundo entero mientras por otro lado nos separaba aún más.
Esta ha sido una época increíblemente difícil, no cabe duda. En nuestra propia comunidad, ha sido difícil para las familias, para los niños, para nuestros negocios y para nuestra escuela. Algunos de nosotros hemos perdido a alguien cercano y tal vez ni siquiera hemos tenido la oportunidad de hacer el duelo con nuestros seres queridos. Muchos de nosotros nos sentimos frustrados por la imposibilidad de viajar, de visitar a la familia y a los que están lejos, o simplemente de tener un descanso y relajarnos lejos de casa y de la tecnología. Todos hemos asumido la carga de esta pandemia de diferentes maneras y en diferentes grados, pero al final del día todos la estamos sufriendo, de alguna manera.
Al amparo de nuestros hogares, este año parece que todos hemos perdido mucho, y los resquicios de esperanza están ahí pero no siempre son fáciles de ver.
Para ser sinceros, no es justo. No nos merecemos esto. Pero en lugar de sentirme continuamente decepcionado y enojado con el mundo, me esfuerzo por centrarme en lo que sí tenemos. Lo que veo es que hay una especie de aceptación de todo esto. Se ha formado una rutina. No es algo que nos haga felices, pero nos da una extraña clase de confort, aunque no nos guste. El reto para todos nosotros es mantener esto, que siga funcionando, y seguir abrazando la seguridad que nos aporta, mientras seguimos teniendo la esperanza de que todo acabe pronto. En realidad, es poco lo que podemos hacer para acabar con esta crisis sanitaria, aparte de intentar mantenernos a sanos hasta que esto termine.
Mi preocupación personal y de temor por el futuro es mucho menor que cuando todo empezó hace un año. Y me reconforta tener menos incertidumbre que antes. No estoy contento con ello, y no me gusta, pero prefiero canalizar mi energía en aceptar lo que tenemos y trabajar duro para que sea lo mejor posible. Confío en que pronto tendremos las vacunas y confío en que esto acabará pronto. Tengo fe en que nuestras vidas volverán a la normalidad.
No ha dejado de impresionarme la forma en que todo el equipo del JFK se ha desenvuelto en este difícil año. Su resistencia, creatividad y flexibilidad mientras hacen todo lo posible para proveer a nuestra comunidad es asombrosa. Todos les estamos muy agradecidos. Han trabajado con un ánimo muy elevado para facilitar adaptaciones a las clases, al plan de estudios,a la evaluación, a los eventos, a los deportes, a la seguridad, finanzas, recursos humanos, servicios escolares, admisiones y a todos los demás aspectos de este complejo mundo que es el JFK. ¿Ejemplos de liderar, servir y crear belleza? Por supuesto. Todos los días.
No se trata sólo de nuestro personal; también es evidente esto en nuestros alumnos y en nuestra comunidad en general. Todos se han adaptado, y todos están teniendo éxito. Las escuelas y comunidades más fuertes, las más preparadas, saldrán adelante de mejor forma, y nosotros estaremos en ese grupo.
Todos estamos ya muy cansados de esta situación, pero seguimos fortaleciendo nuestras aptitudes. Como comunidad, todos estamos logrando lo extraordinario. Continuaremos así, si seguimos meditando y respondiendo a los nuevos problemas y retos que se nos presentan cada día.
Eleonor Roosevelt dijo una vez: "Ganamos fuerza, coraje y confianza por cada experiencia en la que realmente nos paramos a mirar al miedo a la cara. Debemos hacer lo que creemos que no podemos”.
¡Qué razón tenía! ¡Y nosotros estamos haciendo esas cosas!
Y mientras celebramos este "aniversario" de un año que nadie quería ni preveía, es evidente que los alumnos, el personal y los padres están haciendo un trabajo increíble para adaptarse a las realidades a las que nos enfrentamos. Cada semana estoy en comunicación con directores de escuelas de todo el mundo. Puedo asegurarles que no estamos solos en esto, y que no estamos fracasando. La enseñanza, el aprendizaje y la vida en todas las comunidades escolares del mundo se han transformado de una manera que las desafía a todas. Pero no todas las escuelas han conseguido llegar tan lejos, y no todas consiguen transmitir que ven oportunidades sólidas delante de ellas, y no todas son bendecidas con una comunidad de familias, alumnos y personal tan fuerte como la que tenemos en el JFK. Este año hemos sido puestos a prueba y hemos aprendido de ello.
Todos tenemos un papel que desempeñar cuando se trata de enseñar y aprender y apoyar el crecimiento de los alumnos, nuestros hijos. No es sólo responsabilidad de la escuela y del maestro, ni de los padres. Es un esfuerzo comunitario. Como siempre se dice: "Se necesita un pueblo...". Creo firmemente que este último año nos ha demostrado a todos lo importante que es confiar en los demás, y desempeñar bien nuestro papel. Como señaló el equipo visitante de Cognia en sus observaciones de la semana pasada, durante esta pandemia, hemos aumentado nuestra apropiación personal de nuestras responsabilidades y, como resultado, hemos reforzado nuestra fuerza colectiva como escuela y comunidad.
Sé que seguiremos haciéndolo y sé que, sea cual sea la situación que nos exija, profundizaremos y encontraremos soluciones para que todos podamos tomar las mejores decisiones para nuestros alumnos.
Les deseo a todos lo mejor. El JFK es un lugar formidable para estar, incluso en estos tiempos oscuros.
Por favor, aguanten... no tenemos fechas para el regreso al campus, pero todos estamos trabajando duro para considerar todas las opciones y hacer que nuestro eventual regreso sea el mejor posible. Y hasta ese día, recordemos que juntos podemos lograr lo extraordinario.
Mis mejores deseos para todos.
Adrian Leece
Director General