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T29.9 [57] 43
El anticristo es esto: la extraña idea de que hay un poder
más allá
de la Omnipotencia, un lugar
más allá
del Infinito y un tiempo que transciende Lo eterno.
44
Aquí, el mundo de los ídolos ha sido establecido por la idea de que ese poder, lugar y tiempo tienen forma, y configuran el mundo en el que ha ocurrido lo imposible
11
.
45
Aquí, Lo inmortal viene a morir; Lo que abarca todo, a sufrir pérdidas; y Lo eterno, a convertirse en esclavo del tiempo.
46
Aquí, Lo inmutable cambia y la Paz de Dios, que Él otorgó para siempre a toda cosa viviente, da paso al caos.
47
Y el Hijo de Dios, tan perfecto, sin pecado, y amoroso como su Padre, viene por un tiempo a odiar y a padecer y, finalmente, a morir.
UCSM TEXTO CH 29
EL DESPERTAR
T29.9
CRISTO Y EL ANTICRISTO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL JUICIO FINAL?
1-5
|
LTe.10 (-L311).1 1
La Segunda Venida de Cristo le confiere al Hijo de Dios el don de poder oír a la Voz que habla por Dios
1
proclamar que lo falso es falso, y que lo que es Verdad nunca ha cambiado.
2
Y éste es el juicio por el cual le llega su fin a la percepción
2
.
3
Al comienzo, vas a ver un mundo que ha aceptado que esto es verdad, al ser proyectado ahora desde una mente que ha sido corregida.
4
Y al darse esta santa visión
3
, la percepción bendice silenciosamente para luego desaparecer, al haber alcanzado su meta
4
y cumplido su misión.
LTe.10 (-L311).2 5
El Juicio Final sobre el mundo no encierra condena alguna,
6
pues ve al mundo como totalmente perdonado, libre de pecado y sin propósito alguno.
7
Al no tener causa —y ahora, en la visión de Cristo— sin función, sencillamente se disuelve en la nada.
8
Ahí nació y ahí también termina.
9
Y todas las figuras del sueño con el que comenzó el mundo, desaparecen con él.
10
Ahora, los cuerpos no tienen ninguna utilidad, y por lo tanto, también desaparecerán, pues el Hijo de Dios es ilimitado.
|
1
El
Espíritu Santo
, aquí, es el pensar de Cristo que conciencia el Conocimiento que yace más allá de la percepción. Al producirse la separación, el Espíritu Santo comenzó a estar presente aquí como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir. Allá, en la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios, Que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Algunos de Sus sinónimos en el
Curso
son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Maestro", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", " Vínculo", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver
T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
2
Percepción
: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo, y Uno con Dios— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, La
percepción
es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual interpretamos o juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, algo que ella ha proyectado de acuerdo con su creencia en la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Y cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, nuestra percepción gradualmente se vuelve "
acertada
", es decir, trata de librarse de cualquier pensamiento en el que se ataca, iniciando el proceso de llevarnos a la "
percepción verdadera
" en el mundo real donde perdonaremos a nuestro (s) hermano (s), perdonándonos así a nosotros mismos también. Ver
T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
3
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
4
La
meta
del
Curso
: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
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P A R T E 2
¿Qué es EL JUICIO FINAL?
pár 3-5
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LTe.10 (-L311).3 11
Tú que creías que el Juicio Final de Dios condenaría el mundo al infierno conjuntamente contigo, acepta esta santa Verdad: el Juicio de Dios es el don de la corrección que depositó sobre todos tus errores; corrección que te libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener.
12
Tenerle miedo a la gracia redentora de Dios es tener miedo de estar totalmente libre de sufrimiento, de regresar a la paz, de tener seguridad y felicidad, así como de tu unión con tu propia Identidad
5
.
LTe.10 (-L311).4 13
El Juicio Final de Dios es tan misericordioso como cada uno de los pasos de Su plan
6
para bendecir a Su Hijo, llamándolo a que regrese a la eterna Paz
7
que Dios comparte con Él.
14
No tengas miedo del Amor
8
,
15
pues sólo Él puede curar todo pesar, enjugar todas las lágrimas, y despertar pausadamente de su sueño de dolor al Hijo que Dios reconoce como Suyo.
16
No tengas miedo del Juicio Final.
17
La salvación te pide que Le des la bienvenida.
18
Y el mundo espera que Lo aceptes con agrado, lo cual lo liberará al mundo.
LTe.10 (-L311).5 19
Éste es el Juicio Final de Dios: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado.
20
Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí.
21
Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo".
|
5
Identidad
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas, somos realmente Uno, y Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la
identidad
del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver
T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
6
El
Plan de Dios
es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con Él y cada vez menos con el ego; de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T8.4 [22], T15.4 [33], T17.3 [9], L71, L72
7
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
8
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 311
Juzgo todas las cosas
1
como quiero que sean.
|
L311.1 1
Los juicios se inventaron para usarse como un arma contra la Verdad
2
.
2
Separan aquello contra lo cual se utilizan, y hacen que se vea como algo aparte y separado.
3
Luego hacen de ello lo que tú quieres que sea.
4
Juzgan
3
lo que realmente no pueden comprender, ya que no pueden ver la totalidad y, por consiguiente, juzgan falsamente.
5
No los usemos hoy; más bien, démoslos de presente a Aquel
4
que tiene un uso diferente para ellos.
6
Él nos salvará de la agonía de todos los juicios que hemos emitido contra nosotros mismos y restablecerá nuestra paz mental al ofrecernos el Juicio de Dios
5
con respecto a Su Hijo.
L311.2 7
Padre, hoy, esperamos con mentes receptivas oír Tu Juicio sobre el Hijo que amas.
8
No lo conocemos, por consiguiente no lo podemos juzgar.
9
Y así, dejamos que Tu Amor decida lo que él —a quien realmente creaste como Tu Hijo— debe ser.
|
1
Las
Cosas,
con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las
cosas
cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver
T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
2
La
Verdad
, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
3
… con su razón, lógica y sentido común
4
… el Espíritu Santo
5
El
juicio final
es la experiencia en mi fuero interior de la segunda venida de Cristo, después de haber aceptado el Redimir para mí mismo y la Verdad, de haber perdonado totalmente al otro y haberme unido a él, y haber extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. Es la Voz interior en mi espíritu —la parte de mi mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo— que me dice: "Tú, ahora, unido al otro y a todos los demás —como las Almas perfectas y eternas que realmente son, Una en Cristo, mi único Hijo— sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador,
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
29
EL DESPERTAR
T29.9
CRISTO Y EL ANTICRISTO
52-60
|
T29.9 [52] 1
¿Qué es un ídolo?
2
¿Piensas que lo sabes?
3
Pues los ídolos no se reconocen como tales y nunca se ven como realmente son.
4
Ése es el único poder que tienen.
5
Su
propósito
es oscuro, y son a la vez temidos y venerados
porque
no sabes para qué son, ni para qué fueron hechos.
6
Un ídolo es una imagen de tu hermano a la que le atribuyes
más
valor que a lo que él realmente
es
1
.
7
Los ídolos se hacen para
reemplazarlo
2
, sin importar la forma que adopten.
8
Y lo que
nunca
se percibe o se reconoce es lo siguiente:
9
Trátese de un cuerpo o de una cosa; de un lugar o de una situación; de una circunstancia o de un objeto que se posea o se desee; de un derecho que se exija o de uno que ya se tenga; siempre es lo mismo.
T29.9 [53] 10
No permitas que sus formas te engañen,
11
pues los ídolos no son sino substitutos de tu Realidad.
12
De alguna manera crees que van a completar a tu insignificante yo, y dejarte caminar con seguridad en un mundo que se percibe como peligroso y en el que hay fuerzas que se han agrupado, a fin de quebrantar tu confianza y acabar con tu paz mental.
13
Tus ídolos tienen el poder de suplir tus carencias y proporcionarte la valía que no tienes.
14
No hay nadie que crea en ídolos que no se haya convertido en esclavo de la insignificancia y de la pérdida.
15
Y así, tiene que buscar
más allá
de su insignificante yo la fuerza necesaria para levantar la cabeza, y apartarse de todo el sufrimiento que el mundo refleja.
16
Ésta es la sanción que pagas por no buscar en la quietud de tu fuero interno, la certeza y la calma que te va a liberar
del
mundo y permitirte apartarte de él, en
3
quietud y paz [ilimitada].
T29.9 [54] 17
Un ídolo es una falsa impresión, o una falsa creencia; una forma de anticristo que constituye una brecha
entre
Cristo, y lo que tú ves
4
.
18
Un ídolo es un deseo, hecho tangible al que se le ha dado forma, que se percibe así como algo real y al que se le ve como
externo
a la mente.
19
No obstante, sigue siendo un pensamiento, y
no puede
abandonar la mente que es su fuente.
20
Y su forma tampoco está apartada de la idea que representa.
21
Todas las formas de anticristo se oponen a Cristo
5
22
y se colocan ante Su rostro como un oscuro velo que
parece
desconectarte de Él, dejándote solo en la oscuridad.
23
No obstante, la luz está ahí.
24
Una nube no puede apagar el sol,
25
como tampoco un velo puede hacer desaparecer lo que parece separar, ni atenuar en lo más mínimo a la Luz
6
, en sí.
T29.9 [55] 26
Este mundo de ídolos
es
un velo que cubre el rostro de Cristo
7
porque
su
propósito
es separarte de tu hermano.
27
Es un propósito tenebroso y temible y, no obstante, es un pensamiento que ni siquiera tiene el poder de cambiar una brizna de hierba de algo vivo en un signo de muerte.
28
Su forma no está realmente en ninguna parte, pues su fuente está en la parte de tu mente de la que Dios está ausente
8
.
29
¿Dónde
se encuentra
este lugar del que se ha excluido y se ha mantenido separado Lo que está en todas partes?
30
¿Qué mano podría alzarse para obstruir los designios de Dios?
31
¿De quién es la voz que podría exigir que Él no entrase?
32
Lo que se cree que es "más que todo"
no
es algo que deba hacerte temblar o acobardarte lleno de miedo.
33
El enemigo de Cristo no está realmente en ninguna parte.
34
No
puede adoptar ninguna forma con la que
alguna
vez pueda ser real.
T29.9 [56] 35
¿Qué es un ídolo?
36
¡Nada!
37
Se necesita
primero
creer en él para que parezca llegar a tener vida, y
darle
poder para que se le pueda temer.
38
Su vida y su poder son regalos del que cree en él, y esto es lo que el milagro restituye a lo
9
que
sí
tiene Vida y poder dignos del Don del Cielo y de la Paz eterna.
39
El milagro no restaura la Verdad, que es la Luz
10
, que el velo atravesado
no
pudo apagar.
40
Simplemente, lo
descorre
y
deja
que la Verdad brille sin impedimentos, al ser Lo que es.
41
La Verdad no
necesita
que se crea en Ella para ser Lo que es, pues
ha sido
creada y, por consiguiente,
es
.
42
Un ídolo se
establece
creyendo en él, y cuando se abandona la creencia, el ídolo "muere".
T29.9 [57] 43
El anticristo es esto: la extraña idea de que hay un poder
más allá
de la Omnipotencia, un lugar
más allá
del Infinito y un tiempo que transciende Lo eterno.
44
Aquí, el mundo de los ídolos ha sido establecido por la idea de que ese poder, lugar y tiempo tienen forma, y configuran el mundo en el que ha ocurrido lo imposible
11
.
45
Aquí, Lo inmortal viene a morir; Lo que abarca todo, a sufrir pérdidas; y Lo eterno, a convertirse en esclavo del tiempo.
46
Aquí, Lo inmutable cambia y la Paz de Dios, que Él otorgó para siempre a toda cosa viviente, da paso al caos.
47
Y el Hijo de Dios, tan perfecto, sin pecado, y amoroso como su Padre, viene por un tiempo a odiar y a padecer y, finalmente, a morir.
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|
1
… Cristo, el Hijo de Dios
2
… al Hijo de Dios
3
… el reflejo aquí de la
4
… cuando estás pensando con tu ego.
5
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
6
… el Espíritu Santo
7
La
faz de Cristo
es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya mente, en un instante santo del mundo real, experimentamos la unión interior, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de nuestras Almas, Una en el Alma única del Hijo de Dios. Ver
T20.5 [32], T20.6 [42]
8
… la del ego
9
… el Hijo de Dios
10
… el pensar del Espíritu Santo
11
… nuestra separación de Dios.
|
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T29.9
CRISTO Y EL ANTICRISTO
pár 58-59
|
|
T29.9 [58] 48
¿
Dónde
hay un ídolo?
49
¡Realmente, en ninguna parte!
50
¿Es que puede haber una brecha en Lo que es infinito, un lugar en el que el tiempo pueda
interrumpir
la Eternidad?
51
Un lugar en tinieblas establecido allí donde todo es Luz, o un nicho lúgubre separado de Lo que es infinito, no
tiene
un lugar donde existir.
52
Un ídolo está más allá de Donde Dios ha establecido todas las Cosas
12
para siempre, y Donde no dejó espacio para nada
excepto
Su Voluntad
13
.
53
Por eso, un ídolo
necesariamente
no es nada ni se encuentra en ninguna parte, mientras que Dios es Todo y se encuentra en todas partes.
T29.9 [59] 54
Entonces, ¿cuál es el propósito de un ídolo?
55
¿
Para qué
sirve?
56
Ésta es la única pregunta para la que hay muchas respuestas, dependiendo de a quién se le haya preguntado.
57
El mundo
cree
en los ídolos.
58
Nadie viene a él a menos que los haya venerado y siga tratando de encontrar uno que todavía le pueda ofrecer un regalo que
no
existe en la Realidad
14
.
59
Todo idólatra abriga la esperanza de que sus deidades
especiales
le darán
más
de lo que otras personas poseen.
60
¡
Tiene
que ser más!
61
No importa realmente de qué más se trate: más belleza, más inteligencia, más riqueza o, incluso, más aflicción y más dolor.
62
Pero
para
eso es un ídolo, para darte
más
de
algo
.
63
Y cuando uno falla, otro viene a ocupar su lugar y tú esperas que te pueda conseguir más de
otra cosa
.
64
No te dejes engañar por las formas en las que esa "otra cosa" se manifiesta.
65
Un ídolo es un medio para obtener
más
.
66
Y
eso
es lo que va en contra de la Voluntad de Dios.
|
|
12
Las
Cosas,
con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las
cosas
cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver
T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
13
La
Voluntad de Dios
, en el eterno Presente de Su Unicidad —en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
14
La
Realidad
, con mayúscula, significa la eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo.
|
|
T29.9
CRISTO Y EL ANTICRISTO
pár 60
|
|
T29.9 [60] 67
Dios no tiene muchos hijos, sino solamente Uno
15
.
68
¿Cuál de ellos puede tener más y cuál menos?
69
En el Cielo, el Hijo de Dios no haría sino reírse de la idea de que un ídolo pueda interrumpir Su Paz
16
.
70
En nombre de
ese Hijo
habla el Espíritu Santo, y te dice que los ídolos no
tienen
aquí ningún propósito.
71
Pues no podrás poseer nada que sea
más
que el Cielo.
72
Y si el Cielo se encuentra en tu fuero interno, ¿por qué ir en pos de ídolos que Lo menoscabarían para darte más de Lo que Dios dispensó a tu hermano
y
a ti, como Uno con Él?
73
Dios Te
dio
todo Lo que existe realmente
17
.
74
Y para asegurarse de que no Lo pudieses perder
18
, se Lo dio
también
a toda cosa viviente
19
.
75
Y así, toda cosa viviente
forma
realmente parte de Ti
20
, así como también de Él.
76
Ningún ídolo puede hacer que seas
más
que Dios.
77
Pero
tú
nunca estarás satisfecho siendo
menos
.
|
|
15
El
Hijo único de Dios
o Cristo, en Quien todos —como Almas— somos realmente Uno, es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver
T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
16
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez.
17
… es decir, Su eterna
Unicidad
que, con mayúscula es, en el eterno Presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
18
… mientras creas que estás separado,
19
Las
cosas vivientes
son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro en el mundo real, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T24.6 [46]
20
Ti
, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas es Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios. En minúscula,
ti
, cuando decides pensar con el Espíritu Santo y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver
T8.4 [20], T23
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