gráfico por
©Deposit Photos
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T15.9 [91] 88
En el instante santo
no hay
cuerpos
34
, y
sólo
experimentas la atracción de Dios.
89
Al aceptarla como indivisa, te unes a Él por completo, durante un instante,
90
[pues no quieres imponer
ningún
límite a tu unión con Él].
91
Experimentar la realidad de
esta
relación se vuelve la única Verdad que jamás podrías
querer
.
92
Toda
la Verdad
está
ahí.
UCSM TEXTO CH 15, IX
T15.9
EL INSTANTE SANTO
Y LAS RELACIONES REALES
|
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 175
|
L5 (L159-160)
Dios sólo es Amor, y por lo tanto yo también Lo soy.
L175 (L159) 1
Doy los milagros
3
que he recibido.
2
Dios sólo es Amor, y por lo tanto yo también Lo soy.
L175 (L160) 3
Realmente estoy en Casa.
4
Por eso, en ella, el miedo es un extraño.
5
Dios sólo es Amor, y por lo tanto yo también Lo soy.
|
3
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
15
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
T15.9
EL INSTANTE SANTO Y LAS RELACIONES REALES
79-91
|
T15.9 [79] 1
El instante santo no
reemplaza
tu necesidad de aprender, pues el Espíritu Santo no puede dejar de ser tu Maestro hasta que el instante santo se haya extendido mucho más allá del tiempo.
2
Pues en una tarea docente como la Suya, tiene que valerse de
todo
lo que hay en este mundo para liberarte.
3
Tiene que aprovechar
toda
señal o indicación de tu disposición a aprender de Él lo que la Verdad
tiene
necesariamente que ser
1
.
4
Él va a utilizar rápidamente
cualquier cosa
que le ofrezcas a favor de eso.
5
El interés y el cuidado que tiene por ti son ilimitados.
6
Frente a tu
miedo
a perdonar
2
—que Él percibe con la misma claridad con la que sabe que perdonar
libera
— te enseñará a recordar que perdonar
no conlleva
ninguna clase de pérdida, sino que, al contrario, es
tu salvación
.
7
Y te enseñará asimismo que al perdonar
completamente
—que es cuando te das cuenta de que no hay nada que perdonar—
quedarás
completamente absuelto.
T15.9 [80] 8
Escúchale con agrado, y aprende de Él que no necesitas ninguna relación especial.
9
Lo único que buscas en ellas es lo que realmente
desechaste
3
.
10
Y, por medio de
esas relaciones especiales
, nunca aprenderás el valor de Lo que descartaste, aunque todos Lo sigan deseando realmente de todo corazón
4
.
11
Unámonos tú y yo para hacer que el instante santo sea lo único que exista, deseando que realmente
sea
lo único que existe
5
.
12
El Hijo de Dios tiene tanta necesidad de que estés dispuesto a tratar de lograr esto que te es imposible concebir una necesidad tan grande.
13
Fíjate en la única necesidad que Dios y Su Hijo comparten y que quieren satisfacer juntos.
14
En esto,
no
estás solo.
15
La voluntad de tus creaciones
6
te llama para que
7
compartas tu voluntad con ellas.
16
Por consiguiente, dale la espalda a la culpa y dirígete en paz a Dios y a Ellas.
|
|
1
La
Verdad
, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
2
Perdonar
es un proceso que comienza cuando decido que quiero ver al mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad —Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T15.9 [79] 6, T16, T17.7, LTe.1 (-221)
3
… el Cielo, la eterna Unicidad, etc.
4
… cada vez que conciencien los impulsos amorosos que de vez en cuando emergen de lo más profundo del subconsciente y actúen de acuerdo a ellos, ya que son mensajes o recuerdos que les envía el Espíritu Santo de parte de Dios…
5
… como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios.
6
Las
creaciones
, en minúscula, son las que hacemos aquí —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos milagros— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios en el Cielo. Y, aquí también,
somos
las creaciones de Dios, cuando después de habernos unido como uno en nuestra mente con el o los hermanos a quienes habíamos perdonado y extendido milagros, experimentamos en un instante santo del mundo real o reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios, Uno con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, ahora Uno en Cristo. Ver
T1.1.24 [27] 4, T1.1.44 [71] 3, T14.5 [45] 61
7
… pensando con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo
|
|
T15.9
EL INSTANTE SANTO Y LAS RELACIONES REALES
pár 81
|
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T15.9 [81] 17
Relaciónate únicamente con Lo que
nunca
te
abandonará
, y con Lo que
tú
realmente nunca puedes abandonar
8
.
18
La soledad del Hijo de Dios
9
es la soledad de su Padre.
19
No rechaces concienciar tu compleción
10
y no trates de restituir la soledad a tu Padre y a ti.
20
No tengas miedo de poner el Redimir
11
en manos del Amor de tu Redentor
12
.
21
Él
no
te fallará, pues viene de parte de Uno Que
no puede
fallar.
22
Acepta
tu
sensación de fracaso sólo como una simple equivocación con respecto a
lo que
13
eres.
23
Pues el santo anfitrión de Dios se encuentra realmente
más allá
de todo fracaso, y
nada
de lo que quiere
14
puede
serle
negado.
24
Tú formas parte eternamente de una Relación tan santa
15
que llama a todos a
escaparse
de la soledad y a unirse a ti en tu Amor.
25
Y, donde
te
encuentras, todos tienen necesariamente que buscarte y
encontrarte
ahí.
|
|
8
… Lo eterno, la Realidad, Dios y Cristo, Su Hijo, la Unicidad,
9
… cuando piensa con el sistema de pensamiento del ego
10
Compleción
, con mayúscula, es en el Cielo el proceso de completarnos todos, como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, unidos a Dios en Su eterna Unicidad. En minúscula, aquí,
compleción
es el proceso en nuestra mente de tratar de completarnos con todos, sin excepción, uno en Cristo, para llegar a la completitud. Ver
T15.7 [60] 17, T29.8 [48] 35
11
El
Redimir —
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
. Ver
T3.3, T5.3, T9.3
12
… el Espíritu Santo
13
… crees con el ego que
14
… con el Espíritu Santo
15
La
Unicidad
, con mayúscula es, en el eterno presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
|
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T15.9
EL INSTANTE SANTO Y LAS RELACIONES REALES
pár 82-84
|
|
T15.9 [82] 26
Piensa sólo por un instante lo siguiente: Dios Te dio Su Filiación para asegurarse de que Tu Creación fuese perfecta.
27
Ése fue Su Don, pues así como Él no se negó a darse a Sí Mismo a Ti, tampoco se negó a darte Su Facultad de crear.
28
No hay nada que alguna vez haya sido creado Que no sea Tuyo
16
.
29
Tus Relaciones son realmente con el Universo
17
.
30
Y este Universo, al ser de Dios, está mucho más allá de la mísera suma de todos los cuerpos separados que
percibes
.
31
Pues todas las partes del universo están unidas en Dios por medio de Cristo
18
, en Quien se vuelven semejantes a su Padre.
32
Pues Cristo no sabe de separaciones
de
su Padre, Quien es Su única Relación, en la Que da tal como su Padre Le da a Él.
T15.9 [83] 33
El Espíritu Santo es el intento de Dios de liberarte de lo que Él, Dios, no entiende.
34
Y debido a la Fuente del intento,
éste tendrá éxito
.
35
El Espíritu Santo te pide que respondas tal como Dios Lo hace, pues quiere enseñarte lo que
tú
no entiendes.
36
Dios quiere responder a
toda
necesidad,
cualquiera que sea
la forma en que se manifieste
19
.
37
Por consiguiente, ha mantenido este canal abierto para recibir Su comunicación a ti
así como la tuya a Él
.
38
Dios
no
entiende tu problema de comunicación, pues Él
no
lo comparte contigo.
39
Tú
eres el único que cree que ese problema
sí es
comprensible.
T15.9 [84] 40
El Espíritu Santo
sabe
que
no lo es
, y, no obstante, lo entiende, porque fue hecho por ti.
41
Sólo en Él reside la concienciación de lo que Dios
no puede
conocer y de lo que
tú no
entiendes.
42
Su santa función consiste en
aceptar ambas cosas
y, al eliminar de ellas
todo
elemento de desacuerdo, unirlas en una sola.
43
Él lo hará
porque
ésa es Su función.
44
Por consiguiente, deja lo que a ti te parece imposible en manos de Aquel Que sabe que
tiene que ser
posible porque esa es la Voluntad de Dios.
45
Y deja que Él —Que sólo enseña Lo que es de Dios— te enseñe el
único
significado real que tienen las relaciones.
46
Pues Dios creó la única Relación que tiene significado, y esa es Su relación
Contigo
20
.
|
|
16
… como Cristo, el Hijo de Dios en Quien todos, como Almas, somos Uno.
17
Universo
, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios. En minúscula,
universo
puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver
T28.3 [16] 8, T29.7 [39]
18
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
19
… diciéndote que —en el eterno Presente de la Unicidad que es Donde todos están, cual Almas Una en el Alma única de Su Hijo que son todos Uno en Cristo— esas necesidades no son reales porque Él no tuvo ni tiene nada que ver con ellas porque no las creó
20
… como Cristo, Su único Hijo, en Quien todos, como Almas perfectas y eternas, somos Uno en Su única Alma, y Quien es Uno con Él.
|
|
T15.9
EL INSTANTE SANTO Y LAS RELACIONES REALES
pár 85-87
|
|
T15.9 [85] 47
Igual que el ego quiere que la percepción que tienes de tus hermanos se limite a sus cuerpos, de igual modo el Espíritu Santo quiere
liberar
tu visión
21
para que puedas ver aquí los rayos magnos
22
que brillan desde ellos de forma tan ilimitada que llegan hasta Dios.
48
Este cambio en la visión
23
es lo que se logra en el instante santo.
49
Pero es necesario que aprendas exactamente lo que este cambio implica, de manera que estés dispuesto a convertirlo en permanente.
50
Dada esta disposición, este cambio
no
te abandonará, pues realmente
es
permanente.
51
Pues una vez que hayas aceptado esta visión como la
única percepción que quieres para ti
, ésta se traducirá en conocimiento por el papel que Dios Mismo desempeña en el proceso del Redimir, pues es el
único
paso en este proceso que Él entiende.
52
Por consiguiente, una vez que
tú
estés preparado,
no
habrá demora.
53
Dios está preparado
ahora mismo
, pero
tú
no lo estás.
T15.9 [86] 54
Nuestra tarea no es otra que continuar —tan rápido como sea posible— el necesario proceso de mirar de frente a
toda
la interferencia que hay, y verla
exactamente
como es.
55
Pues es imposible reconocer que
lo que tú crees que quieres carece por completo
de gratificación.
56
El cuerpo es el símbolo del ego, al igual que el ego es el símbolo de la separación.
57
Y ambos no son más que intentos de
limitar
las comunicaciones y, por consiguiente,
de imposibilitarlas
24
.
58
Pues para
ser
significativas, las comunicaciones
tienen
que ser ilimitadas, y si están privadas de significado
25
,
no
podrán
satisfacerte
por completo.
59
No obstante, la comunicación sigue siendo el
único
medio por el que
puedes
establecer relaciones reales.
T15.9 [87] 60
Las relaciones reales no
tienen
límites, puesto que fueron establecidas por Dios
26
.
61
En el instante santo, donde los rayos magnos
reemplazan
al cuerpo en tu concienciación, te es dado poder reconocer relaciones
sin
límites.
62
Pero para
ver
esto, es necesario renunciar a
todos
los usos que el ego hace del cuerpo, y aceptar el hecho de que el ego
no
tiene ningún propósito que tú quieras
compartir
con él.
63
Pues el ego quiere limitar a todo el mundo
a
un cuerpo para
sus
propios fines, y mientras creas que el ego
tiene
algún propósito, decidirás utilizar los medios por los que
él
trata de que su propósito se cumpla.
64
Pero éste nunca
se cumplirá
27
.
65
No obstante, seguramente te has dado cuenta de que el ego, cuyas metas son absolutamente inalcanzables, luchará por conseguirlas con todas sus fuerzas, y lo hará con la fuerza que
tú
le has dado.
|
|
21
… de la percepción del ego para dar cabida a la de Cristo,
22
Los
Rayos Magnos,
con mayúscula, son sinónimos de la experiencia del Amor de Dios Que arropa a todas nuestras Almas, Una en Cristo, Que es lo que realmente somos en la eterna Unicidad de Dios, la Cual nunca abandonamos. En minúscula, los
rayos magnos
son el reflejo aquí de esa eterna experiencia, que también se vive como una chispa de Amor cuando reconocemos a Cristo en el otro en un instante santo del mundo real, después de haberlo perdonado totalmente y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. Ver
T15.9 [85], T16.7 [61] 21, T18.4 [31] 60
23
… de la percepción del ego a la percepción con el Espíritu Santo,
24
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros.. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
El
ego
: es el pensar individual que, pasando por alto el Pensar de Amor de la eterna Unicidad —en el Cual, todos, cual Almas perfectas y eternas, somos Uno en el Alma del Hijo único de Dios, Quien es Uno con nuestro Padre y Creador— adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo se podía separar de Dios y crear por su cuenta y, por haber olvidado el Hijo de Dios reírse de ese pensar individual, éste se convirtió, en la ahora mente separada, en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad diferente y opuesta a La de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes y trocitos, contra las cuales compite caóticamente en diferentes relaciones especiales hasta la muerte. Ver
T3.6, T4.3, T4.6, T10, T18.2 [4], T27.9 [82] 37, T27.9 [83], LTe.12 (-L331)
25
Significado,
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
significado
es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver
T20.7 [45]
26
… en el eterno Presente de Su Unicidad
27
… en la eterna Unicidad, Que es donde realmente estamos todos sin excepción, como Almas, Uno en Cristo, el Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador.
|
|
T15.9
EL INSTANTE SANTO Y LAS RELACIONES REALES
pár 88-91
|
|
T15.9 [88] 66
Es imposible
dividir
tu fuerza entre el Cielo y el infierno, Dios y el ego y, al mismo tiempo,
liberar
el poder que se te dio para crear, que es el
único
propósito para el cual te fue
dado
.
67
El Amor
siempre
quiere dar
más
.
68
Los límites son
exigidos
por el ego, y éstos representan sus exigencias para empequeñecer e incapacitar.
69
Limita tu visión a ver a tu hermano como un cuerpo —que es lo que
harás
mientras no quieras liberarlo
del
mismo— y habrás rechazado
su
presente para
ti
28
.
70
Su cuerpo es incapaz de dártelo
,
71
y tampoco lo busques por medio del
tuyo
.
72
No obstante, vuestras mentes ya son continuas
29
, y
su
unión sólo tiene que ser aceptada; y al hacerlo, en el
30
Cielo
31
desaparecerá la soledad.
T15.9 [89] 73
Si tan sólo dejaras al Espíritu Santo hablarte del Amor que Dios tiene por ti, y de la necesidad que tienen tus creaciones de estar por siempre contigo, experimentarías la atracción de Lo eterno.
74
Nadie puede oír al Espíritu Santo hablar de esto y seguir dispuesto a demorarse aquí mucho más.
75
Pues tu
32
voluntad
es
estar en
33
el Cielo, donde estás completo y tranquilo, en medio de relaciones tan seguras y amorosas que
cualquier
límite es imposible.
76
¿Es que no quieres cambiar tus insignificantes relaciones por esto?
77
Pues el cuerpo ciertamente
es
insignificante y limitado, y sólo los que quieres ver
libres
de los límites que el ego quiere imponer sobre ellos pueden
ofrecerte
el presente de la libertad.
T15.9 [90] 78
No puedes concebir los límites que has impuesto a tu percepción, ni tienes idea de toda la belleza que
podrías
ver.
79
Pero debes recordar lo siguiente: la atracción de la culpa
se opone
a la atracción de Dios.
80
Su Atracción por ti sigue siendo ilimitada, pero como tu poder —
Que
realmente
es
el Suyo—
es tan grande
como el de Él, puedes
dar la espalda
al Amor.
81
Lo que inviertes en culpa se Lo quitas a Dios.
82
Y tu vista se vuelve débil, tenue y limitada, pues has tratado de
separar
al Padre del Hijo, y de
limitar
su comunicación.
83
No busques el Redimir en
mayores
separaciones.
84
Tampoco limites tu visión del Hijo de Dios a lo que
interfiere
en su liberación, y a lo que el Espíritu Santo tiene necesariamente que
deshacer
para liberarlo.
85
Pues es su propia creencia en las limitaciones lo que lo
ha
encarcelado.
T15.9 [91] 86
Cuando el cuerpo deje de atraerte y cuando ya no le des valor como medio para
obtener lo que sea,
entonces,
no
habrá interferencia en la comunicación y tus pensamientos serán tan libres como Los de Dios.
87
A medida que dejes al Espíritu Santo enseñarte cómo utilizar el cuerpo
únicamente
para propósitos de comunicación, y
renuncies
a seguir usándolo para fomentar la separación y el ataque —que es la función que el
ego
le ha asignado— aprenderás que no tienes en absoluto la necesidad de un cuerpo.
88
En el instante santo
no hay
cuerpos
34
, y
sólo
experimentas la atracción de Dios.
89
Al aceptarla como indivisa, te unes a Él por completo, durante un instante,
90
[pues no quieres imponer
ningún
límite a tu unión con Él].
91
Experimentar la realidad de
esta
relación se vuelve la única Verdad que jamás podrías
querer
.
92
Toda
la Verdad
está
ahí.
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28
… como Cristo
29
… en la Unicidad
30
… reflejo del
31
… en vuestras mentes
32
… verdadera
33
… el reflejo aquí de
34
… solamente las Almas perfectas que queremos creer que somos, y que son Una en el Alma del Hijo único de Dios, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad.
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