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T13.8 [68] 21
Cada día, cada hora y cada minuto, e incluso cada segundo, estás decidiendo entre la crucifixión y la resurrección
7
, entre el ego y el Espíritu Santo.
22
Optar por el ego es decidirte por la culpa; optar por el Espíritu Santo es decidirte por la inculpabilidad.
23
El poder de decidir es todo lo que tienes.
24
Lo que puedes decidir entre estas opciones ya ha sido fijado, porque no hay otras alternativas
que
la Verdad y la ilusión.
25
Y no hay coincidencias entre ellas porque son opuestos que
no se pueden
reconciliar y, además, ambas no pueden ser verdaderas.
26
Eres culpable
o
inocente, prisionero
o
libre, feliz
o
infeliz.
UCSM TEXTO CH 13,
VIII
DECIDIRSE A FAVOR DE LA INCULPABILIDAD
1
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 154
Me cuento entre los ministros de Dios.
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L154.1 1
Hoy no seamos arrogantes ni falsamente humildes.
2
Ya hemos superado tales necedades.
3
No podemos juzgarnos a nosotros mismos, ni hace falta que lo hagamos.
4
Eso no haría más que aplazar la decisión y pospondría nuestro compromiso con nuestra función.
5
No es asunto nuestro juzgar nuestra valía y tampoco podríamos saber cuál es el mejor papel para nosotros, es decir, qué podríamos hacer dentro de un plan más amplio que no somos capaces de captar en su totalidad.
6
Nuestra parte es moldeada en el Cielo, no en el infierno.
7
Lo que pensamos que es debilidad puede ser fuerza, y lo que creemos que es nuestra fuerza, a menudo es arrogancia.
L154.2 8
Sea cual sea el papel que se te asignó, fue seleccionado por la Voz que habla por Dios, Cuya función es también la de hablar por ti.
9
Observando tus puntos fuertes exactamente como son, e igualmente concienciando dónde puedes hacer mejor uso de ellos, con qué propósito, a quién puedes ayudar, y cuándo el Espíritu Santo escoge y acepta tu parte por ti.
10
Él no actúa sin tu consentimiento.
11
Pero no se deja engañar con respecto a lo que realmente eres y sólo escucha a Su Voz en ti.
L154.3 12
Es por medio de la facultad del Espíritu Santo de oír una sola Voz, la Cual es la Suya Propia, como finalmente vas a concienciar que en ti hay realmente una sola Voz
1
.
13
Y esa única Voz asigna tu función y te la hace llegar, proporcionándote la fuerza necesaria para comprenderla, ejecutar lo que ésta requiere y triunfar en todo lo que hagas que esté relacionado con ella.
14
Dios se ha unido a Su Hijo en esto y, de este modo, Su Hijo se convierte en mensajero de su unidad con Él.
L154.4 15
Este unirse del Padre con el Hijo por medio de la Voz que habla por Dios es lo que aparta la salvación del mundo.
16
Esta Voz que habla de leyes que el mundo no obedece, es la que promete salvar de todo pecado, aboliendo la culpa en la mente que Dios creó libre de pecado.
17
Ahora, esta mente vuelve a tomar conciencia de Quien La creó, así como de la eterna Unión de Su Creador con Ella Misma.
18
Y así, Su Yo
2
constituye la única Realidad en la Cual Su Voluntad y La de Dios están unidas.
L154.5 19
El mensajero no se pone a escribir el mensaje que va a entregar.
20
Tampoco cuestiona el derecho del que lo escribe, ni pregunta por qué razón ha escogido a los que han de recibir el mensaje que lleva.
21
Es suficiente que lo acepte, lo lleve a los que fueron designados para recibirlo y cumpla con su cometido de entregarlo.
22
Si insiste en juzgar lo que los mensajes deberían ser, o cuál es su propósito, o adónde los debería llevar, no estaría desempeñando debidamente su parte de portador de la Palabra.
L154.6 23
Hay una diferencia fundamental en el papel que desempeñan los mensajeros del Cielo, que los distingue de los que el mundo emplea.
24
Los mensajes que entregan van dirigidos, en primer lugar, a ellos mismos.
25
Y únicamente en la medida en que los pueden aceptar para sí se vuelven capaces de llevarlos más lejos y de entregarlos a todos los sitios donde se dispuso que fueran entregados.
26
Al igual que los mensajeros del mundo, ellos no escribieron los mensajes de los que son portadores, pero se convierten —en el sentido más verdadero de la palabra— en los primeros que los reciben, y los reciben a fin de prepararse para entregarlos.
L154.7 27
Un mensajero terrenal cumple su misión entregando todos los mensajes de los cuales es portador a sus respectivos destinos.
28
Los mensajeros de Dios cumplen con su parte aceptando los Mensajes de Dios como si fuesen para ellos mismos, y demuestran que han comprendido los Mensajes entregándolos a sus destinatarios.
29
Ellos no aceptan ningún papel que no les haya sido previamente asignado por Su autoridad.
30
Y, de esta forma, se benefician con cada mensaje que entregan.
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1
… la del Amor, que vas a experimentar por, entre otros medios, los impulsos amorosos que van a emerger cada vez más desde lo más profundo de tu subconsciente, desde el
residuo bendito
, que es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Ver
T5.7 [60] 7
2
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos — como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula y dependiendo con quién estás pensando, tu
yo
es el ego, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
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L E C C I Ó N 154
Me cuento entre los ministros de Dios.
pár
8-15
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L154.8 31
¿Estás dispuesto a recibir los Mensajes de Dios
3
?
32
Pues así te conviertes en Su mensajero.
33
Ahora, estás nombrado.
34
No obstante, te estás demorando en entregar los mensajes que has recibido, por eso no te das cuenta de que son para ti y por lo tanto, no los reconoces como tales.
35
Nadie puede recibir y comprender que ha recibido hasta que no dé.
36
Pues en el dar está su aceptación de lo que recibió.
L154.9 37
Ustedes, que ahora son los mensajeros de Dios, reciban Sus mensajes, pues hacerlo forma parte del papel que les fue asignado.
38
Dios no ha dejado de ofrecerles lo que necesitan, ni tampoco ha dejado de ser aceptado.
39
No obstante, hay otra parte de la tarea que les fue asignada que todavía falta por ejecutar.
40
Aquel Que recibió los Mensajes de Dios para ustedes quisiera que también fuesen recibidos por ustedes.
41
Pues, de esta manera, se identificarían con Él y reivindicarían Lo que les pertenece.
L154.10 42
Este unirse es lo que nos proponemos reconocer hoy.
43
No trataremos de mantener nuestras mentes separadas de Aquel Que habla por nosotros, pues no es sino nuestra propia voz la que oímos cuando Le prestamos atención.
44
Únicamente Él puede hablarnos a nosotros y hablar por nosotros, uniendo en una sola Voz el recibir y dar la Palabra de Dios; el dar y recibir de Su Voluntad
4
.
L154.11 45
Nuestra práctica de hoy consiste en dar a Dios lo que quiere, de manera que podamos reconocer los dones que nos da.
46
Él necesita nuestra voz para hablar por nosotros.
47
Necesita nuestras manos para cargar Sus mensajes y entregárselos a los que Él designe.
48
Necesita nuestros pies para llevarnos donde Él quiere, de manera que los que esperan acongojados puedan finalmente liberarse.
49
Y necesita que nuestra voluntad esté unida a la Suya para que podamos ser los verdaderos receptores de los dones que Él da.
L154.12 50
Aprendamos hoy tan solo la lección que sigue: no vamos a darnos cuenta de lo que recibimos hasta tanto no lo demos.
51
Han oído esto cientos de veces y de cien maneras diferentes y, sin embargo, todavía no lo creen.
52
Pero una cosa es segura: hasta que no lo creas, recibirás miles y miles de milagros pero no sabrás que Dios Mismo no se ha quedado con ningún Don Que Tú ya no poseas, ni ha negado a Su Hijo la más mínima bendición.
53
¿Qué significado puede tener esto para ti hasta tanto no te hayas identificado con él y con lo que es suyo?
L154.13 54
Nuestra lección de hoy reza así:
L154.14 55
Me cuento entre los Ministros de Dios y me siento agradecido de disponer de los medios por los cuales puedo llegar a reconocer que estoy libre.
L154.15 56
El mundo retrocede a medida que iluminamos nuestras mentes y reconocemos que estas santas palabras son verdad,
57
pues constituyen el mensaje que hoy nos envía nuestro Creador.
58
Ahora demostraremos cómo han hecho cambiar lo que pensábamos sobre nosotros mismos y lo que es nuestra función.
59
Pues, al demostrar que no aceptamos ninguna voluntad que no compartamos, los numerosos dones que hemos recibido de nuestro Creador aparecerán de inmediato ante nuestra vista y llegarán a nuestras manos, y así reconoceremos lo que hemos recibido.
|
3
El
Redimir —
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
. Ver
T3.3, T5.3, T9.3
4
La
Voluntad de Dios
, en Su eterna Unicidad, es amar y ser amado en paz y alegría por Su único Hijo, Cristo, en Quien todos —como Almas perfectas y eternas— somos realmente Uno y Quien es Uno con Dios, Su Padre. Aquí, la Voluntad de Dios quiere decir que por medio del perdón y de la extensión de milagros nos volvamos el reflejo de la eterna Unicidad en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64-65], T13.5 [41]
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
13
DE LA PERCEPCIÓN AL CONOCIMIENTO
T13.8
DECIDIRSE A FAVOR DE LA INCULPABILIDAD
1 64-78
|
T13.8 [64] 1
El aprendizaje será proporcional a la motivación y la interferencia en tu motivación por aprender será
exactamente
la misma que la que interfiere con
todo
tu pensar.
2
El estudiante feliz
no puede sentirse culpable por aprender
.
3
Esto es tan
esencial
para el aprendizaje que nunca debería olvidarse.
4
El estudiante libre de culpa aprende con facilidad
porque sus pensamientos son libres
.
5
Además, esto lo lleva a darse cuenta de que
la culpa interfiere, no salva
, y
no
cumple ninguna función útil
2
.
T13.8 [65] 6
Tú estás acostumbrado a utilizar la inculpabilidad simplemente para contrarrestar el dolor de la culpa, y no la ves como algo con valor
propio
.
7
Crees que la culpa
y
la inculpabilidad son valiosas, y que cada una representa un
escape
de lo que la otra
no
te ofrece.
8
No
quieres quedarse solamente con la una o con la otra, pues sin ambas no
te
ves unido en un todo y, por consiguiente, feliz.
9
No obstante,
sólo
puedes estar realmente unido en un todo en tu inculpabilidad, y sólo en tu inculpabilidad
puedes
ser feliz.
10
Ahí no
hay
conflicto.
11
Desear la culpa de
cualquier
modo, y de
cualquier
forma, hará que pierdas el valor que le das a tu inculpabilidad y eliminará tu interés por ella.
|
|
1
Inculpabilidad
significa la condición de estar libre de culpabilidad. En el
Curso
, "inculpabilidad" y "estar libre de culpa o de culpabilidad" son sinónimos. La
Inculpabilidad
, con mayúscula, es del Cielo, donde al ser todos Almas perfectas y eternas, Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, la culpa no tiene cabida y, en minúscula, es Su reflejo aquí. Ver
T11.10, T13.8, T14.2
2
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo que así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T4.5 [61], T5.7 [61], T5.7 [64] 38-39, T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
|
T13.8
DECIDIRSE A FAVOR DE LA INCULPABILIDAD
1
pár 66-68
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T13.8 [66] 12
No
hay transacción que puedas hacer con la culpa y, al mismo tiempo, escapar del dolor que
sólo
mitiga la inculpabilidad.
13
Aprender es vivir aquí, igual que crear es estar en el Cielo.
14
Cada vez que el dolor de la culpa
3
parezca atraerte
, recuerda que, si sucumbes a él
4
, estarás decidiendo
en contra de
5
tu felicidad y
no
podrás aprender
a
ser feliz.
T13.8 [67] 15
Por consiguiente, dite a ti mismo amablemente, pero con la convicción que nace del Amor del Padre y de Su Hijo:
16
Lo que experimente, lo pondré de manifiesto.
17
Si estoy libre de culpa, no tengo nada que temer.
18
Decido dar testimonio de mi
aceptación
del Redimir,
no de su rechazo
.
19
Quiero aceptar mi inculpabilidad poniéndola de manifiesto y
compartiéndola
6
.
20
Quiero llevar paz al Hijo de Dios de parte de su Padre.
T13.8 [68] 21
Cada día, cada hora y cada minuto, e incluso cada segundo, estás decidiendo entre la crucifixión y la resurrección
7
, entre el ego y el Espíritu Santo.
22
Optar por el ego es decidirte por la culpa; optar por el Espíritu Santo es decidirte por la inculpabilidad.
23
El poder de decidir es todo lo que tienes.
24
Lo que puedes decidir entre estas opciones ya ha sido fijado, porque no hay otras alternativas
que
la Verdad y la ilusión.
25
Y no hay coincidencias entre ellas porque son opuestos que
no se pueden
reconciliar y, además, ambas no pueden ser verdaderas.
26
Eres culpable
o
inocente, prisionero
o
libre, feliz
o
infeliz.
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3
… por lo que tu cuerpo haya o no hecho que no estuvo a la altura de lo que tu ego esperaba,
4
… si crees que lo que te está causando dolor mental es cierto, es real,
5
… el reflejo aquí de tu eterna Felicidad, por realmente ser —conjuntamente con todos los demás— Uno con el Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador, arropados en el Amor o Espíritu Santo, en la Paz y Alegría perfectas de la Unicidad,
6
La Inculpabilidad es del Cielo, pero aquí puedo manifestar su reflejo.
7
La
resurrección
es, en un instante santo del mundo real, la lección con la que concluye y se supera el aprendizaje que empezó cuando se aceptó el Redimir para uno mismo, se profundizó con el estudio del
Texto
y del
Manual
y, ayudado por las
Lecciones
, se experimentó la visión de Cristo en el otro, mediante el perdón y la extensión de milagros. Ahora creemos que nuestra verdadera realidad es la eterna Unicidad de Dios en la que todos nosotros — como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Dios. Ahora, habiendo redespertado o renacido en el espíritu, cambiamos de parecer con respecto al significado del mundo; terminamos nuestros sueños de aflicción en medio de la alegre concienciación del sueño final del Espíritu Santo; reconocemos los Dones de Dios; usamos nuestro cuerpo únicamente como medio de comunicación; e invitamos a Dios para que dé el paso final. Ver
T6.2 [10], T10.5 [59], T10.7 [62], T19.5.4.1, T20, M28
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T13.8
DECIDIRSE A FAVOR DE LA INCULPABILIDAD
1
pár 69-72
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T13.8 [69] 27
El milagro te enseña que te decidiste por la inculpabilidad, la libertad y la alegría.
28
No es causa, sino
efecto
.
29
Es el resultado natural de haber
decidido acertadamente
y da testimonio de tu felicidad, la cual viene de haber decidido estar
libre
de culpa.
30
Todo aquel a quien ofreces curación te la devuelve con creces.
31
Todo aquel a quien atacas
guarda
ese ataque para sí y lo valora guardándote rencor por ello.
32
Que te
guarde rencor
o
no
es irrelevante, porque tú
vas a creer que sí te lo tiene guardado
.
33
Es imposible ofrecerle a otro lo
que no quieres para ti
sin recibir esta penalización.
34
El costo de dar
es
recibir.
35
Recibirás, o bien una penalización que te hará sufrir, o bien la feliz adquisición de un tesoro que guardarás con cuidado.
T13.8 [70] 36
Nunca se ha pedido al Hijo de Dios que imponga penalización alguna, aunque
él se
las imponga o se
las
impongan.
37
Cada ocasión que se le presente para que cure
8
constituye una nueva oportunidad para reemplazar la oscuridad por la luz y el miedo por el Amor.
38
Si la rechaza, se estará atando a sí mismo
a
la oscuridad, puesto que decidió no liberar a su hermano y, así, acceder
con
él a la luz.
39
Al
otorgar
poder a lo que es nada, ha desperdiciado la alegre oportunidad de aprender que lo que es nada no
tiene
realmente ningún poder.
40
Y por
no haber alumbrado
la oscuridad,
se
ha vuelto temeroso de ella
y
de la luz.
41
La alegría que resulta de aprender que la oscuridad no tiene poder sobre el Hijo de Dios es la feliz lección que enseña el Espíritu Santo
9
, y la que quiere que
tú
enseñes
con
Él.
42
Enseñarla es
Su
alegría, tal como será la
tuya
.
T13.8 [71] 43
La forma de enseñar esta sencilla lección es simplemente ésta: inculpabilidad
implica
invulnerabilidad.
44
Por consiguiente, pon de manifiesto tu
invulnerabilidad
ante todos, enseñándole a cada uno que,
sea lo que sea
lo que él intente hacerte, tu perfecta liberación de la creencia que realmente se te puede
hacer
daño
10
, le demuestra que
él
es realmente inocente.
45
En efecto, él no puede hacer
nada
que te haga realmente daño, y al no permitirle pensar que
sí lo puede hacer,
le estarás enseñando que el Redimir —Que aceptaste para
ti
—
también es suyo
11
.
46
Realmente, no hay nada que perdonar.
47
Porque nadie puede hacer daño al Hijo de Dios.
48
Su culpa carece
por completo
de causa
12
y, al no tener causa,
no
existe.
T13.8 [72] 49
Dios es la
única
Causa que hay, y la culpa
no
es de Él.
50
No demuestres a nadie que te ha hecho daño, pues si lo haces te estarás demostrando
a ti mismo
que lo que
no
es de Dios
tiene poder sobre ti
.
51
Lo que no tiene Causa no existe realmente.
52
No des testimonio a su favor, ni animes a cualquier mente a que crea en ello.
53
Recuerda siempre que
la Mente es Uno
y
la Causa es Uno
.
54
Aprenderás a comunicarte con esta Unicidad
sólo
cuando hayas aprendido a
negar
lo que no tiene causa y a aceptar la Causa Que es Dios como la
Tuya
.
55
El Poder que Dios ha dado a Su Hijo le pertenece, y no hay otra cosa que Su Hijo pueda ver o decida mirar, sin imponerse a
sí mismo
la penalidad de la culpa
en lugar
de toda la enseñanza feliz que con gusto quiere ofrecerle el Espíritu Santo.
|
8
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.5 [66] 56, T4.9 [106], T5.1 [1]-[2], T5.2 [5] 1, T5.3 [18], T19.2
9
El
Espíritu Santo
, aquí, es el pensar de Cristo que conciencia el Conocimiento que yace más allá de la percepción. Al producirse la separación, el Espíritu Santo comenzó a estar presente aquí como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir. Allá, en la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios, Que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Algunos de Sus sinónimos en el
Curso
son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Maestro", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", " Vínculo", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver
T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
10
… porque quieres creer o, ya lo estás creyendo firmemente, que tu verdadero Yo, no tu cuerpo, sino como tu Alma perfecta y eterna que realmente eres, te encuentras realmente en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, conjuntamente con todas las demás Almas que son exactamente iguales a la Tuya, Una en el Alma única del Hijo de Dios y, todos, como ese Hijo único, Uno con nuestro Padre y Creador, a Quien nunca abandonamos ni nos separamos…
11
El
Redimir —
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
. Ver
T3.3, T5.3, T9.3
12
… ya que no fue creada por Dios,
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T13.8
DECIDIRSE A FAVOR DE LA INCULPABILIDAD
1
pár 73-75
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T13.8 [73] 56
Siempre que decides tomar decisiones
sólo para ti
es porque estás pensando destructivamente y, por consiguiente, la decisión
será equivocada
.
57
Además, te hará daño, debido al
concepto
de decisión que te llevó a tomarla.
58
No es verdad que realmente puedas tomar decisiones
por
tu cuenta, o solo
para
ti
13
.
59
Ningún pensamiento del Hijo de Dios
puede
ser separado o aislado en sus efectos.
60
Cada decisión que se toma es para
toda la Filiación
, se aplica tanto a lo interno como a lo externo, e influye en una constelación mayor que cualquier cosa que alguna vez hayas soñado.
61
Los que aceptan el Redimir
son realmente
invulnerables
14
.
62
En cambio, los que creen que son culpables
15
reaccionarán
ante la culpa, porque
creerán que culpar es la salvación
y
no
se negarán ni a mirar la culpa ni a estar de acuerdo
en
culpar.
63
[Y lo harán porque
creen
que
incrementar
la culpa es auto
protegerse
].
64
Y, al hacerlo, no lograrán comprender el simple hecho de que lo que realmente no quieren
16
tiene
necesariamente que hacerles daño
17
.
T13.8 [74] 65
Todo esto les sucede porque
no
creen que
lo que realmente quieren sea bueno
.
66
Pero la voluntad
18
les fue dada
porque
es santa, y
les
traerá
todo
lo que necesiten, lo cual les llegará tan naturalmente como una paz
19
que no conoce límites.
67
Y
nada
que sus voluntades les proporcionen
carecerá
de
20
valor.
68
Pero como
21
no
comprenden su propia voluntad, el Espíritu Santo la va a comprender tranquilamente
por
ellos,
dándoles
lo que realmente quieren sin que tengan que esforzarse, agobiarse, o sufrir la carga imposible de tener que decidir por sí solos
lo que quieren o necesitan
.
T13.8 [75] 69
Nunca se dará el caso de que te encuentres obligado a tomar decisiones
sólo para ti
.
70
No
te faltará ayuda, y una
Ayuda
22
que conoce la respuesta
.
71
¿Te conformarías con unas migajas —que es todo lo que te puedes ofrecer
sólo a ti mismo
— cuando Aquel
23
que
te da todo
lo
pondrá
simplemente
a
tu
disposición
?
72
Nunca te va a preguntar qué has hecho para ser digno de recibir el don
24
de Dios.
73
Por consiguiente, ustedes tampoco se lo deben preguntar a sí mismos.
74
Al contrario, acepten Su respuesta, pues Él
sabe
que son dignos de todo lo que Dios quiere
para
ustedes.
75
No traten de rehuir el don de Dios que el Espíritu Santo les ofrece tan libremente y con tanto gusto.
76
No les va a ofrecer otra cosa que lo que Dios Le dio
para
ustedes.
77
No
tienen que decidir si lo
merecen
o no.
78
Dios sabe que sí
.
|
|
13
… puesto que en la Unicidad de Dios, no hay individualidades que, separadas unas de otras, compitan por obtener el Amor de Dios para sí mismas. Dios creó a un solo Hijo, y no creó nada más.
14
… por cuanto quieren creer o, ya lo creen firmemente, que realmente son Almas perfectas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en la eterna Unicidad de Dios, Donde la vulnerabilidad no puede existir.
15
… porque piensan con el ego,
16
… en el Cielo
17
… aquí.
18
… reflejo aquí de la Voluntad de Dios
19
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en la Eternidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.3 [38], T6.6.2, L200
20
… verdadero
21
… cuando piensan con el ego,
22
… el Espíritu Santo
23
… el Espíritu Santo
24
… con minúscula, por tratarse del reflejo aquí del eterno Don de Dios de habernos creado.
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T13.8
DECIDIRSE A FAVOR DE LA INCULPABILIDAD
1
pár 76-78
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T13.8 [76] 79
¿Serías capaz de negar la Verdad en la que se basa la decisión
de Dios
, y de colocar tu mísera evaluación de ti mismo en lugar de la tranquila y resoluta valoración de Su Hijo?
80
Nada
puede desalentar la convicción de Dios sobre la perfecta Pureza de Todo Lo que creó, pues ese Todo
es
absolutamente puro.
81
No decidas
en contra de
eso, pues al provenir de Él
tiene que
ser verdad.
82
La paz mora en cada mente que tranquilamente acepta el plan que
Dios
estableció para su Redimir,
renunciando
al suyo
propio
.
83
Tú
no
sabes lo que es la salvación, pues
no
comprendes lo que es.
84
No tomes decisiones con respecto a lo que es o dónde se encuentra; más bien pregunta
todo
al Espíritu Santo y no tomes
ninguna
decisión sin Su amable consejo.
T13.8 [77] 85
Aquel Que conoce el plan de Dios que Dios quiere que sigas, puede enseñarte lo que
es
.
86
Sólo
Su
sabiduría es capaz de guiarte para que lo sigas.
87
Cada decisión que tomas sólo para ti quiere decir que quieres definir qué
es
la salvación, y
de qué
quieres que te salven.
88
El Espíritu Santo
sabe
que
toda
salvación se logra escapando de la culpa.
89
No tienes ningún otro "enemigo" y, en contra de esta absurda distorsión de la pureza del Hijo de Dios, el Espíritu Santo es tu
único
amigo.
90
Es el decidido protector de tu inocencia, la cual te hace libre.
91
Y es
Su
decisión deshacer
todo
lo que pueda ocultar tu inocencia a tu mente, que ahora está despejada.
T13.8 [78] 92
Por consiguiente, permítele que sea el
único
guía que quieres seguir para salvarte.
93
Él conoce el camino, y te conduce gustosamente por él.
94
Con
Él no dejarás de aprender que lo que Dios quiere
para
ti
es
lo que tú realmente quieres.
95
Sin
Su guía, pensarás que sabes por ti mismo lo que debes hacer, y es tan seguro que decidirás
en contra de
tu paz como que tomaste la decisión equivocada de creer que la salvación residía en que tú decidieras por ti mismo.
96
La salvación es de Aquel a Quien Dios se la
dio para
ti.
97
Él no lo ha olvidado.
98
No
Le
olvides y Él tomará
todas
las decisiones por ti, las cuales favorecerán
tu
salvación y la paz de Dios que está en ti.
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