M.19 ¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
M19.1 1
La justicia es la corrección divina de la injusticia.
2
La injusticia es la base de todos los juicios
1
del mundo.
3
La justicia corrige las interpretaciones a las que la injusticia da lugar, y las cancela.
4
Ni la justicia ni la injusticia existen en el Cielo, donde el error es imposible y la idea de corrección carece de sentido.
5
No obstante, en este mundo el perdón
2
depende de la justicia, ya que todo ataque es siempre injusto
3
.
6
La justicia
4
es el veredicto que el Espíritu Santo emite sobre el mundo
5
.
7
La justicia es imposible excepto en Su juicio, pues en el mundo nadie es capaz de hacer únicamente interpretaciones justas y dejar a un lado todas las injusticias.
8
Si el Hijo de Dios
6
fuese juzgado imparcialmente
7
, no habría necesidad de salvación
8
.
9
El pensamiento de separación
9
hubiese sido eternamente inconcebible.
UCSM
MANUAL PARA LOS MAESTROS
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 358
Ninguna llamada a Dios dejará
de ser oída ni quedará
sin respuesta. Y puedo
estar seguro de esto:
Su Respuesta
1
es La
que realmente quiero recibir.
|
L358 1
Padre, Tú Que recuerdas Lo que realmente soy, eres el único que recuerda Lo que realmente quiero.
2
Hablas por Dios y, por lo tanto, hablas por mí.
3
Y lo que me das, proviene de Dios Mismo.
4
Así pues, Tu Voz
2
es también la mía, y lo único que quiero es lo que me ofreces, exactamente en la forma que escogiste para que fuese mío.
5
Permíteme recordar todo lo que no sé, y permite que mi voz se acalle, mientras trato de recordar.
6
Y no dejes que olvide Tu Amor
3
ni Tu cuido, manteniendo siempre presente en mi concienciación la promesa que hiciste a Tu Hijo.
7
No permitas que olvide que mi yo no es nada, pero que mi Yo
4
es Todo.
|
1
La
Respuesta de Dios
a la separación es el Espíritu Santo y la posibilidad de comunicarnos con Dios por Su intermedio a través de nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del mismo Espíritu Santo.
2
… el Espíritu Santo o Amor…
3
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
4
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos —como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu
yo
es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9], T31.5
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.18
¿CÓMO SE HACE LA CORRECCIÓN?
1-5
|
M18.1 1
Una corrección de naturaleza duradera —y sólo ésta es verdadera corrección— no podrá hacerse hasta que el maestro de Dios no haya dejado de confundir interpretaciones con hechos, o ilusiones con Verdad
1
.
2
Si discute con su alumno acerca de un pensamiento mágico, ataca al pensamiento, y trata de probar que es erróneo o de demostrar su falsedad, no está haciendo otra cosa que dar testimonio de su realidad
2
.
3
La depresión es, entonces, inevitable, pues habrá "probado", tanto a su alumno como a sí mismo, que la tarea de ambos es escapar de lo que es real.
4
Y esto sólo puede ser imposible.
5
La Realidad
3
es inmutable.
6
Los pensamientos mágicos
4
no son sino ilusiones.
7
De no ser así, la salvación no sería más que el mismo sueño irrealizable de siempre, sólo que con otra forma.
8
En cambio, el sueño de la salvación
5
tiene un nuevo contenido,
9
y la diferencia no estriba solamente en la forma.
|
1
La
Verdad
, con mayúscula, según el
Curso
, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
2
… la realidad del
ego,
que es el pensar individual que, pasando por alto el Pensar de Amor de la eterna Unicidad —en el Cual, todos, cual Almas perfectas y eternas, somos Uno en el Alma del Hijo único de Dios, Quien es Uno con nuestro Padre y Creador— adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo se podía separar de Dios y crear por su cuenta y, por haber olvidado el Hijo de Dios reírse de ese pensar individual, éste se convirtió, en la ahora mente separada, en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad diferente y opuesta a La de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes y trocitos, contra las cuales compite caóticamente en diferentes relaciones especiales hasta la muerte. Ver
T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
3
La
Realidad
, con mayúscula, significa la eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula,
realidad
significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio que hicimos y, en la que habitualmente pensamos, percibimos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, perdonamos y extendemos milagros, podemos acceder al nivel superior y espiritual de esta realidad, la cual el
Curso
denomina
mundo real
, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver
T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
4
La
magia
, según el
Curso
y cuando pensamos con el ego, es todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos y que tratamos de comprender mediante nuestro raciocinio, memoria, lógica y el sentido común que nos trae la experiencia de cada día. Pero esa realidad tiene que ser irreal, simplemente porque un Dios de Amor no la pudo haber creado. En efecto, el
Curso
añade que Dios, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, creó únicamente nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su Hijo único. No creó nada más. Por tanto, si queremos creer en un Dios perfecto y eterno, también tendremos que creer no sólo que lo que percibimos aquí tiene que ser magia o ilusión, sino que lo que no percibimos con nuestro sentidos pero experimentamos internamente durante algunos instantes santos en el mundo real, cuando hemos perdonando totalmente al otro, es el reflejo aquí de Nuestra verdadera y eterna Realidad. Ver
T1.1.14 [14], T2.3 [62], T23.3 [30]
5
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen —regidos como están por las leyes de la evolución y escasez— queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
|
M.18
¿CÓMO SE HACE LA CORRECCIÓN?
pár 2
|
M18.2 10
La lección más importante que los maestros de Dios deben aprender es cómo reaccionar sin ninguna ira ante los pensamientos mágicos.
11
Sólo de esta manera pueden proclamar la Verdad acerca de sí mismos.
12
Por medio de ellos, ahora, el Espíritu Santo puede hablar de la Realidad del Hijo de Dios
6
.
13
Ahora, puede recordar al mundo lo que es la impecabilidad: la única condición —inalterada e inalterable— de Todo cuanto Dios creó.
14
Ahora, puede proclamar la Palabra de Dios a oídos atentos y llevar la visión de Cristo
7
a ojos que ven.
15
Ahora, es libre de enseñarles a todas las mentes
8
lo que realmente son, para que, alegres, regresen a Dios.
16
Y ahora, la culpa
9
queda perdonada, pasada completamente por alto en Su mirada
10
, y en la Palabra de Dios.
|
|
6
El
Hijo único de Dios
o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras son Una— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver
T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
7
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando decido que quiero ver el mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar al otro, aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. Al lograr perdonarlo totalmente en el mundo real de mi fuero interior, voy a experimentar la
visión de Cristo
, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
8
La
Mente
, con mayúscula, se refiere a la Mente única de Dios o de Cristo, y representa el agente que activa al Espíritu, aportándole su energía creadora. El Espíritu es el Pensamiento de Dios Que Él creó a Su semejanza. El Espíritu unificado es el Hijo único de Dios, o Cristo, en Quien nuestras Almas perfectas y eternas son Uno. En minúscula, la
mente
representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar acertada o equivocada dependiendo de la voz que escuche. El
Curso
la describe como si tuviese dos partes: el espíritu (o mente acertada) y el ego. El espíritu es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El ego es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones. Ver
T2.2, T2.3, T5.4, T7.6
9
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo que así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
10
… del Espíritu Santo,
|
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M.18
¿CÓMO SE HACE LA CORRECCIÓN?
pár 3-5
|
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M18.3 17
La ira no hace sino proferir a gritos: "¡La culpabilidad es real!"
18
La Realidad queda obliterada cuando esta creencia demente se acepta en sustitución de la Palabra de Dios.
19
Ahora son los ojos del cuerpo los que "ven" y sus oídos los únicos que "oyen".
20
El limitado espacio que ocupa y su exiguo aliento se convierten en la medida de la Realidad.
21
Y la Verdad se vuelve diminuta e insignificante.
22
La Corrección
11
, tiene una sola respuesta para todo esto y para el mundo, que se basa en lo siguiente:
M18.4 23
Confundes tus interpretaciones con la Verdad,
24
y te equivocas.
25
Pero un error no es un pecado
12
, ni la Realidad ha sido destronada por tus errores.
26
Dios reina para siempre, y Sus leyes son las únicas que prevalecen sobre ti y sobre el mundo.
27
Su Amor sigue siendo Lo único que existe.
28
El miedo es una ilusión, pues realmente eres como Él.
M18.5 29
Por consiguiente, para curarse, es esencial que el maestro de Dios permita que todos sus propios errores sean corregidos.
30
Si aún siente la más leve irritación al responder a otro, que se dé cuenta de inmediato de que ha hecho una interpretación que no es verdad.
31
Que se dirija entonces en su fuero interno a su Guía eterno, y deje que sea Él Quien juzgue cuál debe ser la respuesta.
32
Así se curará, y en su curación su alumno quedará curado conjuntamente con él.
33
La única responsabilidad del maestro de Dios es aceptar el Redimir para sí mismo
13
.
34
El Redimir es sencillamente la corrección o anulación de los errores.
35
Cuando esto se haya logrado, el maestro de Dios se habrá convertido, por definición, en un extendedor de milagros.
36
Sus pecados le han sido perdonados, y él ya no se condena a sí mismo.
37
Por tanto, ¿cómo podría condenar a otros?
38
Y, ¿a quién no podría curar su perdón?
|
|
11
El
Espíritu Santo
, aquí, es el pensar de Cristo que conciencia el Conocimiento que yace más allá de la percepción. Al producirse la separación, el Espíritu Santo comenzó a estar presente aquí como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir. Allá, en la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios, Que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Algunos de Sus sinónimos en el
Curso
son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Maestro", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", " Vínculo", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver
T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
12
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1 1
13
El
Redimir —
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
.
Ver T2.3, T2.5, T3.3, T5.3, T5.4, T13.9, T14.5, T15.3, L139, M28
|
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M.19
¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
1-5
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M19.1 1
La justicia es la corrección divina de la injusticia.
2
La injusticia es la base de todos los juicios
1
del mundo.
3
La justicia corrige las interpretaciones a las que la injusticia da lugar, y las cancela.
4
Ni la justicia ni la injusticia existen en el Cielo, donde el error es imposible y la idea de corrección carece de sentido.
5
No obstante, en este mundo el perdón
2
depende de la justicia, ya que todo ataque es siempre injusto
3
.
6
La justicia
4
es el veredicto que el Espíritu Santo emite sobre el mundo
5
.
7
La justicia es imposible excepto en Su juicio, pues en el mundo nadie es capaz de hacer únicamente interpretaciones justas y dejar a un lado todas las injusticias.
8
Si el Hijo de Dios
6
fuese juzgado imparcialmente
7
, no habría necesidad de salvación
8
.
9
El pensamiento de separación
9
hubiese sido eternamente inconcebible.
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1
Juzgar
es el complemento de la percepción del ego en el proceso fundamental para sobrevivir en la realidad de este mundo —mientras nuestro cuerpo viva en él— por el cual interpretamos y luego juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, proceso que culmina con nuestra decisión en cuanto a lo que son o cómo son las cosas, cuáles son potencialmente favorables y/o valiosas y cuáles peligrosas y/o culpables.
(T3.7 [57] 42-46)
Cuando aplicamos este proceso a personas, decidimos cuáles merecen que entremos con ellas en una relación especial, cuáles nos son indiferentes, y cuáles merecen castigo. El juzgar a tiempo nos protege y mantiene a salvo, aunque también establece separaciones, culpa, miedo y la carga imposible de tratar de actuar como Dios.
(M10.6)
Pero juzgar no es nuestra función,
(T14.6 [49] 25-27)
pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada nos lleva al conocimiento. Él no observa otra cosa que la diferencia que hay entre el reflejo aquí de la Realidad y las ilusiones de este mundo.
(M8.6)
Cuando habiendo aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido milagros, pensemos y percibamos acertadamente con el Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar lo más posible que aquí sea el reflejo de la Realidad. Ver
T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
2
Perdonar
es un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad, y defensas, y con algo de paz y alegría; decido que quiero ver al mundo de otra manera, y para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad —Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
3
… porque va en contra del reflejo aquí de la Unicidad de todas las Almas de los Hijos como Una en el Alma única de Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Dios, Su Padre y Creador…
4
… según el
Amor
que, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
5
… hecho por el
yo primario
de tu ego, el cual empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento —el yo de mi ego primario— se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos. Ver:
T27.9 [82]
6
… ese otro (u otros) que —al igual que tú— cree estar aquí y ser un cuerpo más de los cuerpos que fueron, son y serán, y que estás tratando o no de perdonar según el Curso,
7
… por ti
8
… ni para ti ni para él (ellos) en tu mente…
9
… de tu yo primario
|
|
M.19
¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
pár 2-3
|
|
M19.2 10
La justicia
10
, al igual que su opuesto, es una interpretación
11
.
11
Sin embargo, es la única interpretación que conduce a la Verdad.
12
Esto es posible porque —si bien la justicia no es de por sí verdadera— no hay nada en ella que se oponga a la Verdad.
13
Entre justicia y Verdad no existe un conflicto inherente: la una no es sino el primer pequeño paso en dirección a La otra.
14
El camino varía considerablemente a medida que uno avanza.
15
Sería imposible predecir de antemano toda la magnificencia, la grandiosidad de los paisajes, y los vastos panoramas que han de salir a nuestro encuentro
12
a lo largo del recorrido.
16
Y aun éstos —cuyo esplendor alcanza alturas indescriptibles a medida que uno avanza— no se pueden ciertamente comparar con todo lo que nos espera cuando termine el camino y el tiempo finalice con él.
17
Pero por alguna parte hay que comenzar.
18
La justicia es el comienzo.
M19.3 19
Todos los conceptos que tienes sobre tus hermanos y sobre ti mismo; todos tus temores acerca de situaciones futuras y toda preocupación por el pasado, provienen de la injusticia
13
.
20
He aquí el lente que, al ponerse ante los ojos del cuerpo, deforma la percepción
14
y trae testigos del mundo distorsionado a la
15
mente que hizo ese lente y que lo tiene en tanta estima.
21
Así, selectiva y arbitrariamente, es como se forja cada concepto del mundo.
22
Los "pecados
16
" se perciben y justifican mediante una cuidadosa selección de la que está ausente toda idea de completitud
17
.
23
El perdón no tiene cabida en este esquema, pues no hay ni un solo "pecado" que no parezca ser eternamente verdadero
18
.
|
|
10
… según el Espíritu Santo,
11
… ya que tiene lugar aquí
12
… en nuestra mente
13
… que tu yo primario estableció en las leyes de la evolución y escasez que, entre otras, rigen esta realidad ilusoria…
14
Percepción
: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo, y Uno con Dios— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, La
percepción
es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual interpretamos o juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, algo que ella ha proyectado de acuerdo con su creencia en la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Y cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, nuestra percepción gradualmente se vuelve "
acertada
", es decir, trata de librarse de cualquier pensamiento en el que se ataca, iniciando el proceso de llevarnos a la "
percepción verdadera
" en el mundo real donde perdonaremos a nuestro (s) hermano (s), perdonándonos así a nosotros mismos también. Ver
T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
15
… parte "ego" de tu mente…
16
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1 1
17
La
Completitud
, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, la
completitud
es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestra mente en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Ver
T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
18
… ya que sucedió aquí, y que tus sentidos pudieron verificar…
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M.19
¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
pár 4
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M19.4 24
La salvación
19
es la justicia de Dios.
25
Reinstaura en tu concienciación la completitud de los fragmentos que percibes como desprendidos
20
, y separados
21
.
26
Y esto es lo que te permite superar el miedo
22
a la muerte.
27
Pues los fragmentos separados tienen necesariamente que deteriorarse y morir, pero la Completitud es inmortal.
28
Permanece por siempre y para siempre semejante a Su Creador, al ser Uno con Él.
29
El Juicio de Dios es Su justicia.
30
Sobre esto que sigue: un Juicio totalmente desprovisto de condenación y una evaluación basada enteramente en el Amor, has proyectado tu injusticia, atribuyéndole a Dios el lente de percepción deformada a través del que tú miras
23
.
31
Ahora
24
, el lente pertenece a Él y no a ti.
32
Ahora tienes miedo de Él, y no te das cuenta de que odias y temes a tu propio Yo
25
, como si fuera tu enemigo.
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19
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez, queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T9.6, T11, T31, L96, L186, LTe.2 (-L231)
20
… de Dios
21
… de Dios y unos de otros
22
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T2.4, T4.5, T5.7, T11.3, T12.3, T21.5, T23.5, T24.7, T27.3
23
… el Dios caprichoso y castigador que tu propio yo primario inventó para justificar tu separación de la
Unicidad
que, con mayúscula es, en el eterno Presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
24
… que sigues pensando con tu ego, en tu mente
25
… el Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos somos realmente Uno,
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M.19
¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
pár 5
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M19.5 33
Ora
26
por la justicia de Dios, y no confundas Su misericordia con tu propia demencia
27
.
34
La percepción puede dar forma a cualquier imagen que la mente desee ver.
35
Recuérdalo.
36
En eso se encuentra el Cielo o el infierno, según escojas.
37
La justicia de Dios apunta hacia el Cielo, precisamente porque es enteramente imparcial.
38
Acepta todas las evidencias que le presentan, sin omitir nada y sin considerar nada como realmente separado y ajeno a todo lo demás.
39
Desde este único punto de vista
28
, juzga, y sólo desde él.
40
Aquí, todo ataque y toda condenación dejan de tener sentido y son indefendibles.
41
La percepción descansa, la mente está tranquila, y la luz
29
retorna nuevamente.
42
Ahora queda restaurada la visión
30
.
43
Lo que se había perdido, ahora se ha encontrado.
44
La paz de Dios desciende sobre el mundo entero y, por fin, podemos ver.
45
¡Y vemos!
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26
La
oración
es, en el eterno Presente de la Unicidad, el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. la única Voz que eternamente nos profesamos Dios y todos nosotros como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su único Hijo, en medio de la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T3.7 [56] y [60], T6.3 [32], L183.11, L254, C1.in.
27
Demencia o locura
es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos.
28
… del Amor,
29
Luz
, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
luz
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu en nuestra mente en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver
T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
30
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
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