gráfico por
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T29.1 [1] 1
No hay tiempo, lugar ni estado del que Dios esté ausente
1
.
2
No hay
nada
de qué tener miedo
2
realmente
3
.
3
No hay manera de concebir una brecha en la Completitud
4
Que es Suya.
4
Es completamente imposible transigir en cuanto a la posible existencia de la brecha más insignificante y diminuta en Su eterno Amor.
5
Pues ello querría decir que Su Amor puede albergar una sombra de odio, que Su bondad puede a veces trocarse en ataque y que, en ocasiones, Él podría perder Su infinita paciencia.
6
Todo esto es lo que
crees
cuando percibes una brecha entre tu hermano y tú.
7
De este modo, ¿cómo vas a poder confiar en Dios?
8
Pues Él tiene necesariamente que estar engañando con Su Amor.
9
Así pues, sé precavido, no dejes que Dios se te acerque demasiado y mantén una brecha entre Su Amor y tú, por la cual escapar en caso de tener que huir.
UCSM TEXTO CH 29
EL DESPERTAR
T29.1
INTRODUCCIÓN
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 304
No dejaré que mi mundo
nuble la visión de Cristo
1
.
|
L304.1 1
Puedo nublar mi santa visión si antepongo mi mundo a ella.
2
Y no puedo ver las santas escenas que Cristo mira a menos que utilice Su visión.
3
La percepción
2
es un espejo, no un hecho.
4
Y lo que miro es mi propio estado de ánimo reflejado hacia afuera.
5
Quiero bendecir el mundo mirándolo a través de los ojos de Cristo.
6
Y veré las señales inequívocas de que todos mis pecados
3
me han sido perdonados.
L304.2 7
Padre, Tú me llevas de las tinieblas a la luz; del pecado a la santidad
4
.
8
Permíteme perdonar para así recibir la salvación
5
a favor del mundo.
9
Padre, éste es Tu don que me es dado para ofrecérselo a Tu santo Hijo, de manera que él pueda volver a encontrar el recuerdo de Ti y el de Tu Hijo, tal como Tú Lo creaste.
|
1
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
2
Percepción
: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo, y Uno con Dios— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, La
percepción
es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual interpretamos o juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, algo que ella ha proyectado de acuerdo con su creencia en la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Y cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, nuestra percepción gradualmente se vuelve "
acertada
", es decir, trata de librarse de cualquier pensamiento en el que se ataca, iniciando el proceso de llevarnos a la "
percepción verdadera
" en el mundo real donde perdonaremos a nuestro (s) hermano (s), perdonándonos así a nosotros mismos también. Ver
T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
3
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1 1
4
Santidad
, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido. Ver
T1.1.31 [42] a [44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
5
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen —regidos como están por las leyes de la evolución y escasez— queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
29
EL DESPERTAR
T29.1
INTRODUCCIÓN
1-3
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T29.1 [1] 1
No hay tiempo, lugar ni estado del que Dios esté ausente
1
.
2
No hay
nada
de qué tener miedo
2
realmente
3
.
3
No hay manera de concebir una brecha en la Completitud
4
Que es Suya.
4
Es completamente imposible transigir en cuanto a la posible existencia de la brecha más insignificante y diminuta en Su eterno Amor.
5
Pues ello querría decir que Su Amor puede albergar una sombra de odio, que Su bondad puede a veces trocarse en ataque y que, en ocasiones, Él podría perder Su infinita paciencia.
6
Todo esto es lo que
crees
cuando percibes una brecha entre tu hermano y tú.
7
De este modo, ¿cómo vas a poder confiar en Dios?
8
Pues Él tiene necesariamente que estar engañando con Su Amor.
9
Así pues, sé precavido, no dejes que Dios se te acerque demasiado y mantén una brecha entre Su Amor y tú, por la cual escapar en caso de tener que huir.
T29.1 [2] 10
Aquí es donde más claramente se ve el miedo a Dios.
11
Pues el amor
es
traicionero para los que tienen miedo, puesto que miedo y odio
nunca
existen uno sin el otro.
12
Todo aquel que odia tiene miedo del Amor y, por consiguiente,
tiene
que tener miedo a Dios.
13
Es indudable que no conoce el
significado
del Amor.
14
Teme amar y ama odiar, y así cree que el Amor es de temer, ya que el odio es amor.
15
Esta es la consecuencia que la pequeña brecha
tiene
necesariamente que aportar a todos los que la valoran y piensan que es su salvación y esperanza.
T29.1 [3] 16
¡El miedo a Dios!
17
El mayor obstáculo que la paz tiene que salvar no ha desaparecido todavía.
18
Los demás ya desaparecieron, pero éste todavía sigue en pie, obstruyendo tu paso y haciendo que el camino hacia la luz
5
parezca ser oscuro y temible, peligroso y sombrío.
19
Habías
decidido
que tu hermano era tu
enemigo
.
20
Quizá a veces amigo, siempre que los intereses separados de ustedes permitiesen que su amistad fuese posible por algún tiempo.
21
Pero
no
sin establecer una brecha entre los dos, no vaya a ser que vuelva a convertirse en enemigo.
22
Por eso, si se te acerca, te echas atrás; y si tú te acercas a él, él se aleja de ti instantáneamente.
23
Una amistad cautelosa, limitada en su alcance y cuidadosamente restringida en su intensidad, se convirtió en el acuerdo que estableciste con él.
24
Compartieron un entendimiento cualificado, en el que una cláusula de separación constituía un punto que ambos acordaron mantener intacto.
25
Y convinieron que violarla sería una infracción del acuerdo que no se permitiría.
|
|
1
… para la mente que piensa y percibe con el Espíritu Santo. Por eso,
2
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
3
… porque en el Cielo, que es Donde todos estamos realmente, sólo hay Amor.
4
La
Completitud
, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, la
completitud
es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestra mente en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Ver
T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
5
Luz
, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
luz
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu en nuestra mente en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver
T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
29
EL DESPERTAR
T29.2
CLAUSURAR LA BRECHA
4-9
|
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T29.2 [4] 1
La brecha entre ustedes
no
está constituida por el espacio entre dos cuerpos
1
separados.
2
Ese espacio tan sólo
da la impresión
de estar dividiendo sus mentes separadas.
3
Esa brecha es el
símbolo
de una promesa que se hicieron uno al otro de encontrarse sólo cuando les pareciera, y luego mantenerse separados hasta que decidieran volver a encontrarse.
4
Y así, sus cuerpos parecerán ponerse en contacto y concertar un lugar de encuentro donde volver a reunirse.
5
Pero manteniendo siempre la posibilidad de que cada uno siga su camino por su cuenta.
6
Supeditándose al "derecho" de separarse, acordarán reunirse de vez en cuando y mantenerse separados durante ciertos intervalos de separación, lo que les va a proteger del "sacrificio" del Amor
2
.
7
El
cuerpo los salva
, pues los aleja del "
sacrificio"
total y les da tiempo a cada uno para reconstruir una vez más su yo separado, el cual cada uno cree que queda
disminuido
cuando se reúnen.
T29.2 [5] 8
Pero el cuerpo no
podría
haber separado sus mentes a menos que ustedes
hubiesen querido
que fuese una causa evidente de la separación y distanciamiento que existía entre ustedes.
9
Por consiguiente, le
atribuyen
un poder que, en sí, realmente
no
posee.
10
Y aquí reside su poder sobre
ustedes
.
11
Pues ahora piensan que
el cuerpo
determina cuándo deben reunirse y, además, que limita las respectivas facultades de ustedes para que cada mente entre en comunión con la otra.
12
Y ahora les
dice
adónde ir y cómo llegar hasta allí, qué les es factible emprender, y lo que
no pueden
hacer.
13
También dictamina lo que su propia salud puede tolerar, así como lo que lo cansará y enfermará.
14
Y sus "inherentes" debilidades establecen los límites de lo
que
querrían hacer, y mantiene el
propósito
de ustedes limitado y débil.
T29.2 [6] 15
El cuerpo
se avendrá
a todo esto, si eso es lo que quieren.
16
Permitirá
solamente desahogos limitados de "amor", intercalados con intervalos de odio.
17
Y
se hará
cargo de decidir cuándo "amar" y cuándo retroceder en el miedo para mantenerse a salvo.
18
Enfermará
3
porque
ustedes no saben lo que es amar.
19
Y así,
tendrán
necesariamente que desperdiciar toda circunstancia y a todo aquel con quien se encuentren, viendo en ellos un propósito que
no
es realmente el de ellos.
|
|
1
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
2
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetuas Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3[2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T10.2 [10] [11], T11.9 [77], T11.9 [83], T12.5 [37], T20.6 [38], T29, L46, L50, L67, L68, L195
3
La
enfermedad
de todas las enfermedades, cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas, y dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver
T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
|
|
T29.2
CLAUSURAR LA BRECHA
pár 7-9
|
|
T29.2 [7] 20
No es el Amor el que pide sacrificios,
21
sino el miedo el que
exige
el sacrificio del Amor, pues no puede subsistir en Su presencia.
22
Pues, para mantener el odio,
es preciso
que el Amor sea temido y limitar su presencia sólo a
algunas ocasiones
, manteniéndolo alejado
el resto del tiempo
.
23
De esta manera, se tiene al Amor por traicionero, porque
parece
ir y venir a su antojo, sin que les ofrezca ninguna estabilidad.
24
No
se dan cuenta de lo limitada y débil que es la lealtad
de ustedes
, y de lo frecuentemente que han exigido al Amor que se aleje de ustedes y los deje solos, y "en paz".
T29.2 [8] 25
El cuerpo, sin saber
nada
de metas, es la excusa de ustedes para las metas variables que mantienen y que obligan al cuerpo a que las mantenga.
26
No temen su debilidad, sino su falta de fuerza, que
es
su debilidad.
27
¿No les gustaría reconocer que
nada
se interpone realmente entre ustedes?
28
¿No les gustaría saber que realmente no
hay
brecha tras la cual ocultarse?
29
Los que descubren que su salvador
4
, ya no es su enemigo,
experimentan
un sobresalto.
30
Cuando
5
se descubre que el cuerpo no es real,
se suscita
una cierta aprensión
31
y
se experimentan
matices de miedo aparente en torno al feliz mensaje que dice que "Dios es Amor".
T29.2 [9] 32
No obstante, todo lo que sucede cuando
6
la brecha ha desaparecido es que hay
7
paz eterna.
33
No
más
que eso, pero tampoco menos.
34
Si no tuviesen miedo de Dios
8
, ¿qué podría inducirles a abandonarlo?
35
¿Qué juguetes o baratijas podría haber en la brecha que pudiesen privarlos de Su Amor por un solo instante?
36
¿
Permitirían
que el cuerpo dijese "no" al llamamiento del Cielo
9
, si no tuviesen miedo de
perder
el yo al encontrar a Dios?
37
No obstante, ¿acaso
podrían
ustedes perder su Yo
10
, al hallarlo?
|
|
4
Salvador
, con mayúscula, significa algunas veces en el
Curso
: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula,
salvador
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa.
Ver T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
5
… en un acto de fe de
querer creer
que realmente todos somos Almas perfectas y eternas, todas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, y que realmente no estamos aquí, en el tiempo y el espacio, sino en Su eterna Unicidad, de la Cual realmente nunca nos hemos separado, entonces es cuando
6
… en tu mente
7
… un reflejo aquí de la
8
… porque si el Dios que propone este Curso es verdad, desaparecerían nuestras preciosísimas individualidades…
9
El
Llamamiento de Dios
es la voz del Espíritu Santo en el nivel superior de tu subconsciente, que quiere avivar tu voluntad para que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos y entre todos ustedes y Dios, renunciando a ella por medio del Redimir, hasta que tu mente nuevamente completa se reincorpore a crear, devolviendo a Dios Lo que es Suyo; es el llamamiento a regresar al pensar acertado, para que la Filiación se encamine a ser lo que nunca ha dejado de ser: todos, como las Almas eternas y perfectas que realmente somos, Una en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Él en Su eterna Unicidad. Ver
T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
10
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos — como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9], T31.5
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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