La inmortalidad y la alegría son ahora
gráfico por
©Deposit Photos
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T15.2 [9] 44 El miedo
no es del presente
6, sino del pasado y del futuro, los cuales realmente
7 no existen.
45 En efecto, el miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza claro y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda al futuro.
46 Cada instante
8 es un nacer limpio y puro, en el que el Hijo de Dios emerge
del pasado al presente
9.
47 Y el presente se
extiende por siempre.
48 Es tan bello, limpio y libre de culpa, que en él sólo hay felicidad:
49 no se recuerda la oscuridad, y
ahora están presentes la inmortalidad y la alegría.
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CH 15.
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
15.1
INTRODUCCIÓN
15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 164
Ahora somos Uno con Él,
Que es nuestra Fuente.
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L164.1 1 ¿En qué otro momento sino ahora mismo puede reconocerse la Verdad?
2 El presente es el único tiempo que existe
1.
3 Y así, hoy, en este instante, ahora mismo, nos ponemos a mirar el reflejo de Lo que se encuentra eternamente Allá, no ante nuestra mirada, sino ante los ojos de Cristo.
4 Él mira más allá del tiempo y ve la Eternidad representada Allá.
5 Él oye los sonidos que engendra el insensato y ajetreado mundo, aunque cada vez menos, pues más allá de ellos oye el canto del Cielo y la Voz que habla por Dios con más claridad, con más sentido y más de cerca.
L164.2 6 El mundo desaparece fácilmente ante Su mirada.
7 Sus sonidos se vuelven cada vez más tenues.
8 Una melodía procedente de mucho más allá del mundo se vuelve cada vez más clara: una llamada de antaño a la que Cristo da una respuesta de antaño.
9 Reconocerás a ambas,
10 pues no son más que tu propia respuesta al llamamiento que te hace tu Padre.
11 Cristo responde por ti, haciéndose eco de tu Yo, utilizando tu voz para dar Su alegre consentimiento, aceptando tu liberación por ti.
L164.3 12
¡Qué santas son tus prácticas de hoy al darte Cristo Su visión
2
, al oír por ti, y al contestar en tu nombre el llamamiento
3
Que oye!
13
¡Qué tranquilos son los momentos que pasas con Él, más allá del mundo!
14
¡Qué fácilmente olvidas todos tus aparentes pecados y dejas de recordar todos tus pesares!
15
En este día se deja de lado la aflicción, pues las vistas y los sonidos que vienen a ti de un sitio más cercano que el mundo, te resultan claros a ti, que hoy vas a aceptar los dones que Él da.
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1
… El
instante santo,
aquí, en
tu fuero interno
, es la experiencia del reflejo del
eterno Presente de la Unicidad de Dios,
en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos
Almas se unen en la experiencia de Cristo
en el
mundo real
, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso,
el instante santo no puede ser para ti solo
. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver
T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
2
La
visión de Cristo
es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al
mundo real
, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la
experiencia de Cristo
, nuestra verdadera
Identidad
. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi
mente acertada
, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en
relaciones santas
. Ver
T11.7, T12.5 [42]
3
El
Llamamiento de Dios
es la
voz del Espíritu Santo
en el nivel superior de tu subconsciente, que quiere avivar tu voluntad para que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos y entre todos ustedes y Dios, renunciando a ella por medio del Redimir, hasta que tu mente nuevamente completa se reincorpore a crear, devolviendo a Dios Lo que es Suyo;
es el llamamiento a regresar al pensar acertado
, para que la Filiación se encamine a ser lo que nunca ha dejado de ser: todos, como las Almas eternas y perfectas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Él en Su eterna Unicidad. Ver
T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
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L E C C I Ó N 164
pár
4-9
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L164.4 16 Hay un silencio que el mundo no puede perturbar.
17 Hay una paz de antaño que llevas en tu corazón y que no has perdido.
18 Hay en ti un sentido de santidad que el pensar en el pecado nunca ha mancillado.
19 Hoy vas a recordar
4 todo esto.
20 La fidelidad con la que practiques hoy te aportará recompensas tan grandes y tan radicalmente diferentes de todas las cosas que antes perseguías, que sabrás que ahí está tu tesoro y tu descanso.
L164.5 21 Éste es el día en el que todas las vanas imaginaciones se descorren como si de una cortina se tratase, para revelar lo que se encuentra tras ellas.
22 Ahora se hace visible lo que realmente está ahí, mientras que todas las sombras del pasado que parecían ocultarlo sencillamente se disipan en la nada.
23 Ahora se ha ajustado la balanza y la escala en la que se miden los juicios se deja en manos de Aquel que juzga según la Verdad.
24 Y cuando juzgue, se va a desplegar ante tus ojos un mundo en el reflejo aquí de la perfecta Inocencia.
25 Ahora lo vas a ver con los ojos de Cristo.
26 Ahora tienes clara la transformación que
5 ha experimentado el mundo.
L164.6 27 Hermano, éste es un día sagrado para el mundo.
28 La visión que se te ha dado, desde mucho más allá de todas las cosas del mundo, las vuelve a mirar ahora bajo una nueva luz.
29 Y lo que ves se convierte en la curación y salvación del mundo.
30 Tanto lo valioso como lo insignificante se perciben y se reconocen por lo que son.
31 Y lo que es digno de tu Amor recibe tu Amor, sin que quede nada que temer.
L164.7 32 Hoy no vamos a juzgar.
33 Sólo recibiremos lo que nos llegue de juicios emitidos más allá del mundo.
34 Nuestras prácticas de hoy se convierten en un presente de gratitud por nuestra liberación de la ceguera y de la aflicción.
35 Todo cuanto veamos no hará más que aumentar nuestra alegría, porque su santidad refleja la nuestra.
36 Nos vemos perdonados en la mirada de Cristo, con el mundo entero perdonado en la nuestra.
L164.8 37 Bendecimos al mundo cuando lo miramos en la luz en la que nuestro Salvador nos mira a nosotros, y le ofrecemos la libertad que nos fue dada a través de Su visión perdonadora, que ahora no es la nuestra.
38 Abre la cortina durante tus prácticas renunciando sencillamente a todo lo que crees que deseas.
39 Aparta tus frívolos tesoros y abre en tu mente un espacio limpio y despejado, donde Cristo pueda llegar para ofrecerte el tesoro de la salvación.
40 Él necesita tu santísima mente para salvar al mundo.
L164.9 41
¿Acaso no es este un propósito digno de ser tuyo?
42
¿Acaso no vale la pena buscar la visión de Cristo por encima de todas las metas terrenales?
43
No dejes que este día transcurra sin dar tu aprobación y aceptar los dones que te tiene reservados.
44
Si los reconoces, podemos cambiar el mundo.
45
Tal vez no puedas ver el valor que tu aceptación ofrece al mundo.
46
Pero sin duda, esto es lo que quieres: poder cambiar todo sufrimiento por alegría hoy mismo.
47
Toma en serio tu práctica, y ése será tu don.
48
¿Es que acaso va Dios a engañarte?
49
¿Es que va a dejar de cumplir Su promesa?
50
¿Vas a negarle lo poco que te pide cuando Sus Manos ofrecen a Su Hijo la completa salvación
6
?
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4
El
residuo bendito
es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual
Almas
,
unificadas como Una en Cristo
, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro
espíritu
(o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver
T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
5
… en tu mente…
6
La
salvación es
el proceso de
deshacer la separación que nunca fue
, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez;
es
querer creer en el
eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios
, en Cuya
Unicidad
estamos realmente todos, como
Almas
perfectas unificadas como
Una en Cristo
, el Hijo único de Dios;
es
ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo;
es
aceptar el
Redimir
para nosotros mismos;
es
perdonar
al otro y a los demás y
extender los milagros
que nos sugiera el Espíritu Santo;
es
entablar
relaciones santas
y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
15
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
T15.1
INTRODUCCIÓN
pár
1-2
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T15.1 [1] 1 ¿Puedes imaginarte lo que sería no tener aflicciones, preocupaciones, ni ansiedades, sino simplemente estar en perfecta calma y tranquilidad todo el tiempo?
2 Y, sin embargo, el verdadero
propósito del tiempo
1 es éste: aprender eso y nada más.
3 El Maestro de Dios no puede sentirse satisfecho con Sus enseñanzas hasta que éstas no constituyan tu
único aprendizaje.
4 Él no habrá completado Su función docente hasta que no te hayas convertido en un estudiante tan dedicado
que aprendas sólo de Él.
5 Cuando esto haya ocurrido, ya no necesitarás un maestro, ni tiempo para aprender.
T15.1 [2] 6
Una de las fuentes del desaliento que percibes y que te hace sufrir es tu creencia de que
esto lleva tiempo
, y que los resultados de las enseñanzas del Espíritu Santo se lograrán en un futuro lejano.
7
Esto no es así,
8
pues el Espíritu Santo
usa
el tiempo a Su
Propia
manera y
no
está limitado por él.
9
A la hora de enseñar, el tiempo es Su amigo.
10
No Le causa deterioro como lo hace contigo.
11
En efecto, todo el deterioro que el tiempo parece traer consigo se debe únicamente a tu identificación con el ego, que lo usa para reforzar
su
creencia en la destrucción.
12
El ego, al igual que el Espíritu Santo, usa el tiempo para convencerte de la inevitabilidad de la meta que será el final del aprendizaje.
13
Para el ego, la meta es la muerte
2
, que
es
su propio fin.
14
Pero para el Espíritu Santo, la meta es la Vida
3
, la Cual realmente no
tiene
fin.
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1
… para el Alma que quiero creer que realmente soy…
Alma
(o Espíritu), siempre con mayúscula, es nuestra inmaterial naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma (o Espíritu) es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas que realmente somos todos, cuando las unimos como Una en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Que es Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad.
Nada
puede llegar al Alma desde el ego, ni nada
del
Alma puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por tanto,
no están comunicados
ni jamás
lo estarán
. Ver
T2.2 [20], T4.2 [8-14-19], T5.3 [12], T5.5 [33], T9.9 [79], T10.5 [31] T31.6, L97
2
Cuando pensamos con el ego, la
muerte
es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Cuando pensamos con el Espíritu Santo, creemos que la
muerte
no es nada y que cuando nuestro cuerpo, nuestro ego y nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que como Almas Una en Cristo, en el Alma única del único Hijo de Dios Quien es Uno con Su Padre y Creador y Cristo Uno con Dios, somos ése Hijo, perfecto y eterno. Ver
T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
3
La
Vida
, con mayúscula,
es la única Vida que realmente existe
, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su
Unicidad
, en la que todos, sin excepción, como
Almas
perfectas unificadas como Una en
Cristo
, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
vida
quiere decir nuestra vida aquí, sea como
reflejo de Nuestra Vida
eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o,
de acuerdo con las leyes de este mundo
, cuando pensamos con el ego. Ver
T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
15
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
3-15
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T15.2 [3] 1 El ego
es un aliado del tiempo, pero
no un amigo.
2 Pues desconfía tanto de la muerte como de la vida, y lo que desea para ti,
él no lo puede tolerar.
3 El ego
te quiere muerto, pero
él no quiere morir.
4 Por consiguiente, el resultado de su extraña religión
tiene necesariamente que ser convencerte de que te puede perseguir
más allá de la tumba.
5 Y al no estar dispuesto a que encuentres paz, ni siquiera en la muerte que quiere para ti, te ofrece inmortalidad en el infierno.
6 Él te habla del Cielo, pero al mismo tiempo te asegura que el Cielo no es para ti.
7 Pues, ¿qué esperanzas pueden tener los culpables de ir al Cielo?
8 Creer en el infierno es ineludible para los que se identifican con el ego.
9 Sus pesadillas y miedos están todos asociados con él.
T15.2 [4] 10 El ego te enseña que el infierno está
en el futuro, pues a esto apuntan
todas sus enseñanzas.
11
El infierno es su meta.
12 Pues aunque el ego apunta a la muerte y la disolución como un fin,
él no lo
cree.
13 La meta de la muerte, la cual ansía para ti,
lo deja insatisfecho.
14 Nadie que siga las enseñanzas del ego puede estar libre del
miedo a la muerte.
15 No obstante, si se pensase que la muerte es simplemente el fin del dolor, ¿se le tendría
miedo?
16 Hemos visto antes esta extraña paradoja en el sistema de pensamiento del ego, pero nunca tan claramente como aquí.
17 Pues, para conservar tu fidelidad, el ego tiene que
dar la impresión de que
mantiene al miedo alejado de ti.
18 Pero, para mantenerse a
sí mismo, tiene que
generar miedo.
T15.2 [5] 19 Una y otra vez el ego intenta —y lo logra con demasiada frecuencia— hacer ambas cosas, valiéndose de la disociación para mantener unidas sus metas contradictorias, de manera que
parezcan haberse reconciliado.
20 El ego enseña que la muerte es el final en lo que respecta a cualquier esperanza de alcanzar el Cielo.
21 No obstante, puesto que tú y
él no pueden estar separados, y puesto que él no puede concebir su
propia muerte, te seguirá persiguiendo,
porque —según él—
la culpa
1
es eterna.
22 Tal es la versión que el ego tiene de la inmortalidad.
23 Y
esto es lo que apoya su versión del tiempo.
T15.2 [6] 24 El ego enseña que el Cielo está aquí y ahora, porque el
futuro que nos espera es el infierno.
25 Incluso cuando ataca tan salvajemente que trata de quitarle la vida a cualquiera que temporalmente oye su voz como si fuese la
única que hay, incluso a ése, le habla del infierno.
26 Le dice que el infierno está
aquí, y lo incita a que salte del infierno al olvido total.
27 El único tiempo que el ego permite a cualquiera observar con ecuanimidad es el
pasado.
28 Y aun ahí, su único valor es que ya no existe.
T15.2 [7] 29
¡Qué desolado y desesperante es el uso que hace el ego del tiempo!
30
¡Y qué
aterrador
!
31
Pues, tras su fanática insistencia de que el pasado y el futuro son lo mismo, se oculta una amenaza a la paz todavía mucho más insidiosa.
32
El ego no hace alarde de su amenaza final, pues quiere que sus devotos sigan creyendo que
les
puede ofrecer la
escapatoria
de ella.
33
Pero creer en la culpa
tiene
necesariamente que conducir a
creer en el infierno
,
y eso es lo que siempre sucede
.
34
La única manera que el ego permite de experimentar el miedo al infierno es
traer al infierno aquí
, pero
siempre
como muestra de lo que depara el futuro.
35
Pues nadie que se considere
merecedor
del infierno puede creer que su castigo acabará convirtiéndose en
|
|
1
En el
Cielo,
según el Curso,
no hay normas ni culpa
, ya que Dios sólo sabe del
Amor
que comparte en paz y alegría con todas nuestras
Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo
, en el eterno Presente de Su Unicidad.
Aquí
, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez,
cuando pensamos con el ego
, la
culpa
es el sentimiento de
no haber estado a la altura
de las circunstancias, o de
haber faltado contra normas
generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el
Redimir
para nosotros mismos,
queremos creer
que realmente
no somos cuerpos sino Almas
creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto,
nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador
. Además, mediante la
visión de Cristo
, ahora
vemos a las faltas
que antes juzgábamos como imperdonables,
como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros
y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
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T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
8-10
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T15.2 [8] 36 En cambio, el Espíritu Santo enseña lo siguiente: realmente el infierno no
existe.
37 El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho
del
2
Presente.
38
Creer en el infierno es lo que te
impide comprender realmente el presente
3, pues
ciertamente le tienes miedo al infierno.
39 El Espíritu Santo lleva al Cielo tan invariablemente como el ego conduce al infierno.
40 Pues el Espíritu Santo, Que realmente
sólo conoce el presente
4, se vale de éste para
deshacer el miedo por el cual el ego quiere inutilizar el presente.
41 Es
imposible librarse del miedo en la forma en que el ego usa el tiempo.
42 Pues el tiempo, de acuerdo con sus enseñanzas, no es más que un recurso de enseñanza para
agravar la culpa, hasta que ésta lo envuelva todo y exija venganza por siempre.
T15.2 [9] 43 El Espíritu Santo quiere deshacer
todo esto
ahora, en este instante
5.
44 El miedo
no es del presente
6, sino del pasado y del futuro, los cuales realmente
7 no existen.
45 En efecto, el miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza claro y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda al futuro.
46 Cada instante
8 es un nacer limpio y puro, en el que el Hijo de Dios emerge
del pasado al presente
9.
47 Y el presente se
extiende por siempre.
48 Es tan bello, limpio y libre de culpa, que en él sólo hay felicidad:
49 no se recuerda la oscuridad, y
ahora están presentes la inmortalidad y la alegría.
T15.2 [10] 50
Esta lección
no
requiere tiempo para aprenderla.
51
Pues, ¿qué
es
el tiempo
sin
pasado ni futuro?
52
Ciertamente
ha
llevado tiempo descarriarte tan completamente, pero no se requiere tiempo en absoluto para
ser
lo que realmente
eres
10
.
53
Empieza a practicar el
uso
del tiempo tal como lo hace el Espíritu Santo, como un recurso de enseñanza para alcanzar paz y felicidad.
54
Toma este preciso instante,
ahora
, y piensa que
es todo
el tiempo que
realmente hay
.
55
Nada del pasado te puede alcanzar aquí, y es aquí donde te encuentras realmente absuelto
por completo
,
absolutamente
libre y
totalmente
sin condenación.
56
A partir de este instante santo en el que la santidad volvió a nacer, seguirás avanzando en el tiempo sin sentir miedo y sin experimentar ninguna sensación de cambio
a su paso
.
|
|
2
… eterno
3
… aquí, como un reflejo del eterno Presente
4
… el presente aquí, el cual, cuando uno piensa con El Espíritu Santo, perdona y extiende milagros, uno puede llegar a conocer aquí el reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que todas nuestras Almas están unificadas como Una en Cristo, el único Hijo el Padre Que realmente somos…
5
El
instante santo,
aquí, en
tu fuero interno
, es la experiencia del reflejo del
eterno Presente de la Unicidad de Dios,
en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos
Almas se unen en la experiencia de Cristo
en el
mundo real
, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso,
el instante santo no puede ser para ti solo
. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver
T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
6
… cuando se ve con el Espíritu Santo como un reflejo aquí de Nuestro eterno Presente con Dios,
7
… "realmente" se refiere a nuestra verdadera condición en el Cielo, Que es donde realmente estamos todos, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, que nunca se separó de su Padre.
8
… cuando es santo,
9
… el reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad,
10
… Cristo, el Hijo de Dios
|
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T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
11-13
|
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T15.2 [11] 57 El tiempo es inconcebible sin que sucedan cambios; no obstante, la santidad
no cambia.
58 Y debes aprender más cosas de este instante santo, no sólo que el infierno no existe.
59
En este instante redentor reside el
11
Cielo.
60 Y el Cielo
no cambiará, pues nacer al presente santo es
salvarse de estar cambiando.
61 Los cambios son ilusiones que enseñan los que no se pueden ver a sí mismos libres de culpa.
62 En el Cielo no hay cambio, porque
Dios no cambia.
63 En el instante santo en el que te ves a ti mismo resplandeciente de libertad,
vas a recordar a Dios.
64 Pues recordar a Dios
es recordar la libertad.
T15.2 [12] 65 Cada vez que te sientas tentado a desanimarte pensando
cuánto tiempo llevaría cambiar tan radicalmente tu forma de pensar, pregúntate a ti mismo: "¿Cuán largo es un instante?"
66 ¿No estarías dispuesto a ofrecerle al Espíritu Santo un lapso de tiempo tan
corto para tu propia salvación?
67 Él no te pide nada más, pues no necesita nada más.
68 A ti te va a llevar más tiempo aprender a estar dispuesto a darle esto que a Él utilizar este ínfimo instante para ofrecerte el
12 Cielo en su totalidad.
69 A cambio de ese instante, Él está dispuesto a darte el recuerdo de la Eternidad.
T15.2 [13] 70
Pero nunca podrás dar al Espíritu Santo ese instante santo en favor de
tu
liberación mientras no estés dispuesto a dárselo a tus hermanos en favor de las
suyas
13
.
71
Pues el instante de santidad es un instante que se
comparte
y, por consiguiente,
no puede
ser únicamente para ti.
72
Por eso, cuando te sientas tentado de atacar a un hermano, recuerda que
su
instante de liberación
14
es el
tuyo
15
.
73
Los milagros
16
son
los instantes de liberación que ofreces, y que vas a
recibir
de vuelta.
74
Dan testimonio de
tu
disposición a
ser
realmente liberado, y también a ofrecer tu tiempo al Espíritu Santo para que
haga
uso de él.
75
¿Cuánto dura un instante?
76
Va a ser tan corto para tu hermano como lo es para ti.
77
Practica
dando
ese bendito instante de libertad a todos los que están
esclavizados
por el tiempo y, de esta manera, harás que el tiempo se convierta en amigo
de
ellos.
78
El Espíritu Santo te da
a ti
el instante bendito de ellos al tú dárselos.
79
A medida que lo
das
, Él te lo ofrece a
ti
.
|
|
11
… el reflejo aquí del
12
… el reflejo aquí del
13
… como Hijos de Dios Que realmente son.
14
… como el Hijo de Dios que realmente es,
15
… como el Hijo de Dios que tú también eres realmente,
16
Extender un
milagro
a otro, es la máxima expresión de
Amor
que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para ti mismo y logrado
perdonar totalmente
a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la
visión de Cristo
, y unes tu
Alma
a La de él en una unión de
Amor
, que se
extiende a todas las Almas
, ya que, realmente,
hay Una sola
, La del Hijo único de Dios. El milagro
trasciende las leyes de este mundo,
remplazándolas por
una verdadera empatía
o altruismo, como
reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo
, reflejo que
cura la mente
de tu hermano de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolida
tu propia curación
. El milagro es
el medio para alcanzar conjuntamente la meta
del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un
acto de fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y en:
LTe.13 (-L341)
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T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
14-15
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T15.2 [14] 80 No seas reacio a dar lo que quieres recibir de Él, pues al dar te unes
a Él.
81 En la cristalina transparencia de la liberación que das, radica
tu liberación
instantánea de la culpa.
82
Tienes necesariamente que ser santo si
ofreces la santidad.
83 ¿Cuánto dura un instante
17?
84 Dura el tiempo que sea necesario para restablecer
18 la perfecta Cordura
19, la perfecta Paz
20 y el perfecto Amor para todos, para Dios y para
Ti
21;
85 el tiempo que sea necesario para recordar la inmortalidad y tus creaciones inmortales que realmente La comparten
Contigo;
86 el tiempo que sea necesario para intercambiar el infierno por el Cielo;
87 el tiempo suficiente para trascender
todo lo que el ego ha hecho y ascender hasta el Padre de ustedes.
T15.2 [15] 88
El tiempo es tu amigo, siempre que lo entregues al Espíritu Santo para que lo use.
89
Él necesita muy poco tiempo para restituirte todo el poder de Dios.
90
Él, Que transciende el tiempo
por
ti, entiende cuál es realmente el
propósito
del tiempo.
91
La Santidad no reside en el tiempo, sino en la Eternidad.
92
Jamás
hubo
un solo instante en el que el Hijo de Dios pudiese haber perdido su pureza
22
.
93
Su
Estado
inmutable está
más allá
del tiempo, pues su pureza permanece realmente por siempre más allá del alcance de los ataques, y sin sufrir ninguna variación.
94
El tiempo se encuentra detenido ante la Santidad del Hijo de Dios, y esto no cambia.
95
Y así, el tiempo deja por completo de ser tiempo.
96
Pues, al estar atrapado en el único instante de la eterna
Santidad
de la
Creación
de Dios, se
transforma
en
Eternidad
.
97
Oblígate a
dar
el instante eterno, de manera que la Eternidad pueda ser recordada
para
ti en ese radiante instante de perfecta liberación.
98
Ofrece el milagro del instante santo
por medio
del Espíritu Santo, y deja que sea Él Quien se encargue de dártelo a ti.
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17
… con el Espíritu Santo, un instante santo?
18
… el reflejo aquí de
19
Cordura
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu que parte de la creencia en la
Verdad
y que nuestra vocación y función aquí es tratar lo más posible de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la
cordura
es el estado mental al que llegamos por medio del sentido común y del razonamiento. Ver
T6.6.2 [76], T17.7 [61]
20
Paz
, con mayúscula, es
el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad
por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula,
cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo
,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo.
Pero cuando pensamos con el ego
,
paz
es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
21
Ti
, con mayúscula, quiere decir
Tú, como el Alma perfecta y eterna
Que,
conjuntamente con todas las demás Almas, están unificadas como Una en Cristo
, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios
Que realmente somos.
En minúscula,
ti
,
cuando decides pensar con el Espíritu Santo
y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas,
eres el reflejo aquí de Cristo
; y
cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él
. Ver
T8.4 [20], T23
22
… el reflejo aquí de Su eterna Pureza.
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