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M.25 ¿SON DESEABLES LOS PODERES "PSÍQUICOS"?
M25.6 39 Cualquier facultad que alguien desarrolle tiene el potencial de hacer el bien. 40 En esto no hay excepciones. 41 Y cuanto más insólito e inesperado sea el poder, mayor será su potencial para ayudar. 42 La salvación tiene necesidad de todas las facultades, pues lo que el mundo quiere destruir, el Espíritu Santo lo quiere restaurar. 43 Se han usado facultades "psíquicas" para invocar al demonio, lo cual no hace sino reforzar al ego. 44 No obstante, aquí también hay un gran canal de esperanza y curación si se ponen al servicio del Espíritu Santo. 45 Los que han desarrollado poderes "psíquicos", simplemente han permitido que se levanten de sus mentes9 algunas de las limitaciones que ellos mismos les habían impuesto. 46 Si utilizan esta mayor libertad para aprisionarse aún más, no harán sino imponerse mayores limitaciones. 47 El Espíritu Santo tiene necesidad de esos dones, y quienes se los ofrecen a Él, y sólo a Él, caminan con la gratitud de Cristo en sus corazones y con Su santa visión siguiéndoles muy de cerca.
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
L E C C I O N E S F I N A L E S pár 1-6
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LF (-L361) in Introducción LF (-L361) in.1 1 Dejaremos nuestras lecciones finales tan libres de palabras como sea posible. 2 Vamos a usarlas, pero sólo al comienzo de nuestras prácticas, y sólo para recordarnos que estamos intentando ir más allá de ellas. 3 Dirijámonos a Aquel Que nos muestra el camino y que asegura nuestros pasos1. 4 A Él entregamos estas lecciones, como también, a partir de ahora, Le entregamos nuestras vidas. 5 Pues no queremos volver a creer en el pecado2, creencia que hizo que el mundo pareciese un lugar horrible e inseguro, hostil y destructor, peligroso en todas sus andanzas y traicionero más allá de cualquier esperanza de poder confiar y escapar del dolor3.
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1 … el Espíritu Santo en nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo…
2 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82] 3 Mientras nuestro cuerpo siga existiendo en la realidad del ego, a sus ojos, el mundo seguirá siendo "… un lugar horrible e inseguro, hostil y destructor, peligroso en todas sus andanzas y traicionero más allá de cualquier esperanza de poder confiar y escapar del dolor." Lo que habrá cambiado en nuestra mente, después de que hayamos aceptado el Redimir para nosotros mismos, dejado de enjuiciar, perdonado totalmente, extendido los milagros que nos hubiere sugerido el Espíritu Santo y estudiado y practicado este Libro de Lecciones, repetimos, lo que habrá cambiado, será la forma de ver al mundo tal como nos lo explicó el Curso en: "T21.1 [1] 1 La proyección hace la percepción. 2 El mundo que ves es lo que tú le diste, nada más que eso.
3 Pero si bien no es más que eso, tampoco es menos.
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LF (-L361) in.2 6 Suyo es el único camino para hallar el reflejo aquí de la Paz4 que Dios nos ha dado. 7 Al final, es Su camino el que todo el mundo tendrá que recorrer, pues éste es el final que Dios Mismo designó. 8 En el sueño del tiempo, parece estar muy distante. 9 Y, sin embargo, en verdad, ese final ya está aquí, ya nos está sirviendo como guía afable del camino a tomar. 10 Caminemos juntos por este camino que la Verdad5 nos señala. 11 Y seamos los líderes de los muchos hermanos nuestros que andan buscando el camino, pero que no lo logran encontrar.
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4 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
5 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
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LF (-L361) in.3 12 Dediquemos nuestras mentes a este propósito, dirigiendo todos nuestros pensamientos a llenar la función de la salvación6. 13 Es a nosotros a quienes se nos ha dado el objetivo de perdonar7 al mundo. 14 Es la meta que Dios nos ha asignado. 15 Busquemos Su forma de finalizar el sueño y no la nuestra. 16 Pues a todo lo que perdonemos, no dejaremos de reconocer que forma Parte de Dios Mismo. 17 Y así, Su memoria nos será devuelta completamente y completa.
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6 Nuestra verdadera función es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada únicamente a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompletitud. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], L62, L64, L65, L66, L99
7 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
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pár 4
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LF (-L361) in.4 18 Nuestra función es recordar a Dios aquí, en la Tierra, tal como nos es dado ser Su Propia Completitud8 en la Realidad. 19 Por consiguiente, no olvidemos que nuestra meta es compartida. 20 Pues ese recordar compartido contiene el recuerdo de Dios, y es el que indica el camino hacia Él y el Cielo de Su Paz. 21 Así, pues, ¿cómo no vamos a perdonar a nuestro hermano, que es el que nos puede ofrecer esto? 22 Él es el camino, la Verdad y la vida que nos muestra el camino. 23 En él reside la salvación9, que nos es ofrecida por medio del perdón que le dimos.
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8 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la completitud es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Y, cuando pensamos con el ego significa las definiciones que se pueden encontrar en el diccionario. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
9 La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
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pár 5-6
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LF (-361) in.5 24 No terminaremos este año sin recibir el don10 que Nuestro Padre prometió a Su santo Hijo. 25 Ahora, estamos perdonados 26 y a salvo de toda la ira que atribuíamos a Dios y que después descubrimos que era un sueño. 27 Hemos recobrado la cordura11, en la que comprendemos que la ira es locura, atacar es demente, y vengarse es sencillamente una fantasía por demás necia. 28 Nos hemos salvado de la ira porque aprendimos que estábamos equivocados. 29 Eso es todo. 30 ¿Acaso se enoja un padre con su hijo porque éste no logró entender lo que es la Verdad?
LF (-L361) in.6 31 Acudimos a Dios12 con sinceridad para decirle que no habíamos comprendido, y pedirle que nos ayude a aprender Sus lecciones por medio de la Voz de Su Propio Maestro. 32 Viendo esto, ¿querría Dios hacerle daño a Su Hijo? 33 O, ¿querría más bien apresurarse a contestarle, diciendo: "Éste es Mi Hijo, y todo lo que tengo es Suyo". 34 Ten la seguridad que Él responderá así, pues éstas son Sus Propias Palabras para ti. 35 Y más que eso, nadie podrá nunca tener, pues en esas Palabras se encuentra Todo lo que existe y Todo lo que existirá a lo largo de todo el tiempo y en la Eternidad.
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10 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Ver T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
11 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
12 … por medio del Espíritu Santo en nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíriti Santo…
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I O N E S 3 6 1 a 3 6 5
Quiero entregarte este instante s
anto1. Encárgate Tú, pues
quiero seguirte, seguro de que
Tu dirección me traerá paz2.
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L361 a 365 1 Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. 2 Y si necesito una idea, Él también me la dará. 3 Y si lo único que necesito es aquietarme y tener una mente tranquila y abierta, ésos serán los presentes que recibiré de Él. 4 Él está a cargo porque yo lo pedí. 5 Y Él escuchará y me contestará, porque Él habla por Dios, mi Padre y Su santo Hijo.
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1 El instante santo, aquí, en tu fuero interno, es la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que tu Alma quiere unirse al Alma de otra persona a la que estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando por medio de una pequeña disposición de buena voluntad, paras el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo" e invitas al Espíritu Santo a pensar contigo. Durante ese lapso de silencio —al estar transitoriamente liberado de la memoria de la culpa en tu pasado y de los pensamientos de miedo que trae la inseguridad del futuro de tu cuerpo según las leyes de la evolución y escasez— puedes concentrarte en querer perdonar a esa otra persona, hasta llegar a su Alma, y darte cuenta de que no tienes nada que perdonarle porque nada pudo haber hecho a La tuya. Luego, vas a entrar en el mundo real en la experiencia de Cristo, en la que tu Alma es Una con el Alma de la persona que lograste perdonar, y también Una con todas las demás Almas, ya que son igualmente perfectas y eternas. Es la experiencia de la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, Quien realmente somos cada uno y, a la vez, todos nosotros. Por eso, el instante santo no puede ser para ti solo. Eso va a permitir a los impulsos naturales o amorosos o milagrosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
2 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.25 ¿SON DESEABLES LOS
PODERES "PSÍQUICOS"? pár 1-6
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M25.1 1 La respuesta a esta pregunta es muy parecida a la anterior. 2 Por supuesto que no existen poderes "antinaturales", y es obvio que simplemente se recurre a la magia1 para inventar un poder que realmente no existe. 3 Es igualmente obvio, sin embargo, que cada individuo posee muchas facultades de las que no es consciente. 4 A medida que su concienciación se expande, es posible que desarrolle facultades que le parezcan muy sorprendentes. 5 No obstante, nada que pueda hacer puede compararse en lo más mínimo con la gloriosa sorpresa de recordar Quién es realmente2. 6 Si deja que todo su aprendizaje y todos sus esfuerzos se dirijan hacia esa gran sorpresa final, no querrá que lo retrasen las pequeñas sorpresas que se le puedan presentar en el camino.
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1 La magia, según el Curso y cuando pensamos con el ego, es todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos y que tratamos de comprender mediante nuestra razón, lógica y sentido común. Pero esa realidad tiene que ser irreal, simplemente porque un Dios de Amor no la pudo haber creado. En efecto, el Curso añade que Dios, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, creó únicamente nuestras Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo único. No creó nada más. Por tanto, si queremos creer en un Dios perfecto y eterno, también tendremos que creer no sólo que lo que percibimos aquí tiene que ser magia o ilusión, sino que, lo que vivimos internamente durante algunos instantes santos en el mundo real al experimentar a Cristo en el otro, es el reflejo aquí de Nuestra verdadera y eterna Realidad. Ver T1.1.14 [14], T2.3 [62], T23.3 [30]
2 … Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
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M.25 ¿SON DESEABLES LOS
PODERES "PSÍQUICOS"?
pár 2
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M25.2 7 Ciertamente, hay muchos poderes “psíquicos” que están claramente de acuerdo con los postulados de este Curso. 8 La comunicación3 no se limita únicamente a la reducida gama de canales que el mundo reconoce. 9 Si así fuese, no tendría objeto tratar de enseñar la salvación4. 10 Sería imposible hacerlo. 11 Los límites que el mundo impone a la comunicación son los mayores obstáculos para una experiencia directa del Espíritu Santo5, Quien siempre está aquí y Cuya Voz siempre está disponible, pero solo para los que quieren oír. 12 Estos límites se establecen por miedo6, pues sin ellos las paredes que circundan todos los lugares separados del mundo se derrumbarían ante el santo sonido de Su Voz. 13 Aquel que transciende estos límites de alguna manera, sencillamente se está volviendo más natural7. 14 No está haciendo nada especial, y no hay nada mágico en sus logros.
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3 Comunicación y Creación, con mayúsculas, son, en el Cielo, sinónimos, pues Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad, comparte o comunica Su Amor con nuestras Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo. Aquí, en minúscula, comunicación, cuando pensamos con el Espíritu Santo, nuestra Alma —por medio de nuestra mente acertada o espíritu— quiere comunicarse con las Almas de los demás, perdonándolos, extendiéndoles milagros y viviendo con Ellas la experiencia de Cristo en el mundo real. Y, cuando pensamos con el ego, es la comunicación que tratamos de establecer con las mentes y sus cuerpos separados de los demás. Ver T1.1.49 [81], T1.1.51 [86], T4.8 [97], T6.2 [16] T14.2 [4]
4 La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
5 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios Que nos creó como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo; 2) al producirse la separación, es el ente que comenzó a estar presente como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir; 3) es, en tu mente acertada, el pensar de Cristo que se manifiesta —entre otras experiencias desinteresadas e inclusivas— por impulsos compasivos, caritativos, altruistas, de compartir, que de vez en cuando emergen del subconsciente y que podemos concienciar en instantes santos y decidir qué hacer con ellos. Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
6 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
7 … como Lo que realmente es: el Hijo único de Dios…
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M.25 ¿SON DESEABLES LOS
PODERES "PSÍQUICOS"?
pár 3-4
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M25.3 15 Las facultades aparentemente nuevas que se pueden adquirir en el camino hacia Dios pueden ser muy útiles. 16 Cuando se le entregan al Espíritu Santo y se usan bajo Su dirección, se convierten en valiosos recursos de enseñanza. 17 Ante esto, la cuestión de cómo surgen es irrelevante. 18 La única consideración importante es el uso que se les da. 19 Si se consideran como fines en sí mismas, independientemente de cómo se haga esto, el progreso se demorará. 20 Su valor no reside tampoco en que prueben algo: logros del pasado, conexiones insólitas con lo "invisible", o favores "especiales" provenientes de Dios. 21 Dios no hace favores especiales, y nadie tiene ningún poder que no esté al alcance de los demás. 22 Sólo mediante trucos mágicos se "demuestran" los poderes especiales.
M25.4 23 Nada que sea genuino se usa para engañar. 24 El Espíritu Santo es incapaz de engañar, y sólo puede valerse de facultades genuinas. 25 Lo que se usa para la magia, no Le sirve. 26 Y lo que Él usa no se puede emplear en la magia. 27 Sin embargo, hay una atracción particular por facultades poco usuales que las hacen curiosamente tentadoras. 28 En ellas hay fuerzas que el Espíritu Santo quiere y necesita. 29 No obstante, el ego ve en esas mismas fuerzas una oportunidad para glorificarse. 30 Cuando las fuerzas se convierten en debilidad, es ciertamente trágico. 31 Y, sin embargo, lo que no se le entrega al Espíritu Santo, tiene necesariamente que entregarse a la debilidad, pues aquello que se niega al Amor8 se da al miedo y, como consecuencia de ello, será temible.
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8 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
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M.25 ¿SON DESEABLES LOS
PODERES "PSÍQUICOS"?
pár 5-6
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M25.5 32 Incluso los que han dejado de valorar las cosas materiales del mundo pueden dejarse engañar por poderes "psíquicos". 33 A medida que se pierde interés por los regalos materiales del mundo, el ego se ve seriamente amenazado. 34 Todavía puede ser lo suficientemente fuerte como para recobrarse, valiéndose de esta nueva tentación, a fin de recuperar fuerzas mediante el engaño. 35 Muchos, en este caso, no se percatan de las defensas del ego, aunque no sean particularmente sutiles. 36 Sin embargo, mientras se guarde un deseo residual de ser engañado, el engaño se producirá fácilmente. 37 Ahora el "poder" deja de ser una facultad genuina y ya no se puede contar con él. 38 Es casi inevitable que, a menos que el individuo cambie de parecer con respecto a su propósito, refuerce las incertidumbres que tiene acerca de su "poder", engañándose cada vez más a sí mismo.
M25.6 39 Cualquier facultad que alguien desarrolle tiene el potencial de hacer el bien. 40 En esto no hay excepciones. 41 Y cuanto más insólito e inesperado sea el poder, mayor será su potencial para ayudar. 42 La salvación tiene necesidad de todas las facultades, pues lo que el mundo quiere destruir, el Espíritu Santo lo quiere restaurar. 43 Se han usado facultades "psíquicas" para invocar al demonio, lo cual no hace sino reforzar al ego. 44 No obstante, aquí también hay un gran canal de esperanza y curación si se ponen al servicio del Espíritu Santo. 45 Los que han desarrollado poderes "psíquicos", simplemente han permitido que se levanten de sus mentes9 algunas de las limitaciones que ellos mismos les habían impuesto. 46 Si utilizan esta mayor libertad para aprisionarse aún más, no harán sino imponerse mayores limitaciones. 47 El Espíritu Santo tiene necesidad de esos dones, y quienes se los ofrecen a Él, y sólo a Él, caminan con la gratitud de Cristo en sus corazones y con Su santa visión siguiéndoles muy de cerca.
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9 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165.
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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COURSE IN MIRACLES SOCIETY
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