Durante episodios de confusión solemos buscar desesperadamente una respuesta a lo que estamos viviendo. Buscamos con urgencia la voz de Dios para que nos indique hacia dónde tenemos que dirigir nuestro siguiente paso, pero al mismo tiempo también escuchamos otras voces, dificultando nuestra tarea de saber quién nos dice qué. Y con frecuencia n os preguntamos: ¿Es el mundo, mis deseos, o es Dios quien me habla?

Pues te tengo una pista y una buena medida para identificar la voz de Dios de todas las demás: Su voz no produce miedo. 
Quiero decir, s i las palabras que escuchamos son negativas y nos causan miedo, podemos estar seguros que no vienen de Él; c uando Dios nos habla a través de su Espíritu Santo, siempre nos mostrará un camino, y nunca nos meterá a un callejón sin salida, s ino que va a crear caminos directos hacia la verdad sin tener como compañero a la ansiedad o al temor, al contrario, ¡nos llenará de esperanza! Así lo podemos leer en Romanos 8:15:

 Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos.Ahora lo llamamos «Abba, Padre».

Recuerda que escuchar la voz de Dios no sólo nos brinda la respuesta en momentos de  incertidumbre,  sino que nos da el conocimiento permanente para mejorar nuestro día a día.




Tu amigo,
Randy O. Morrison.


¡Conéctate con nosotros!