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T28.2 [11] 57
El milagro llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se aquieta.
58
Durante ese aquietamiento, y desde la mente a la que curó en la quietud, el milagro alcanza tranquilamente otras mentes para que
compartan
su quietud.
59
Y éstas se
unirán
para no hacer nada que impida que la radiante extensión del milagro regrese a la Mente
23
Que causó que todas las mentes realmente existieran
24
.
60
Al haber nacido del compartir, no puede
haber
ninguna pausa en el tiempo que haga que el milagro se demore en su prisa por llegar cuanto antes a todas las mentes inquietas, para llevarles un instante de aquietamiento en el que el recuerdo de Dios regrese a ellas.
61
Ahora, su
propio
recordar se ha aquietado y lo que ha venido a ocupar su lugar no será completamente olvidado después.
UCSM TEXTO CH 28, II
T28.2
LA MEMORIA DEL PRESENTE
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 296
Hoy el Espíritu Santo
habla por medio de mí.
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L296.1 1
Dios, hoy, el Espíritu Santo
1
necesita mi voz para que todo el mundo pueda escuchar Tu Voz y oír Tu Palabra por medio de mí.
2
Estoy decidido a dejar que hables por medio de mí, pues no quiero usar otras palabras que las Tuyas, ni tener pensamientos aparte de los Tuyos, pues sólo los Tuyos son verdaderos.
3
Quiero ser el salvador del mundo que hice.
4
Pues ya que lo condené, quiero liberarlo, de manera que pueda escapar y oír la Palabra que Tu santa Voz ha de comunicarme hoy.
L296.2 5
Hoy sólo enseñaremos lo que queremos aprender, y nada más.
6
De este modo, nuestra meta de aprendizaje
2
se convierte en una que está libre de conflictos y a la que es posible alcanzar con facilidad y rapidez.
7
¡Cuán gustosamente viene el Espíritu Santo a rescatarnos del infierno, cuando permitimos que por medio de nosotros Sus enseñanzas persuadan al mundo para que busque y halle el camino que conduce fácilmente a Dios!
|
1
El
Espíritu Santo
, aquí, es el pensar de Cristo que conciencia el Conocimiento que yace más allá de la percepción. Al producirse la separación, el Espíritu Santo comenzó a estar presente aquí como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir. Allá, en la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios, Que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Algunos de Sus sinónimos en el
Curso
son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Maestro", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", " Vínculo", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver
T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
2
La
meta
del
Curso
: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
28
DESHACER EL MIEDO
T28.1
INTRODUCCIÓN
1-3
|
T28.1 [1] 1
El milagro no hace nada
1
.
2
Lo único que hace es
deshacer
2
.
3
Y de este modo, cancela
3
la interferencia que producía lo que
se había
hecho
4
.
4
No añade nada, sino que simplemente elimina.
5
Y lo que elimina hace mucho que desapareció, pero por estar guardado en la memoria
parece
causar efectos inmediatos.
6
Este mundo dejó de existir hace mucho tiempo.
7
Los pensamientos que lo hicieron ya no se encuentran en la mente que los pensó y los apreció por un breve lapso de tiempo.
8
El milagro no hace sino mostrar que el pasado ya pasó, y que lo que
ha
dejado de ser verdaderamente no produce efectos.
9
Recordar
una causa
5
no puede sino producir
ilusiones
de su presencia, pero
no
efectos.
|
|
1
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
2
… la separación
3
… en tu mente
4
cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse.
38
A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos…
T27.9 [82] 37-38
5
Dios, en Su eterna Unicidad, es la única
Causa
y, las Almas que Él creó a Su Semejanza, perfectas y eternas, Una en Cristo, Su Hijo, Su
Efecto
. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
causa
y
efecto
, significa el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo, según las percibimos con nuestros sentidos. Ver
T2.5 [97] 78-82, T21.3 [25] [26], T26.8 [60]
|
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T28.1
INTRODUCCIÓN
pár 2-3
|
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T28.1 [2] 10
Todos los efectos de la culpa ya no están aquí,
11
pues la culpa ya no existe
6
.
12
Con su desaparición desaparecieron sus consecuencias, pues se quedaron sin causa.
13
¿Por qué ibas a querer conservarla en tu memoria si realmente no
deseabas
sus efectos?
14
Recordar es un proceso tan selectivo como percibir, al ser el pretérito de éste.
15
Es percibir el pasado como si estuviese ocurriendo
ahora
y aún estuviese ahí para verlo.
16
La memoria — al igual que la percepción
7
— es una facultad que inventaste para que ocupase el lugar de Lo que Dios
Te dio
al crearte.
17
Y al igual que todas las cosas que hiciste, se puede emplear
para otro
fin, y como medio para obtener algo
distinto
.
18
Se puede utilizar para curar
8
y
no
para herir, si eso es lo que quieres.
T28.1 [3] 19
Nada que se utilice con el propósito de curar conlleva esfuerzo alguno.
20
Es reconocer que no
tienes
necesidades
9
que requieran que tengas que
hacer
algo al respecto.
21
Es una memoria que no es selectiva, la cual
no
se utiliza para
obstruir
la Verdad
10
.
22
Todas las cosas de las que el Espíritu Santo puede valerse para curar Le han sido entregadas,
sin
el contenido ni los propósitos para las que fueron hechas.
23
Sencillamente, son facultades que
no tienen
una aplicación concreta.
24
Sólo
están a la espera
de lo que se haga con ellas.
25
No
han sido dedicadas
a nada
en particular
ni
tienen meta
alguna
.
|
|
6
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo que así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
7
Percepción
: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo, y Uno con Dios— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, La
percepción
es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual interpretamos o juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, algo que ella ha proyectado de acuerdo con su creencia en la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Y cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, nuestra percepción gradualmente se vuelve "
acertada
", es decir, trata de librarse de cualquier pensamiento en el que se ataca, iniciando el proceso de llevarnos a la "
percepción verdadera
" en el mundo real donde perdonaremos a nuestro (s) hermano (s), perdonándonos así a nosotros mismos también. Ver
T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
8
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
9
… espirituales en tu espíritu, que es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo
10
… que todos somos realmente Almas eternas y perfectas, Una en el Alma única del único Hijo de Dios que realmente somos nosotros…
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
28
DESHACER EL MIEDO
T28.2
LA MEMORIA DEL PRESENTE
4-15
|
|
T28.2 [4] 1
El Espíritu Santo puede ciertamente hacer uso de la memoria, pues Dios Mismo se encuentra en ella.
2
No obstante, la parte que Él usa
1
no
recuerda el pasado, sino únicamente el
presente
.
3
Llevas tanto tiempo creyendo que la memoria contiene
sólo
el pasado, que te resulta difícil darte cuenta de que es una facultad que
puede
recordar el
ahora
2
.
4
Las limitaciones que el mundo impone a ese recordar son tan vastas como las que permites que te imponga a
ti
3
.
5
Realmente, no
existe
vínculo alguno entre memoria y pasado.
6
Si
tú
quieres que haya un vínculo,
lo habrá
.
7
Pero es
sólo
tu
deseo
lo que establece dicho vínculo, y
sólo
tú quien lo limita a una parte del tiempo donde la culpa
4
aún parece persistir.
T28.2 [5] 8
El uso que el Espíritu Santo hace de la memoria
no tiene nada que ver
con el tiempo.
9
El Espíritu Santo
no
la utiliza como un medio para
conservar
el pasado, sino como una forma de
librarse de él
.
10
La memoria retiene el mensaje que recibe, y hace con él lo que se le
encomiende
que haga.
11
No
escribe el mensaje, ni establece
su propósito
.
12
Al igual que el cuerpo, no tiene propósito en sí.
13
Y si parece servir para rumiar un viejo odio, y presentarte escenas de injusticias y resentimientos que has estado guardando,
ése es
el mensaje que le pediste, y
eso es
lo que es.
14
Confinada en las bóvedas de la memoria, la historia de todo el pasado del cuerpo se encuentra allí oculta.
15
Todas las extrañas asociaciones hechas para mantener vivo el pasado y muerto el presente están almacenadas en ella, esperando tu orden de que se te traigan para volver a vivirlas.
16
Y, de este modo, sus efectos parecen
haber aumentado
con el tiempo, el cual
se llevó consigo
la causa de ellos
5
.
T28.2 [6] 17
No obstante, el tiempo no es sino otra fase de lo que
no hace nada
6
.
18
Colabora estrechamente con todos los demás atributos con los que intentas mantener oculta la Verdad acerca de ti mismo
7
.
19
El tiempo ni quita ni puede restituir
8
.
20
Y, no obstante, lo utilizas de una manera extraña, como si el pasado hubiese
causado
el presente, y éste no fuese más que una
consecuencia
en la que no cabe cambio alguno, dado que su causa
ya no existe
.
21
Porque, para que haya cambio, éste tiene que tener una causa duradera, pues de otro modo no perdurará.
22
Es imposible cambiar nada en el presente si su causa está
en el pasado
.
23
Sólo
el pasado está en la memoria, tal como la usas, y así no es más que un modo de hacer que el pasado
predomine sobre
el presente.
T28.2 [7] 24
No recuerdes
nada
de lo que te enseñaste a ti mismo, pues te enseñaste mal
9
.
25
¿Quién querría conservar en su mente una lección absurda, pudiendo aprender y retener una
mejor
?
26
Cuando surjan viejos recuerdos de odios, recuerda que su causa ya no existe.
27
Y, por consiguiente,
no
puedes comprender cuál es
su propósito
.
28
No permitas que la causa que quieres atribuirles
ahora
sea lo que hizo que fuesen lo que fueron o parecieron ser.
29
Alégrate
de que su causa haya desaparecido, pues
de ello
es de lo que se te quiere perdonar.
30
Y observa, en cambio
10
, los
nuevos
efectos de una causa que se acepta
ahora
, con consecuencias
aquí
.
31
Su encanto te sorprenderá.
32
Las
nuevas
ideas de antaño que traen consigo serán las felices consecuencias
11
de una Causa tan antigua que excede
con mucho
el lapso de memoria que ve tu percepción.
|
|
1
… el espíritu
2
… en el instante santo, que es aquí el reflejo del eterno Presente de la Unicidad o Cielo de Dios
3
… mientras sigas pensando y creyendo con el ego
4
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo que así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
5
… la diminuta idea alocada de la separación…
6
… realmente en el eterno Presente de la Unicidad, porque forma parte —a los efectos de Dios y de Su Hijo— del sueño de la separación…
7
… que no eres un cuerpo individual sino un Alma perfecta y eterna, al igual que todas las demás Almas, por consiguiente, realmente hay una sola Alma única del único Hijo de Dios
8
Lo que pudo haber sucedido en el instante de la separación, sino que la historia del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen sigue su curso imperturbable de acuerdo con unas normas o leyes que vagamente llamamos "evolución", sin importarle a lo que ésta sea, cómo las individualidades que creen que existen aquí se las arreglan para sobrevivir…
9
… cuando mi yo "primario" olvidó de reírse de aquella diminuta idea alocada que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, que decía que era posible para el Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
10
… pensando ahora con el Espíritu Santo,
11
… del reflejo aquí
|
|
T28.2
LA MEMORIA DEL PRESENTE
pár 8-10
|
|
T28.2 [8] 33
Ésta es la Causa que el Espíritu Santo ha recordado
para
ti
12
, cuando lo que tú querías
13
era olvidarla.
34
No
está en el pasado porque Él no dejó que no se La recordara
14
.
35
Nunca ha cambiado, porque en ningún momento Él dejó de mantenerla a salvo en tu mente.
36
Sus consecuencias te
parecerán
ciertamente nuevas, porque pensaste que no recordabas su Causa.
37
No obstante, Ella nunca estuvo ausente de tu mente, pues
no
era la Voluntad de tu Padre que Su único Hijo no lo recordara
15
.
T28.2 [9] 38
Lo que
tú
recuerdas
16
, nunca
sucedió
.
39
Provino de una no-causa que
confundiste
con una causa.
40
No
puede
merecer otra cosa que risa, cuando te des cuenta de que has recordado consecuencias que carecían de causa y que, por consiguiente,
nunca
podían
haber sido
efectos.
41
El milagro te recuerda una Causa que está eternamente presente, perfectamente inmune al tiempo y a cualquier interferencia.
42
Esta Causa
nunca
ha dejado de ser Lo que es.
43
Y
tú
realmente eres Su efecto, tan inmutable y perfecto como Ella Misma.
44
Su recuerdo
no
se encuentra en el pasado, ni aguarda al futuro.
45
Tampoco se revela en los milagros.
46
Éstos no hacen sino recordarte que esa Causa no ha desaparecido.
47
Cuando La perdones
17
por
tus
pecados, ya no será negada.
T28.2 [10] 48
Tú, que has querido condenar a tu propio Creador, no puedes comprender que
no
fue Él Quien condenó a Su Hijo.
49
Quieres
negarle
Sus efectos, no obstante éstos jamás
han sido
realmente negados.
50
En
ninguna
ocasión pudo Su Hijo haber sido condenado por lo que carecía de causa y era
contrario
a Su Voluntad.
51
De lo único que
tu
memoria querría dar testimonio es del miedo a Dios
18
.
52
Pero Él
no
ha hecho lo que temes.
53
Ni tú, realmente, tampoco
19
.
54
Por consiguiente,
no
has perdido tu inocencia.
55
No
necesitas curación
20
para curarte.
56
En recogimiento
21
, considera que el milagro es una lección sobre cómo permitir que la Causa tenga
22
Sus
Propios
efectos, y sobre cómo
no
hacer
nada
que pueda interferir.
|
|
12
… cuando conciencias los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, que de vez en cuando emergen desde lo más profundo de tu subconsciente
13
… todo el tiempo que has estado pensando con el ego y creyendo en su realidad…
14
… mediante Su
Llamamiento
, que es la voz del Espíritu Santo en el nivel superior de tu subconsciente, que quiere avivar tu voluntad para que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos y entre todos ustedes y Dios, renunciando a ella por medio del Redimir, hasta que tu mente nuevamente completa se reincorpore a crear, devolviendo a Dios Lo que es Suyo; es el llamamiento a regresar al pensar acertado, para que la Filiación se encamine a ser lo que nunca ha dejado de ser: todos, como las Almas eternas y perfectas que realmente somos, Una en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Él en Su eterna Unicidad. Ver
T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
15
La
Voluntad de Dios
, en el eterno Presente de Su Unicidad —en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
16
… pensando con tu ego, realmente
17
Perdonar
es un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad, y defensas, y con algo de paz y alegría; decido que quiero ver al mundo de otra manera, y para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad — Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
18
… el Dios caprichoso y castigador de la Biblia,
19
… porque lo que crees haber hecho fue y sigue siendo un sueño, una irrealidad en relación a Nuestra verdadera Realidad de Hijo único de Dios en el eterno Presente de su Unicidad,
20
Curación
es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver
T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
21
… en instantes santos,
22
… aquí, el reflejo de
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T28.2
LA MEMORIA DEL PRESENTE
pár 11-15
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T28.2 [11] 57
El milagro llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se aquieta.
58
Durante ese aquietamiento, y desde la mente a la que curó en la quietud, el milagro alcanza tranquilamente otras mentes para que
compartan
su quietud.
59
Y éstas se
unirán
para no hacer nada que impida que la radiante extensión del milagro regrese a la Mente
23
Que causó que todas las mentes realmente existieran
24
.
60
Al haber nacido del compartir, no puede
haber
ninguna pausa en el tiempo que haga que el milagro se demore en su prisa por llegar cuanto antes a todas las mentes inquietas, para llevarles un instante de aquietamiento en el que el recuerdo de Dios regrese a ellas.
61
Ahora, su
propio
recordar se ha aquietado y lo que ha venido a ocupar su lugar no será completamente olvidado después.
T28.2 [12] 62
Aquel a Quien se le da tiempo, agradece cada instante de silencio que Le haya sido dado.
63
Pues en cada uno de esos instantes, se permite a Su memoria ofrecer todos sus tesoros al Hijo de Dios, para quién se habían conservado.
64
¡Con cuánto gusto se los ofrece a aquel para quién Le habían sido dados!
65
Y Su Creador
comparte
Su agradecimiento porque Él no quiere que se Le prive de Sus efectos
25
.
66
El instante de silencio que Su Hijo acepta les da la bienvenida tanto a la Eternidad como a Él, dejando entrar a Ambos donde quieren estar.
67
Pues en ese instante, el Hijo de Dios
no
hace
nada
que le pueda producir miedo.
T28.2 [13] 68
¡Cuán rápidamente aflora el recuerdo de Dios en la mente que no tiene miedo de mantener alejada la memoria
26
!
69
Lo que esta mente había estado recordando ha desaparecido.
70
Ya no
hay
pasado que atraviese su aterradora imagen en el camino del alegre despertar a la paz actual.
71
Las trompetas de
27
la Eternidad resuenan por toda la quietud, pero sin perturbarla.
72
Y lo que
ahora
se recuerda no es el miedo, sino más bien la Causa para cuyo olvido y anulación el miedo fue creado en falso.
73
La quietud habla con los afables murmullos del Amor que el Hijo de Dios recuerda de
antes
de que su propio recuerdo
28
se interpusiese
entre el presente y el pasado, y ese Amor
29
los hace callar.
T28.2 [14] 74
Ahora, el Hijo de Dios finalmente ha concienciado la Causa
presente
y Sus efectos benéficos.
75
Ahora comprende que lo que hizo es una no-causa, por lo que
no
produce ningún efecto en absoluto.
76
Él realmente no
hizo
nada.
77
Y al
verlo así
, comprende que nunca tuvo
necesidad
de hacer
nada
, y de que nunca lo hizo.
78
Él es realmente el efecto de su
Causa
.
79
Jamás
hubo
otra causa separada de Ella que pudiese generar un pasado o un futuro
diferentes
.
80
Sus Efectos son eternamente inmutables, y se encuentran
más allá
del miedo y completamente
alejados
del mundo del pecado.
T28.2 [15] 81
¿Qué se ha perdido por no ver lo que
no
tiene causa?
82
¿Y dónde está el sacrificio, una vez que el recuerdo de Dios ha venido
a ocupar el lugar
de la pérdida?
83
¿Qué mejor modo de cerrar la diminuta brecha entre ilusiones y Realidad, que dejar que el recuerdo de Dios fluya
a través de
ella y la convierta en un puente en el que sólo un instante sea suficiente para cruzarlo e ir más allá?
84
Pues Dios ha cerrado la brecha Consigo Mismo.
85
Su recuerdo
no
ha desaparecido, ni ha dejado al Hijo varado para siempre en una costa desde donde puede divisar otra a la que nunca podrá llegar
30
.
86
Su Padre quiere que sea rescatado y que se le lleve con cuidado hasta esa otra costa.
87
Él ha construido el puente, y Él es Quien transportará a Su Hijo de un lado al otro.
88
No temas que Dios falle en lo que quiere que se haga,
89
ni
que tú seas excluido de Lo que Su Voluntad ha dispuesto para ti.
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23
La
Mente
, con mayúscula, se refiere a la Mente única de Dios o de Cristo, y representa el agente que activa al Espíritu, aportándole su energía creadora. El Espíritu es el Pensamiento de Dios Que Él creó a Su semejanza. El Espíritu unificado es el Hijo único de Dios, o Cristo, en Quien nuestras Almas perfectas y eternas son Uno. En minúscula, la
mente
representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar acertada o equivocada dependiendo de la voz que escuche. El
Curso
la describe como si tuviese dos partes: el espíritu (o mente acertada) y el ego. El espíritu es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El ego es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones. Ver
T2.2, T2.3, T5.4, T7.6
24
… en el eterno Presente del Cielo, Que es donde todos estamos realmente como Uno en Cristo y, Cristo Uno con Dios.
25
… sobre Su Hijo.
26
… de su ego que infunde
miedo
, que es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T2.4, T4.5, T5.7, T11.3, T12.3, T21.5, T23.5, T24.7, T27.3
27
… del reflejo aquí de
28
… con su ego
29
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
30
… como le pasó a Moisés con la Tierra Prometida.
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