Los ángeles dan sustento al recién nacido propósito de ustedes
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T19.5.3.1 [86] 43 El Amor protege celosamente los primeros pasos de la salvación, la resguarda de cualquier pensamiento que la pudiese atacar, y la prepara silenciosamente para cumplir la imponente tarea para la cual se les dio. 44 Los ángeles dan sustento al recién nacido propósito de ustedes, el Espíritu Santo lo aprecia, y Dios Mismo vela por él. 45 No necesita la protección de ustedes; ya es de ustedes. 46 Pues el Amor es inmortal, y en Él reside el fin de la muerte.
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UCSM TEXTO CH 19, V
T19.5 LOS OBSTÁCULOS A LA PAZ1
T19.5.3 Tercer obstáculo: la atracción de la muerte
T19.5.3.1 El cuerpo incorruptible
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
R E P A S O 6
L E C C I Ó N 220
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No soy un cuerpo. Estoy libre,
pues sigo siendo Tal como Dios Me creó.
L220 (L200) 1 No hay otra paz1 que La de Dios.
2 Que no me desvíe del camino de la paz, pues ando perdido por cualquier otro sendero que no sea éste. 3 Pero déjame seguir a Aquel que me conduce a casa, y la paz será tan segura como el Amor de Dios.
No soy un cuerpo. Estoy libre,
pues sigo siendo Tal como Dios Me creó.
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1 En esto radica aquí, la paz de Dios: 1 Aquiétate un instante y olvídate de todas las cosas que alguna vez aprendiste, de todos los pensamientos que tuviste, y de todas tus ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. 2 Olvídate de tus propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabes realmente cuál es. 3 Deja que toda imagen que tengas sobre cualquier persona se desprenda de tu mente y desaparezca. 4 Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. 5 Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. 6 Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. 7 Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. 8 No se te pedirá que aprendas más que esto. 9 Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es desprenderte de los pensamientos que realmente no querías, y que nunca fueron verdaderos. Ver T31.1 [12],
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 19
MÁS ALLÁ DEL CUERPO
T19.5 LOS OBSTÁCULOS A LA PAZ1
T19.5.3 Tercer obstáculo: la atracción de la muerte pár 77-79
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T19.5.3 [77] 1 A ustedes, de cuya relación especial1 el Espíritu Santo entró a formar parte, se les ha dado liberar y ser liberados del culto a la muerte. 2 Pues esto fue lo que se les ofreció, y ustedes lo aceptaron. 3 No obstante, tienen que aprender más acerca de este extraño culto, pues encierra el tercer obstáculo que la paz debe superar. 4 Nadie2 puede morir a menos que3 escoja la muerte. 5 Lo que parece ser el miedo a la muerte es realmente su atracción4. 6 Igualmente, la culpa5 es algo temido y temible. 7 Pero podría no ejercer ningún poder, excepto sobre los que se sienten atraídos por ella y la buscan6. 8 Y lo mismo ocurre con la muerte7. 9 Hecha por el ego8, su sombra oscura se extiende sobre toda cosa viviente, porque el ego es el "enemigo" de la vida9.
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1 La relación especial es la que, pensando, percibiendo y actuando con nuestro ego, entablamos con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con las cuales esperamos llenar nuestras necesidades igualmente especiales. Constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del perfecto Amor que nuestras Almas profesan unas con otras unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Que realmente somos. Es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios amara a Su Hijo, ahora separado, con un amor especial. Es el insincero interés, amor, amistad o aprecio por otra u otras personas que nuestro ego utiliza para constituir con ellas relaciones por medio de las cuales alcanzar algunos de sus objetivos personales. A veces, estas relaciones especiales devienen en dependencia o codependencia, pero que, en todo caso, siempre constituyen ataques velados. Ver T15.6aT15.10, T16
2 … ninguna Alma perfecta y eterna, Que es lo que REALMENTE somos: Alma (o Espíritu) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma (o Espíritu) es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Cuando las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas —que realmente somos todos— se unifican como Una en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Alma (o Espíritu) desde el ego, ni nada del Alma (o Espíritu) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma (o Espíritu) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
3 … que nuestra mente, pensando con el ego, quiera creer que forma parte de un cuerpo que —obviamente según lo que percibimos por medio de nuestro ego— es transitorio y seguramente va a fallecer como todos los demás cuerpos, como todo lo demás que existe transitoriamente en el tiempo y en el espacio,
4 … porque nuestros sentidos aprecian que, en esta realidad, es verdad.
5 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
6 … porque creen que verdaderamente existe ya que a cada rato alguien nos ataca o se defiende de nuestros ataques y, por lo tanto, DEBE ser verdad.
7 Cuando pensamos con el ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada y, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que, como Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, seremos Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
8 … como parte de las leyes de la evolución (todo se come a todo) y de la escasez (las cosas buenas ni abundan ni duran).
9 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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T19.5 LOS OBSTÁCULOS A LA PAZ1
T19.5.3 Tercer obstáculo: la atracción de la muerte
pár 78-79
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T19.5.3 [78] 10 Pero una sombra no puede matar. 11 ¿Qué es una sombra para los que viven? 12 Basta con que pasen de largo delante de ella para que desaparezca. 13 ¿Y qué ocurre con aquellos cuya consagración no es a la vida: los "pecadores" enlutados —el lúgubre coro del ego— que caminan penosamente en dirección contraria a la vida, arrastrando sus cadenas y marchando en lenta procesión en honor de su sombrío dictador, señor y amo de la muerte? 14 Toquen a cualquiera de ellos con las afables manos del perdón10, y observen cómo desaparecen sus cadenas, junto con las de ustedes. 15 Vean cómo se despoja del ropaje de luto con el que iba vestido a su propio funeral y oigan cómo se ríe de la muerte. 16 Gracias al perdón de ustedes, puede escapar de la sentencia que el pecado quería imponerle.
T19.5.3 [79] 17 Esto no es arrogancia. 18 Es la Voluntad de Dios11. 19 ¿Qué puede ser imposible para ustedes que decidieron que Su Voluntad fuese la de ustedes? 20 ¿Qué significado tiene la muerte para ustedes? 21 La dedicación de ustedes no es a la muerte ni a su amo. 22 Cuando aceptaron el glorioso propósito del Espíritu Santo12 y no el del ego, renunciaron a la muerte y la substituyeron por la vida. 23 Ya sabemos que el resultado de una idea no abandona su fuente. 24 Y la muerte es el resultado del pensar que llamamos ego13, tan inequívocamente como la vida es el resultado del Pensar de Dios14.
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10 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de todo esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
11 La Voluntad de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad —en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
12 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro;, 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas y eternas —que realmente somos— están unificadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T7.4 [23], T8.4 [22], T11.8 [65], T17.7, T17.9 [74], T25.2 [9], T26.10 [84]
13 Son pensamientos mágicos todos los que pensamos con el ego que refuerzan la realidad percibida por medio de nuestros sentidos. No sabemos de donde nos llegan los pensamientos (ni la energía o voluntad que hace que las cosas nazcan, funcionen durante un tiempo y luego desparezcan…) tanto los del ego como los del Espíritu Santo. Lo que sí sabemos es que nuestro cerebro los procesa de dos maneras: o mediante el sistema de pensamiento del ego o, el del Espíritu Santo…
14 El Pensar acertado se da en el espíritu o mente acertada, que es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Por tanto, pensar acertadamente es pensar con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo. Ver T1.1.37 [54]
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Capítulo 19
MÁS ALLÁ DEL CUERPO
T19.5 LOS OBSTÁCULOS A LA PAZ1
T19.5.3.1 El cuerpo incorruptible pár 80-89
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T19.5.3.1 [80] 1 El pecado1, la culpa y la muerte se originaron en el ego, oponiéndose a la Vida, a la Inocencia y a la Voluntad de Dios Mismo. 2 ¿Dónde puede hallarse semejante oposición, sino en las mentes enfermas de los desquiciados, que se han consagrado a la locura2 y se oponen firmemente a3 la Paz del Cielo? 3 Pero una cosa es segura, Dios —Que no creó ni el pecado ni la muerte— no quiere que ustedes estén aprisionados por ellos. 4 Pues Él no conoce ni el pecado ni sus resultados. 5 Las figuras amortajadas4 que marchan en la procesión fúnebre no lo hacen en honor de su Creador, Cuya Voluntad es que vivan. 6 No están acatando Su Voluntad, sino oponiéndose a Ella.
T19.5.3.1 [81] 7 ¿Y qué es ese cuerpo vestido de negro que quieren enterrar? 8 Es un cuerpo que ellos consagraron a la muerte, un símbolo de corrupción, un sacrificio al pecado, ofrecido al pecado para que se cebe en él y se mantenga vivo a sí mismo; un cuerpo condenado, maldecido por su hacedor y lamentado por todos los miembros de la procesión fúnebre que se identifican con él. 9 Ustedes, que creen haber sentenciado al Hijo de Dios5 a esto, son ciertamente arrogantes. 10 Pero ustedes6 que quieren liberarlo, no hacen sino honrar la Voluntad de su Creador. 11 La arrogancia del pecado, el orgullo de la culpa, el sepulcro de la separación, todos forman parte de la dedicación de ustedes a la muerte, dedicación que aún no han reconocido7. 12 El brillo de culpa con el que revistieron al cuerpo, no haría sino destruirlo. 13 Pues lo que el ego ama, lo mata por haberle obedecido. 14 Pero no puede matar a lo que no le obedece.
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1 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
2 Locura o demencia, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
3 … al reflejo aquí de
4 … las Almas eternas y perfectas cuyas mentes que creen que se separaron de Dios y se integraron a cuerpos,
5 … Que son Ustedes mismos conjuntamente con todos los demás que fueron, son y serán mientras existan el tiempo y el espacio y, todo lo que éstos contienen…
6 … cuando piensan y perciben con el Espíritu Santo,
7 … porque siguen creyendo que esta realidad en el tiempo y el espacio que llamamos mundo es verdad, porque pueden "tocar madera con sus nudillos…"
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T19.5 LOS OBSTÁCULOS A LA PAZ1
T19.5.3.1 El cuerpo incorruptible
pár 82-84
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T19.5.3.1 [82] 15 Ustedes tienen otra dedicación que puede mantener al cuerpo incorruptible y en perfectas condiciones mientras sea útil para el santo propósito de ustedes. 16 El cuerpo es tan incapaz de morir como de sentir8. 17 No hace nada. 18 De por sí, no es ni corruptible ni incorruptible. 19 No es nada. 20 Es el resultado de una insignificante y descabellada idea de corrupción que puede ser corregida. 21 Pues Dios ha respondido a esta idea demente con una Suya, una Respuesta9 Que no se ha alejado de Él y que, por lo tanto, lleva al Creador la concienciación de toda mente que haya oído Su Respuesta y La haya aceptado10.
T19.5.3.1 [83] 22 A ustedes, que están dedicados a lo incorruptible, les ha sido dado mediante su aceptación, el poder de liberar de la corrupción. 23 ¿Qué mejor manera puede haber de enseñarles el primer y fundamental principio de Un Curso sobre Milagros, que mostrarles que el principio que parece ser el más difícil se puede lograr primero? 24 El cuerpo no puede hacer otra cosa que servir al propósito de ustedes. 25 Tal como lo vean, eso es lo que les parecerá que es. 26 La muerte, de ser real, supondría la ruptura final y absoluta de la comunicación, lo cual es la meta del ego.
T19.5.3.1 [84] 27 Los que tienen miedo de la muerte no ven con cuánta frecuencia y con cuánta fuerza claman por ella, implorándole que venga a salvarlos de la comunicación. 28 Pues ven a la muerte como lo seguro, la gran salvadora siniestra que libera de la luz de la Verdad, de la respuesta a la Respuesta, la que acalla la Voz que habla por Dios. 29 No obstante, refugiarse en la muerte no pone fin al conflicto11. 30 Sólo la Respuesta de Dios le pone fin. 31 El obstáculo que el aparente amor de ustedes por la muerte12 supone y que la paz debe superar parece ser muy grande. 32 Pues en él yacen ocultos todos los secretos del ego, todas sus insólitas artimañas, todas sus ideas enfermas y extrañas imaginaciones. 33 En él radica la ruptura final de la unión, el triunfo de lo que el ego ha creado en falso sobre la Creación, la victoria de lo que no tiene vida sobre la Misma Vida.
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8 … realmente, puesto que al no haber sido creado por Dios, es una ilusión, no existe en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, Que es donde realmente estamos todos sin excepción como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en el Alma única del único Hijo de Dios, Hijo que es Uno con Su Padre y Creador, cosa que nos cuesta querer creer…
9 … el Espíritu Santo,
10 … al haber concienciado los impulsos amorosos que de vez en cuando emergieron y siguen emergiendo del subconsciente, haberlos aceptado y, por medio de haber aceptado el Redimir para sí mismos, haber perdonado y haber extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo…
11 … en la mente
12 … al seguir creyendo mediante la razón, la lógica y el sentido común, que es verdad, que verdaderamente sucede…
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T19.5 LOS OBSTÁCULOS A LA PAZ1
T19.5.3.1 El cuerpo incorruptible
pár 85-86
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T19.5.3.1 [85] 34 En el polvo que yace bajo su mundo distorsionado, el ego quiere dar sepultura al Hijo de Dios, al que ordenó asesinar, y en cuya putrefacción reside la prueba de que Dios Mismo es impotente ante el poderío del ego e incapaz de proteger la vida que Él creó del cruel deseo de matar del ego. 35 Hermanos míos, niños de Dios, esto no es más que un sueño de muerte. 36 No existe funeral, ni siniestros altares, ni inflexibles mandamientos, ni torcidos ritos de condena a los que el cuerpo los conduce. 37 No pidan que se les libere de eso. 38 Más bien, liberen al cuerpo de las despiadadas e inexorables órdenes a las que ustedes lo sometieron y perdónenlo por lo que ustedes le ordenaron que hiciera. 39 Al exaltarlo lo condenaron a morir, pues sólo la muerte podía vencer a la vida. 40 ¿Y qué otra cosa que no fuese demencia, podría observar la derrota de Dios y creer que es real?
T19.5.3.1 [86] 41 El miedo a la muerte desaparecerá a medida que la atracción que ésta ejerce ceda ante la verdadera atracción del Amor. 42 El final del pecado, que anida discretamente en la seguridad de la relación de ustedes, protegido por su unión, y dispuesto a convertirse en una poderosa fuerza al servicio de Dios, está muy cerca. 43 El Amor protege celosamente los primeros pasos de la salvación, la resguarda de cualquier pensamiento que la pudiese atacar, y la prepara silenciosamente para cumplir la imponente tarea para la cual se les dio. 44 Los ángeles dan sustento al recién nacido propósito de ustedes, el Espíritu Santo lo aprecia, y Dios Mismo vela por él. 45 No necesita la protección de ustedes; ya es de ustedes. 46 Pues el Amor es inmortal, y en Él reside el fin de la muerte.
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T19.5 LOS OBSTÁCULOS A LA PAZ1
T19.5.3.1 El cuerpo incorruptible
pár 87-89
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T19.5.3.1 [87] 47 ¿Qué peligro puede asaltar a los que son completamente inocentes? 48 ¿Qué puede atacar a los que están libres de culpa? 49 ¿Qué miedo podría venir a perturbar la paz de la impecabilidad? 50 Lo que les ha sido dado, aunque todavía se encuentre en su infancia, está en completa comunicación con Dios y con ustedes; En sus diminutas manos se encuentran —perfectamente a salvo— todos los milagros que ustedes han de obrar, para ofrecérselos. 51 El milagro de la Vida es eterno, y aunque nacido en el tiempo, se nutre en la Eternidad. 52 Miren bien a este niño, al que — por haberse perdonado uno al otro— dieron un lugar de reposo, y vean en él la Voluntad de Dios. 53 Aquí ha vuelto a nacer el bebé de Belén13. 54 Y todo aquel que le dé abrigo lo seguirá, no a la cruz, sino a la resurrección y a la Vida.
T19.5.3.1 [88] 55 Cuando alguna cosa les parezca ser causa de miedo, cuando una situación los llene de terror y haga que su cuerpo tiemble y lo invada el frío sudor del miedo, recuerden que siempre es por una única y misma razón: el ego ha percibido la situación como un símbolo de miedo, como un signo de pecado y de muerte. 56 Entonces, recuerden que ni el signo ni el símbolo deben confundirse con su causa, pues tienen necesariamente que representar algo distinto de ellos mismos. 57 Su significado no puede residir en ellos, sino que se tiene que buscar en lo que representan. 58 Y así, puede que signifiquen todo o que no signifiquen nada, dependiendo de la Verdad o falsedad de la idea que reflejan. 59 Cuando se enfrenten a tal incertidumbre aparente con respecto al significado de algo, no lo juzguen. 60 Recuerden la santa Presencia de Aquel Que se les dio para que fuese la Fuente de todo juicio.
T19.5.3.1 [89] 61 Pongan la situación en Sus manos para que Él la juzgue por ustedes, y diga cada uno: 62 " Te entrego esto para que lo examines y juzgues por mí. 63 No dejes que lo vea como un signo de pecado y de muerte, ni que lo use para destruir. 64 Enséñame cómo no hacer de eso un obstáculo para la paz, sino a dejar que Tú lo uses por mí, para facilitar su venida".
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13 La relación santa, aquí, 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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