La oración
de nuestro señor
gráfico por
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T16.8 [81] 74
Padre, perdónanos nuestras ilusiones
15
, y ayúdanos a aceptar Nuestra verdadera Relación Contigo
16
, en la Que
no
hay ilusiones y en la Que jamás ninguna podrá infiltrarse.
75
Nuestra santidad es
17
La Tuya.
76
¿Qué puede haber en nosotros que
necesite
perdón
18
, si
Tu Santidad
es perfecta?
77
El sueño del olvido no es más que nuestra renuencia a recordar
Tu
Perdón
19
y
Tu
Amor
20
.
78
No nos dejes caer en la tentación
21
, pues la tentación
22
del Hijo de Dios
no
es Tu Voluntad
23
.
79
Y déjanos recibir
sólo
Lo que
Tú
has dado
24
, y aceptar sólo Eso en las mentes
25
que Tú realmente creaste y Que Tú amas.
80
Amén.
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CH 16.
PERDONAR LAS ILUSIONES
16.8
EL FINAL DE LAS ILUSIONES
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 187
Bendigo al mundo porque
me bendigo a mí mismo.
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L187.1 1 Nadie puede dar lo que no tiene.
2 De hecho, dar es la prueba de que se tiene.
3 Hemos dicho esto anteriormente.
4 Pero no es eso lo que hace que sea difícil de admitir.
5 Nadie duda de que primero se debe poseer lo que se quiere dar.
6 Es en la segunda parte de la afirmación donde difieren el mundo y la percepción verdadera
1.
7 Si has tenido y has dado, el mundo afirma que has perdido lo que poseías.
8 La Verdad mantiene que dar incrementa lo que posees.
L187.2 9 ¿Cómo es esto posible?
10 Pues es seguro que si das una cosa finita, tus ojos físicos dejarán de percibirla como tuya.
11 No obstante, hemos aprendido que las cosas sólo representan los pensamientos que las hacen.
12 Y no careces de pruebas de que, cuando compartes tus ideas, las refuerzas en tu propia mente.
13 Tal vez la forma en que el pensamiento parece manifestarse cambie al darse.
14 No obstante, éste tiene que retornar al que lo da.
15 Y la forma que adopte no puede ser menos aceptable.
16 Tiene que ser más.
L187.3 17 Las ideas tienen primero que pertenecerte antes de que las puedas dar.
18 Y, si has de salvar al mundo, primero tienes que aceptar la salvación para ti mismo.
19 Pero no creerás haberla logrado hasta que no veas los milagros que trae a todos los que veas.
20 Con esto, la idea de dar se clarificará y cobrará significado.
21 Entonces podrás percibir que, al dar, tu caudal aumenta.
L187.4 22
Protege todas las cosas que valoras dándolas, y así te asegurarás de no perderlas nunca.
23
De esta manera, lo que creías no tener queda probado que es tuyo.
24
Pero no valores su forma.
25
Pues ésta cambiará y crecerá en el tiempo hasta no ser reconocible, por mucho que trates de conservarla.
26
Ninguna forma perdura.
27
Es el pensamiento tras la forma de las cosas lo que vive inmutable.
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1
Percepción
: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —
Que es donde realmente
estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre
— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que
Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir
. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la
percepción es
el proceso fundamental para sobrevivir
por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "
Percepción equivocada
". Y, cuando habiendo
decidido pensar con el Espíritu Santo
, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra
"Percepción verdadera"
gradualmente nos va a llevar al
mundo real
—que es la meta del Curso—donde,
en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría
. Ver
T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
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L E C C I Ó N 187
pár
5-7
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L187.5 28 Da gustosamente,
29 pues con ello sólo puedes ganar.
30 El pensamiento sigue vivo, y su fuerza aumenta a medida que se refuerza al darse.
31 Los pensamientos se extienden al compartirse, pues no se pueden perder.
32 No hay un dador y un receptor en el sentido que el mundo los concibe.
33 Hay un dador que conserva lo que da y otro que también dará.
34 Y ambos ganarán en este intercambio, pues cada uno dispondrá del pensamiento en la forma que le sea más útil.
35 Lo que aparentemente pierde es siempre algo que valorará menos que aquello que, con toda seguridad, le será devuelto.
L187.6 36 Nunca olvides que sólo te das a ti mismo.
37 El que entiende el significado de dar tiene que reírse de la idea de sacrificio.
38 Tampoco puede dejar de reconocer las múltiples formas en que éste se puede manifestar.
39 Se ríe lo mismo del dolor que de la pérdida, de la enfermedad
2 que de la aflicción, de la pobreza y del hambre, y de la muerte.
40 Reconoce que el sacrificio sigue siendo la única idea que yace tras todos ellos, y los cura
3 con su afable sonrisa
4.
L187.7 41
Las ilusiones que se reconocen como tales tienen necesariamente que desaparecer
5
.
42
Niégate a aceptar el sufrimiento
6
y eliminarás el pensamiento de sufrir.
43
Tu bendición desciende sobre todo el que sufre, cuando decides ver todo sufrimiento como lo que realmente es.
44
El pensamiento de sacrificio da lugar a todas las formas que el sufrimiento parece adoptar.
45
Y el sacrificio es una idea tan demente que la cordura
7
la descarta de inmediato.
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2
La
enfermedad
de todas las enfermedades, cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas, y dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver
T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
3
… en su mente
4
…
se ríe en su mente
, en el sentido de no querer creer que el o los males que esté padeciendo su cuerpo sean "realmente" reales en el Cielo, que es Donde su Alma "realmente" se encuentra, unificada con todas Las demás como Una en Cristo, el Hijo único de Dios… Es evidente que cuando esos males producen grandes dolores,
muchas veces la mente no será capaz de aquietarse y refugiarse en un instante santo
para tomar consciencia de su verdadera Realidad frente a la realidad del ego, del cuerpo que está sufriendo…
5
… en tu mente
6
… que el sufrimiento es "realmente" real. Aunque Jesús de Nazareth, antes de fallecer en medio de espantosos sufrimientos, gritó "¡Padre!, ¿Padre!, ¿por qué me has abandonado?" según lo relatan marco y Mateo… O sea, que nuestro cuerpo va a sufrir según lo dicten las leyes de la evolución y escasez y el comportamiento humano que nos toque enfrentar, tanto de uno mismo como de otros…
7
Cordura
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu que parte de la creencia en la
Verdad
y que nuestra vocación y función aquí es tratar lo más posible de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la
cordura
es el estado mental al que llegamos por medio del sentido común y del razonamiento. Ver
T6.6.2 [76], T17.7 [61]
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L E C C I Ó N 187
pár
8-11
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L187.8 46 Nunca creas que te puedes sacrificar.
47 No hay lugar para el sacrificio en lo que realmente tiene algún valor.
48 Si surge tal pensamiento, su sola presencia demuestra que se ha cometido un error que tiene que ser corregido.
49 Tu bendición lo corregirá.
50 Habiéndosete dado a ti primero, ahora es tuya para que tú también la des.
51 Ninguna forma de sacrificio o de sufrimiento puede prevalecer por mucho tiempo ante la faz de uno que ha perdonado y se ha bendecido a sí mismo.
L187.9 52 Las azucenas que te ofrece tu hermano se depositan ante tu altar junto a las que tú le ofreces a él.
53 ¿Quién podría tener miedo de mirar una santidad tan hermosa?
54 La gran ilusión del temor a Dios queda reducida a nada ante la pureza que verás aquí.
55 No tengas miedo de mirar.
56 La bendición que verás eliminará todo pensamiento de forma y, en su lugar, dejará allí eternamente el perfecto Don, el Cual aumentará eternamente, será eternamente Tuyo y eternamente ofrecido.
L187.10 57 Ahora somos uno en pensamiento, pues el miedo ha desaparecido.
58 Y aquí, ante el altar a un solo Dios, un solo Padre, un solo Creador, y un solo Pensamiento, estamos juntos como el único Hijo de Dios.
59 Sin separarnos de Aquel que es Nuestra Fuente, ni distanciarnos de un hermano que realmente forma parte de nuestro Yo Que es Uno, Cuya Inocencia nos ha unido a todos como uno, somos bendecidos y damos como recibimos.
60 El Nombre de Dios está sobre nuestros labios.
61 Y, cuando miramos en nuestro fuero interno, vemos brillar la pureza del Cielo en nuestro reflejo del Amor de Nuestro Padre.
L187.11 62
Ahora somos bendecidos y ahora bendecimos al mundo.
63
Queremos extender lo que hemos contemplado porque queremos verlo en todas partes.
64
Queremos verlo brillar con la gracia de Dios en todos.
65
No queremos que se le niegue a nada de lo que vemos.
66
Y, para cerciorarnos de que esta santa visión
8
es nuestra, se la ofrecemos a todo lo que vemos.
67
Pues allí donde la veamos, nos será devuelta en forma de azucenas que podremos depositar sobre nuestro altar, convirtiéndolo así en un hogar para la Inocencia Misma, la Cual mora en nosotros y nos ofrece Su Santidad
9
para que sea nuestra.
|
|
8
La
visión de Cristo
es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al
mundo real
, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la
experiencia de Cristo
, nuestra verdadera
Identidad
. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi
mente acertada
, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en
relaciones santas
. Ver
T11.7, T12.5 [42]
9
Santidad
, con mayúscula
, es la experiencia de perfecto Amor
o Espíritu Santo que compartimos —como Almas, unificadas como Una en el Alma única del único Hijo de Dios— entre nosotros y con Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido.
Ver
T1.1.31 [42] a [44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
16
PERDONAR LAS ILUSIONES
T16.8
EL FINAL DE LAS
ILUSIONES
pár 70-81
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T16.8 [70] 1 Es imposible abandonar el pasado
sin renunciar a la relación especial.
2 Pues la relación especial es un intento de
revivir el pasado
y cambiarlo.
3 Los desaires imaginados, el dolor que se recuerda, así como las desilusiones pasadas, las injusticias y privaciones que se percibieron, pasan todos a formar parte de la relación especial, que se convierte en el medio por el que buscas reparar tu
amor propio herido.
4 ¿De qué base dispones para escoger a una pareja especial
sin el pasado?
5
Cada elección de esas se hace por razón de algo "malo" que ocurrió en el pasado
a lo que aún te aferras, y por lo que
otro tiene que expiar.
T16.8 [71] 6 La relación especial constituye una
venganza contra el pasado.
7 Al tratar de eliminar sufrimientos
del pasado, pasa por alto el presente por estar preocupada por el pasado y por su
compromiso total con él.
8
Ninguna relación especial se experimenta en el presente.
9 La envuelven sombras del pasado y la convierten en lo que es.
10 No
tiene significado en el presente y, si en este momento no significa nada, no puede tener ningún significado
real en absoluto.
11 ¿Cómo puedes cambiar el pasado
sino fantaseando?
12 ¿Y quién te puede dar aquello de lo que tú crees que
el pasado te privó?
13 El pasado no es nada.
14 No trates de culparlo por tus privaciones, pues el pasado
ya no existe.
15 Tú no puedes
realmente no desprenderte de lo que
ya no existe
1.
16 Por consiguiente,
debe de ser que
tú estás manteniendo la ilusión de que el pasado
no ha pasado porque crees que sirve a algún propósito que tú quieres
ver realizado.
17 Y también
debe ser que ese propósito
no se puede realizar en el presente, sino
solamente en el pasado.
T16.8 [72] 18 No subestimes la intensidad del deseo del ego por vengarse del pasado
2.
19 Él es
absolutamente cruel y
completamente demente.
20 Pues el ego se acuerda de todo lo que
tú has hecho que lo ofendió, y busca que
pagues por eso.
21 Las fantasías que lleva a las relaciones especiales a las que escoge para exteriorizar su odio, son fantasías de
tu destrucción.
22 Pues el ego utiliza el pasado
contra ti y, si llegaras a
escaparte del pasado, se vería a
sí mismo privado de consumar la venganza que él cree que te mereces con toda justicia.
23 No obstante, sin tu
cooperación en tu propia destrucción, el ego no podría utilizar el pasado contra ti.
T16.8 [73] 24
En la relación especial,
estás permitiendo tu propia destrucción
.
25
Que esto es demente es obvio.
26
Pero lo que es
menos
obvio para ti es que el
presente
no te sirve de nada mientras busques la meta del ego en calidad de aliado suyo.
27
El pasado ya no existe: no trates de conservarlo en la relación especial que te mantiene encadenado a él, y que quiere enseñarte que la
salvación
se encuentra en el pasado, y que tienes que
regresar al
pasado para
salvarte
.
28
No
hay fantasía que no encierre un sueño de represalias por lo ocurrido en el pasado.
29
¿Qué quieres hacer,
actuar
representando el sueño o dejarlo ir?
|
|
1
… cuando piensas con el Espíritu Santo.
2
… tanto en el consciente como en el subconsciente
|
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T16.8
EL FINAL DE LAS
ILUSIONES
pár
74-77
|
|
T16.8 [74] 30 En la relación especial, no
parece que lo que buscas sea representar la ejecución de una venganza.
31 Y aun cuando el odio y la crueldad se abren paso brevemente, la ilusión de amor no se ve profundamente afectada.
32 Aun así, lo único que el ego
nunca permite que conciencies es que la relación especial constituye la
representación de tu venganza contra ti mismo.
33 ¿Qué otra cosa
podría ser?
34 Cuando vas en busca de una relación especial, no buscas la gloria
3
en ti.
35 Has
negado que se encuentre
ahí y, la relación se convierte en su
substituto.
36 Y, además, la venganza pasa a ser
tu substituto para el Redimir y
escapar de la venganza, tu
pérdida.
T16.8 [75] 37 Frente a la noción demente que el ego tiene de la salvación
4, el Espíritu Santo te presenta afablemente el instante santo.
38 Hemos dicho antes que el Espíritu Santo tiene necesariamente que enseñar mediante comparaciones y, que se vale de opuestos para resaltar la Verdad.
39 El instante santo es lo
opuesto a la creencia del ego que tienes fijada en ti de que la salvación se logra vengando el pasado
5.
40 En el instante santo se
acepta que el pasado ya no existe, y
al haber dejado de existir, el impulso de vengarte ha sido
arrancado de raíz y ha desaparecido.
41 La quietud y la paz del
ahora, este instante, te envuelven en la perfecta afabilidad
6.
42 Todo ha desaparecido,
excepto la Verdad.
T16.8 [76] 43 Puede que por algún tiempo todavía trates de llevar ilusiones
al instante santo, obstaculizando así tu plena concienciación de la
absoluta diferencia que existe —con respecto a todo— entre tu
experiencia de la Verdad y las ilusiones.
44 Pero no tratarás de hacer eso por mucho más tiempo.
45 En el instante santo, el poder del Espíritu Santo
prevalecerá,
porque te uniste a Él.
46 Las ilusiones que llevas contigo debilitarán por algún tiempo la
experiencia que tienes de Él, e impedirán que
retengas la experiencia en tu mente.
47 Pero el instante santo
es
7 eterno, y tus ilusiones sobre el tiempo
no impedirán que la Eternidad sea Lo que es, ni que tú
8 La
experimentes tal como es.
T16.8 [77] 48
Lo que Dios Te ha dado ha sido dado de verdad
y será recibido de verdad
.
49
Pues los dones de Dios
9
no
tienen
realidad
a menos que
tú los recibas.
50
Al
tú
recibirlos se completa
Su Dar
.
51
Los recibirás
porque
es Su Voluntad dártelos.
52
Él dio el instante santo para que te fuese dado, y es imposible que no lo recibas
porque
Él lo dio.
53
Cuando Él dispuso que Su Hijo fuese libre, Su Hijo
fue
libre.
54
En el instante santo se encuentra Su recordatorio de que Su Hijo
siempre
será
exactamente
tal como fue creado.
55
Y
todo
lo que el Espíritu Santo te enseña es para recordarte que realmente
has
recibido Lo que Dios te ha dado.
|
|
3
… el reflejo aquí de la eterna Gloria del Hijo de Dios
4
Según el ego, la salvación es sobrevivir lo mejor y más largamente posible dentro del mundo de la evolución y escasez.
5
La sobrevivencia en la evolución, en el mundo del ego, requiere que se aprenda del pasado todo lo necesario para no repetir errores en el futuro
6
… el reflejo de aquí de la eterna y perfecta Afabilidad del Cielo
7
… realmente eterno, siendo aquí el reflejo del eterno Presente del Cielo
8
… cuando por medio del perdón y de la extensión de milagros te unas como uno con el otro en la experiencia de cristo,
9
Don
con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula,
don
es el reflejo aquí del Don de Dios.
Presente
se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él.
Regalos
son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver
T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81]
|
|
T16.8
EL FINAL DE LAS
ILUSIONES
pár
78-80
|
|
T16.8 [78] 56 No hay nada que
puedas tener contra la Realidad.
57 Todo lo que tiene que ser perdonado son las
ilusiones que has guardado contra tus hermanos.
58 En efecto, la Realidad de ellos no tiene pasado y
solamente las ilusiones pueden perdonarse realmente.
59 Dios no guarda nada contra
nadie, pues es
incapaz de crear ilusiones de
ningún tipo.
60 Libera a tus hermanos de la esclavitud de
sus ilusiones perdonándolos por las ilusiones que
tú percibes en ellos.
61 Así aprenderás que
tú has sido perdonado, pues fuiste
tú quien
les ofreció ilusiones.
62 Esto es lo que se realiza por ti en el instante santo —
mientras permanezcas en el tiempo— para traerte aquí
10 la verdadera condición del Cielo.
T16.8 [79] 63 Recuerda que
siempre estás decidiendo entre la Verdad y las ilusiones; entre el
verdadero Redimir que quiere curar y el "redimir" del ego que quiere destruir.
64 El poder de Dios y todo Su Amor, sin límite, te apoyarán cuando busques únicamente tu lugar en el plan del Redimir que surge de Su Amor.
65 Sé aliado de Dios y
no del ego cuando busques cómo el Redimir te puede llegar.
66 Con Su ayuda bastará, pues Su Mensajero sabe cómo
restituirte el Reino y hacer que
toda tu inversión en la salvación se centre en tu relación con Él.
T16.8 [80] 67
Busca y
asegúrate
de encontrar Su mensaje en el instante santo
11
, donde
todas
las ilusiones son perdonadas.
68
Desde ahí, el milagro se extiende para bendecir a cada uno y para resolver
todos
los problemas, percíbanse como grandes o pequeños, posibles o imposibles de solucionar.
69
No hay
nada
que no ceda ante Él y Su majestad.
70
Unirse en estrecha relación con Él es aceptar las relaciones
como reales
12
, y por medio de su realidad
13
, abandonar
todas
las ilusiones a cambio de la Realidad de Tu Relación
14
con Dios.
71
Alabada sea tu relación con Él y con ningún otro.
72
La Verdad reside ahí,
y no en ninguna otra parte
.
73
O Escoges esto o escoges
la nada
.
|
|
10
… el reflejo de…
11
El
instante santo
es aquí, la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios y de todos nosotros —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— Uno en Su Hijo; por consiguiente,
el instante santo no puede ser para ti solo
; puede durar desde una fracción de segundo hasta minutos y horas, y se inicia cuando dejas de lado tu identificación con el ego y su realidad, e invitas al Espíritu Santo a pensar "
nos
" contigo en tu espíritu, la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios. En ese presente, en el que temporalmente no hay pasado ni futuro y, por tanto, estamos momentáneamente libres de culpa, preparas tu mente con todos los medios que te ofrece el
Curso
, para que por medio del perdón y de la extensión de milagros, llegues a ver a Cristo en el otro y, por consiguiente, en ti mismo; y lo harás tantas veces como sea necesario hasta que experimentes y conciencies que al ser su Alma y La tuya realmente Uno en la Eternidad,
Allá, al no haber individualidades
, no hay nada que perdonar, aunque aquí, aparentemente sí, y de acuerdo a las propias normas del mundo y sus individualidades separadas y en permanente conflicto unas contra otras. El instante santo se expresa plenamente en la relación santa, y cuando ésta comienza, la meta de la relación pasa a ser exactamente lo opuesto de la relación especial que era antes, por eso es imposible que el instante santo llegue a cualquiera de los dos sin el otro y, además, les va a llegar a ambos con que lo pida uno de los dos. Nuestra meta es tratar de convertir cada situación en un instante santo, de manera que nuestras vidas se vuelvan un instante santo permanente en el que, además, ponemos nuestro futuro en las Manos de Dios. Ver
T15.5 a T15.9
12
… las relaciones santas, reflejo aquí de la eterna Unicidad,
13
… el reflejo aquí de la Realidad del Cielo,
14
… como Cristo, Su único Hijo,
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T16.8
EL FINAL DE LAS
ILUSIONES
pár
81
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T16.8 [81] 74
Padre, perdónanos nuestras ilusiones
15
, y ayúdanos a aceptar Nuestra verdadera Relación Contigo
16
, en la Que
no
hay ilusiones y en la Que jamás ninguna podrá infiltrarse.
75
Nuestra santidad es
17
La Tuya.
76
¿Qué puede haber en nosotros que
necesite
perdón
18
, si
Tu Santidad
es perfecta?
77
El sueño del olvido no es más que nuestra renuencia a recordar
Tu
Perdón
19
y
Tu
Amor
20
.
78
No nos dejes caer en la tentación
21
, pues la tentación
22
del Hijo de Dios
no
es Tu Voluntad
23
.
79
Y déjanos recibir
sólo
Lo que
Tú
has dado
24
, y aceptar sólo Eso en las mentes
25
que Tú realmente creaste y Que Tú amas.
80
Amén.
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15
… del hijo pródigo que todavía creemos que somos
16
… como Almas Uno en Cristo, Tu único Hijo, y Uno Contigo en Tu eterna Unicidad
17
… aquí, reflejo de
18
… en el Cielo
19
… al hijo pródigo, como si nunca se hubiera alejado
20
… Que es Tu Pensamiento que nos creó
21
… de seguir creyendo que somos estos cuerpos separados unos de otros y de Ti
22
… de separarnos de Ti
23
… Que es que todos, sin excepción, somos Tu Hijo único, eternamente Uno Contigo en el Amor Que es el Espíritu Santo
24
… Amor, paz y alegría
25
… o Almas
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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