gráfico por
©Deposit Photos
|
T23.5 [55] 70
Los que conciencian la fuerza de Dios
18
, jamás podrían
pensar
en batallas.
71
¿Qué
sacarían
con ello sino la
pérdida
de su perfección?
72
Pues todo aquello por lo que se lucha en el campo de batalla es del cuerpo: algo que parece ofrecer o que posee.
73
Nadie que sepa que realmente tiene se buscaría limitaciones, ni
daría valor
a los ofrecimientos del cuerpo.
74
La insensatez de conquistar resulta bastante evidente desde la aquietada esfera que sobrevuela el campo de batalla.
75
¿Qué puede estar en conflicto con todo?
76
¿Y qué hay ahí que, ofreciendo
menos
, pudiese ser
más
deseable?
77
¿A quién que esté respaldado por el Amor de Dios, podría resultarle difícil decidir entre extender milagros y matar?
UCSM TEXTO CH 23, V
T23.5
EL MIEDO A LA VIDA
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 258
Recordaré que Dios es mi meta.
|
L258.1 1
Lo único que se necesita es entrenar nuestras mentes para que pasen por alto todos los objetivos insignificantes y absurdos, y recuerden que nuestra meta es Dios.
2
Su recuerdo se encuentra oculto en nuestras mentes
1
, eclipsado tan sólo por nuestras metas insubstanciales e insignificantes que no ofrecen nada y, además, que no existen.
3
¿Acaso vamos a seguir permitiendo que la gracia de Dios siga brillando sin que se conciencie, mientras preferimos ir en pos de los juguetes y las baratijas del mundo?
4
Dios es nuestra única meta, nuestro único Amor.
5
No tenemos otro objetivo que recordar a Dios.
L258.2 6
Padre, nuestra meta no es otra que seguir el camino que conduce a Ti.
7
No tenemos otra meta sino ésa.
8
¿Qué otra cosa podríamos querer que no fuese recordarte?
9
¿Qué otra cosa podríamos buscar que no fuese nuestra Identidad
2
?
|
1
El
residuo bendito
es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Ver
T5.7 [60] 7
2
Identidad
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas, somos realmente Uno, y Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la
identidad
del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver
T7.10 [97], T20.9 [68]
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
23
LA GUERRA CONTRA TI MISMO
T23.4
SALVACIÓN SIN TRANSIGENCIAS
41-46
[LA LECTURA DE TEXTO ESTÁ EN ESPERA
PARA EL FIN DE SEMANA]
|
T23.4 [41] 1
¿Acaso no es cierto que
no
reconoces algunas de las formas en que el ataque se puede manifestar?
2
Si es cierto que el ataque en
cualquiera
de sus formas te hará daño, y que te hará tanto daño como cualquiera de las formas que
sí
reconoces, entonces se
tiene
que concluir que no siempre
reconoces
la fuente del dolor.
3
Cualquier forma de ataque es igualmente destructiva.
4
Su
propósito
no cambia.
5
Su única intención es matar, y ¿qué
forma
de matar puede encubrir la inmensa culpabilidad
1
y el miedo
2
frenético a ser castigado que el asesino
tiene
necesariamente que sentir?
6
Puede que niegue
ser
un asesino y que justifique su salvajismo con sonrisas mientras ataca.
7
No obstante, va a sufrir, y verá su intención en pesadillas en las que las sonrisas habrán desaparecido y, donde su propósito sale al encuentro de su horrorizada concienciación, que lo sigue acosando.
8
Pues nadie que piense asesinar puede escapar de la culpabilidad que ese
pensamiento
conlleva.
9
Si la
intención
del ataque es la muerte, ¿qué importa la forma que adopte?
T23.4 [42] 10
¿Podría
cualquier
forma de muerte
3
, por muy hermosa y caritativa que
parezca
, ser una bendición y un signo de que la Voz Que habla por Dios le está hablando a tu hermano a través de ti?
11
La envoltura no es el regalo o presente que das.
12
Una caja vacía, por muy bella que sea y por mucha amabilidad que se tenga al darla, sigue estando vacía.
13
Y ni el que la recibe
ni el que la da
, podrán seguir engañándose por mucho más tiempo.
14
Niégale
el perdón
4
a tu hermano y lo estarás
atacando
.
15
No le
das
nada y recibes de él lo que le diste.
|
|
1
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo que así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T4.5 [61], T5.7 [61], T5.7 [64] 38-39, T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
2
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
3
Cuando pensamos con el ego, la
muerte
es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Cuando pensamos con el Espíritu Santo, creemos que la
muerte
no es nada y que cuando nuestro cuerpo, nuestro ego y nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que como Almas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, somos eternos. Ver
T9.11 [96], T10.2 [13] 80, L163, M27
4
Perdonar
es un proceso que comienza cuando decido que quiero ver al mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad —Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T15.9 [79] 6, T16, T17.7, LTe.1 (-221)
|
|
T23.4
SALVACIÓN SIN TRANSIGENCIAS
pár 43-44
|
|
T23.4 [43] 16
La salvación
5
no transige en absoluto.
17
Transigir es aceptar sólo una
parte
de lo que quieres: tomas sólo un poco y
renuncias
al resto.
18
La salvación no renuncia a nada.
19
Es completa para todos.
20
Si se permite que la
idea
de transigir penetre la mente, se pierde la concienciación del
propósito
de la salvación porque no se reconoce.
21
Se
niega
ese propósito cuando se ha aceptado la transacción, pues transigir es creer que la
salvación
es imposible.
22
La idea de transigir sostiene que puedes atacar un poco, amar otro poco, y
darte cuenta de la diferencia
6
.
23
Así quiere enseñar que un poco de lo mismo puede todavía ser diferente, y, sin embargo, permanecer intacto, cual uno.
24
¿Tiene significado
7
esto?
25
¿Es que acaso
es
comprensible?
T23.4 [44] 26
Este
Curso
es fácil precisamente
porque
no transige.
27
A pesar de eso, a los que todavía creen que transigir es posible les
parece
difícil.
28
No
se dan cuenta de que, si lo fuese,
la salvación sería un ataque
.
29
Es indudable que creer que la salvación es imposible
no
puede propiciar la tranquila y serena certidumbre de que ha llegado.
30
El perdón no
se
puede negar sólo un poco.
31
Tampoco es posible atacar por una razón, amar por otra y
comprender
lo que es el perdón.
32
¿Es que no
quieres
reconocer lo que constituye un asalto a tu paz de
cualquier
forma, si sólo de esa manera resulta imposible que la
pierdas
de vista?
33
Puedes
mantener tu paz
8
brillando ante tu visión
9
, eternamente clara y sin
nunca
perderla de vista, siempre que no la
defiendas
.
|
|
5
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez, queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T11, T31, L96, L186, LTe.2 (-L231)
6
… son los "convenios" que se celebran a diario en la relación especial, de manera de hacerla aguantable…
7
Significado,
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
significado
es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver
T20.7 [45]
8
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.3 [38], T6.6.2, L200
9
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la
visión de Cristo
, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
|
|
T23.4
SALVACIÓN SIN TRANSIGENCIAS
pár 45-46
|
|
T23.4 [45] 34
Los que creen que
se puede
defender la paz y que en su defensa se
justifica
atacar,
no
pueden percibir que la paz se encuentra en ellos.
35
¿Cómo
podrían
saberlo?
36
¿Acaso podrían
aceptar
el perdón y al mismo tiempo creer que hay algunas formas de matar con las que se puede
salvar
la paz?
37
¿Estarían
dispuestos
a aceptar el hecho de que su propósito salvaje va dirigido contra ellos mismos
10
?
38
Nadie se une al enemigo ni es uno con él en cuanto a propósito se refiere.
39
Y nadie
transige
con un enemigo sino que lo sigue odiando por razón de lo que éste
le privó
.
T23.4 [46] 40
No confundas una tregua con la paz, ni transijas para
escapar
del conflicto.
41
Estar
libre
de conflicto quiere decir que éste
se haya acabado
.
42
La puerta quedó abierta; te
fuiste
del campo de batalla
11
.
43
No
te has quedado dando vueltas por ahí con la esperanza del cobarde que —porque los cañones están silenciosos de momento y el miedo que ronda este lugar de muerte no es aparente— cree que el conflicto no va a regresar.
44
No
hay
seguridad en un campo de batalla.
45
Puedes observarlo a salvo desde lo alto
sin
ser alcanzado.
46
Pero en medio de él,
no
puedes encontrar
ninguna
seguridad.
47
Ni uno solo de los árboles que aún quedan en pie te va a resguardar.
48
Ni una sola ilusión de protección sirve de escudo contra la fe en la matanza.
49
He aquí el cuerpo, vacilando entre el deseo natural
12
de comunicarse y la intención antinatural
13
de matar y morir.
50
¿Crees que hay alguna
forma
de matar que ofrezca seguridad?
51
¿Puede la culpabilidad
ausentarse
de un campo de batalla?
52
[No sigas en conflicto, pues no
hay
Guerra sin ataques].
|
|
10
… porque en el eterno Presente de la Unicidad todas nuestras Almas igualmente perfectas y eternas son Una en el Alma única del úinico Hijo de Dios…
11
… al dejar de pensar con el ego
12
… del Cielo,
13
… del ego
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
23
LA GUERRA CONTRA TI MISMO
T23.5
EL MIEDO A LA VIDA
47-55
[LA LECTURA DE TEXTO ESTÁ EN ESPERA
PARA EL FIN DE SEMANA]
|
|
T23.5 [47] 1
Tener miedo
1
a Dios es tener miedo a la
Vida
2
, y
no
a la muerte.
2
No obstante, Dios sigue siendo el único refugio seguro.
3
Él no ataca, ni ninguna clase de ilusión acecha el Cielo
3
.
4
El Cielo es
completamente
verdadero.
5
Nada que sea diferente entra en Él, y lo que es
todo
igual no puede entrar en conflicto
4
.
6
No
se te pide que luches
contra
tu deseo de matar
5
.
7
Pero sí se te
pide
que te des cuenta de que la
forma
que este deseo pueda adoptar disimula la intención del
mismo
6
.
8
Y es
la intención
lo que te asusta,
no
la forma.
9
Lo que
no es
Amor
7
mata.
10
Lo que no es amoroso
tiene
que ser un ataque.
11
Cada
ilusión es un asalto a la Verdad
8
, y cada ilusión
9
agrede la idea del Amor, porque parece tan verdadera como Aquella.
|
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1
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
… Y, ¿cuántas veces Le hemos rogado y recibido sólo Su silencio…?
2
Según este
Curso
, la
Vida
, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente del Cielo o Realidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas y eternas, somos Uno en el único Hijo de Dios, Cristo, Que es Uno con Dios en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
vida
quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo, o de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver
T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
3
Cielo
, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, Una en el Alma única de Cristo, Su Hijo, a saber que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver
T4.2 [19] 103, T4.4 [41] 3-5, T9.11 [103] 75, L138
4
… ¿Estás dispuesto a
querer creer
que: realmente todos somos Almas perfectas y eternas, todas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, y que realmente no estamos aquí, en el tiempo y el espacio, sino en Su eterna Unicidad, de la Cual realmente nunca nos hemos separado; que este querer creer curará todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque sanará a tu mente que pensaba que todas estas cosas eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba? Y, ¿qué es lo que el Curso nos pide…? Primero, nos pide
querer creer
en la Verdad que nos propone en los textos, a saber: Que Dios —a Quien nadie ha visto ni oído— existe; es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; que Dios no creó más nada; y, por eso, que nada de Ésa, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe; por consiguiente, que no somos cuerpos; que nuestra mente tiene dos partes: la del
ego
, que creó en falso o "hizo" el tiempo y el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez; un ego con el que mantenemos un interminable diálogo interno de "yo", "yo", "yo". En esto radica
aquí
, la paz de Dios: Aquietémonos un instante y olvidémonos de todas las cosas que alguna vez aprendimos, de todos los pensamientos que tuvimos, y de todas nuestras ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. Olvidémonos de nuestras propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabemos realmente cuál es. Dejemos que toda imagen que tengamos sobre cualquier persona se desprenda de nuestras mentes y desaparezca. Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Aquiétate bien por un instante. Ven sin ninguno de los pensamientos que alguna vez aprendiste, y deja a un lado todas las imágenes que hiciste. Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. No se te pedirá que aprendas más que esto. Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es
desprenderte
de los pensamientos que realmente no querías, y que
nunca
fueron verdaderos. Ver
T31.1 [12] T31.2 [22]
5
… para sobrevivir, cuando haga falta…
6
… que es probar que un Dios de Amor que haya podido crear este mundo: o no existe; o no es amoroso sino todo lo contrario: caprichoso y castigador
7
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetuas Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3[2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T10.2 [10] [11], T11.9 [77], T11.9 [83], T12.5 [37], T20.6 [38], T29, L46, L50, L67, L68, L195
8
La
Verdad
, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
9
Ilusión
es todo lo "hecho" por nuestro ego primordial, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T8.5 [41], T8.7 [68] 113, T16, T21.3 [28] 96 T27.9 [82] 37 y 38
|
|
T23.5
EL MIEDO A LA VIDA
pár 48-50
|
|
T23.5 [48] 12
¿Qué puede ser
igual
a la Verdad y, no obstante, diferente?
13
Matar y amar son incompatibles.
14
Pero si
ambos
fuesen verdad, entonces tendrían que ser
lo mismo
e indistinguibles el uno del otro.
15
Y así
lo van a
ver los que ven al Hijo de Dios como un cuerpo
10
.
16
Pues el cuerpo
no
es lo que es semejante al Creador del Hijo.
17
Y lo que no tiene Vida no puede
ser
el Hijo de la Vida.
18
¿Cómo puede extenderse el cuerpo para abarcar todo el Universo?
19
¿Puede acaso
crear
y
ser
lo que crea?
20
¿Y puede ofrecerle a sus creaciones
todo
lo que él es sin sufrir
nunca
ninguna pérdida?
T23.5 [49] 21
Dios no comparte Su función con un cuerpo.
22
Él
dio
la Función de crear a Su Hijo
porque
es la Suya Propia.
23
No
es pecado creer que la función
11
del Hijo es matar, pero sí que
es
una locura.
24
Lo que es lo mismo no puede
tener
una función diferente.
25
La Creación es el medio por el que Dios se extiende a Sí Mismo, y lo que es de Él
tiene
necesariamente que ser también de Su Hijo.
26
Pues, o bien el Padre
y
el Hijo son asesinos o bien ninguno lo es.
27
La Vida no es hacedora de la muerte, puesto que crea a Su Semejanza.
T23.5 [50] 28
La amorosa luz de tu relación
12
es
como el Amor de Dios.
29
No obstante, ella no puede asumir aún la sagrada función que Dios encomendó a Su Hijo, puesto que todavía no se han perdonado completamente uno al otro y, por eso, no se puede extender el perdón a
13
toda
la Creación.
30
Cada forma de matar y de atacar que todavía te atrae y que aún no has reconocido como lo que realmente es, limita la curación y los milagros que
tienes
el poder de extender a todos.
31
Aun así, el Espíritu Santo sabe cómo multiplicar esos pequeños presentes y hacerlos poderosos.
32
También entiende lo que hace que tu relación se eleve
por encima
del campo de batalla, para que no siga
en
él.
33
Esto es lo que tienes que hacer: reconoce que matar de la forma
que sea
,
no
es realmente tu voluntad.
|
|
10
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
11
… el reflejo aquí de la eterna Función del Hijo de crear con Dios
12
…
santa,
que es el reflejo en este mundo de la eterna Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas en Cristo, el único Hijo de Dios, Que Él creó y con Quien es Uno en Su Unicidad, Que es donde realmente estamos y, por lo tanto, es nuestra verdadera Realidad. La relación santa es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les permite alejarse gradualmente de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus, que son la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Es un proceso, generalmente largo, que se inicia cuando dos o más personas que han logrado, en un instante santo, perdonarse totalmente una a la otra, se unen en una meta común a favor de otro u otros, a los que también van a querer perdonar. Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere por medio de sus espíritus; finalmente, cuando en instantes santos privilegiados sus mentes experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora piensen, perciban y actúen principalmente con sus espíritus, extendiendo el Amor del Espíritu Santo a todos y a todo, curando así en sus mentes al mundo de los efectos de la separación. Ver
T17
13
… el reflejo aquí de
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T23.5
EL MIEDO A LA VIDA
pár 51-53
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T23.5 [51] 35
Elévate y, desde un lugar más elevado, obsérvalo.
36
Desde ahí, tu perspectiva será muy diferente.
37
Cuando estás aquí, en medio de la batalla campal, ésta
ciertamente
te parece real.
38
Estás aquí porque has
decidido
ser parte del conflicto.
39
Estás
aquí porque decidiste matar.
40
No obstante, desde lo alto, la decisión es extender milagros
en vez
de matar.
41
Y la perspectiva
que tienes
debido a esta decisión te muestra que la batalla
no
es real y que es fácil escaparse de ella.
42
Los cuerpos pueden batallar, pero el choque entre formas no significa nada.
43
Y éste
cesa
cuando te das cuenta de que realmente nunca había empezado.
44
¿Cómo puedes percibir una batalla como inexistente, si
estás participando
en ella?
45
¿Cómo puedes
reconocer
la Verdad de los milagros, si tu decisión es matar?
T23.5 [52] 46
Cuando la tentación de atacar se presente para obnubilar tu mente y volverla asesina, recuerda que
puedes
ver la batalla desde arriba.
47
Incluso cuando se presenta en formas que
no
reconoces, conoces las señales:
48
una punzada de dolor, un ápice de culpabilidad, pero sobre todo,
la pérdida de la paz
.
49
Esto lo conoces muy bien.
50
Cuando suceda, no abandones tu lugar en lo alto, sino decide rápidamente extender un milagro
14
en vez
de matar.
51
Y Dios Mismo, así como todas las luces del Cielo, se inclinarán afablemente hacia ti para apoyarte.
52
Pues habrás decidido permanecer donde Él quiere que estés, y
no
hay ilusión que pueda atacar la paz de Dios cuando Él está
junto
a Su Hijo.
T23.5 [53] 53
No mires a nadie desde el campo de batalla, pues lo estarías viendo desde un lugar que realmente no existe.
54
Ahí
no
tienes un punto de referencia desde donde mirar, donde dar significado a lo que ves.
55
Pues sólo los cuerpos
pueden
atacar y matar y, si ése es tu propósito
15
, entonces
tienes
necesariamente que ser uno con ellos.
56
Sólo un
propósito
16
unifica, y a los que lo comparten, sus mentes se vuelven una.
57
El cuerpo no
tiene
un propósito para compartir,
por eso
vive solo.
58
Visto desde abajo
17
, no
se
puede superar al cuerpo.
59
Visto desde arriba, se observa que las limitaciones que impone antes a los que todavía batallan han desaparecido y, por tanto,
no
se perciben.
60
El cuerpo se interpone entre el Padre y el Cielo que Él creó para Su Hijo,
precisamente
porque no tiene ningún propósito común.
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14
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
15
… por estar pensando, percibiendo y actuando con el ego,
16
… según el Espíritu Santo, porque has decidido pensar y percibir con Él,
17
… en el campo de batalla,
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T23.5
EL MIEDO A LA VIDA
pár 54-55
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T23.5 [54] 61
¡Piensa en lo que se les da a los que comparten el propósito de su Padre y, además,
saben
que también es el de ellos!
62
No anhelan nada.
63
Cualquier clase de tristeza les es inconcebible.
64
Sólo conciencian la Luz que aman, y sólo el Amor brilla sobre ellos para siempre.
65
El Amor constituye su pasado, su presente y su futuro, siempre igual, eternamente completo y totalmente compartido.
66
Ellos
saben
que es imposible que su felicidad pueda realmente sufrir cambios de cualquier tipo.
67
Tal vez pienses que el campo de batalla todavía
puede
ofrecerte algo que puedas ganar.
68
¿Acaso puede ser alguna cosa que te ofrezca una calma perfecta y una sensación de Amor tan profunda y tranquila, que ninguna sombra de duda pudiera alguna vez enturbiar tu certeza?
69
¿Y, además, que vaya a durar eternamente?
T23.5 [55] 70
Los que conciencian la fuerza de Dios
18
, jamás podrían
pensar
en batallas.
71
¿Qué
sacarían
con ello sino la
pérdida
de su perfección?
72
Pues todo aquello por lo que se lucha en el campo de batalla es del cuerpo: algo que parece ofrecer o que posee.
73
Nadie que sepa que realmente tiene se buscaría limitaciones, ni
daría valor
a los ofrecimientos del cuerpo.
74
La insensatez de conquistar resulta bastante evidente desde la aquietada esfera que sobrevuela el campo de batalla.
75
¿Qué puede estar en conflicto con todo?
76
¿Y qué hay ahí que, ofreciendo
menos
, pudiese ser
más
deseable?
77
¿A quién que esté respaldado por el Amor de Dios, podría resultarle difícil decidir entre extender milagros y matar?
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18
Fuerza,
con mayúscula, significa la Fuerza de Dios para crear o amar en el Cielo, una Fuerza que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula,
fuerza
—si estás pensando con el ego—significa la fuerza física o psicológica del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, quiere decir el reflejo aquí de la Fuerza de Dios y de Su Hijo de crear y amar. Ver
T7.11, L42, L47
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