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Murshid Wali Ali Meyer
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Al comienzo de un encuentro de Danzas, generalmente repetimos las palabras de la Invocaci�n Suf�. "Hacia el Uno, la perfecci�n del Amor, la Armon�a y la Belleza, El Ser Unico, Unido con todas las almas iluminadas que forman el cuerpo del Maestro, el Esp�ritu Gu�a". Esta frase expresa nuestra orientaci�n, la direcci�n de nuestra concentraci�n tanto interna como externa.
Decir "Hacia el Uno...." es una invitaci�n para recordar nuestra unicidad esencial con el Ser Unico. T� eres aquello. tat tvam asi. Es en el recordar tal unicidad que en realidad nos movemos hacia el Uno. Y, como habitualmente olvidamos la verdad de nuestro ser una y otra vez, necesitamos estar recordando constantemente esa unidad que todo-lo-incluye. De esta manera nos dirigimos a nuestro h�bito de identificarnos con un sentido del s� mismos que es limitado y que se experimenta a s� mismo como deficiente y aislado de la Fuente de todo.
Recordar nuestra unicidad con la Fuente de todo puede ser un movimiento continuo hacia el Uno basado en la respiraci�n-a-respiraci�n. Mientras que continuemos olvidando nuestra unicidad con la Fuente, necesitamos continuar movi�ndonos hacia esa unicidad.
Utilizando el "Hacia el Uno..."como una concentraci�n en la respiraci�n mientras nos reclinamos, nos sentamos, nos ponemos de pie, y mientras caminamos es una pr�ctica fundacional dada a nosotros por Murshid Samuel Lewis. El llamaba a esta pr�ctica Darud (Darood), y esta toma muchas formas. Puesto que este art�culo es para la Cofrad�a de L�deres, me concentrar� en varias sugerencias de formas como esta pr�ctica puede ser utilizada en los encuentros de Danzas.
Al puro comienzo de nuestro encuentro cuando llamas a todos los presentes a formar un gran c�rculo, p�deles que respiren "Hacia el Uno" estando totalmente en uno con su cuerpo. La primera cosa que un l�der de Danzas debe pedir, y modelar �l mismo, es volverse dirigidos hacia un punto. Traer tu atenci�n plenamente enfocada es una etapa fundamental de la pr�ctica. Habi�ndose tornado enfocado en la respiraci�n, se continua respirando natural y r�tmicamente. A medida que lo haces, lleva el recordatorio "Hacia el Uno" en pensamiento a trav�s de tanto la inhalaci�n como la exhalaci�n. Hazlo con tu coraz�n.
Habiendo comenzado en su propio cuerpo, es natural que la consciencia de los miembros del c�rculo comience a incluir a otros en el c�rculo y despu�s al c�rculo entero. Invita a que esto suceda. Y cuando te sientes como uno solo con todos los presentes, continua fundi�ndote con la Unicidad incluyendo a todas tus relaciones en la gran red de la vida. Esta pr�ctica puede durar desde 20 segundos hasta un minuto o por ah�, dependiendo del c�rculo de danzas. Cuando el l�der de Danzas lo determine, todos recitan juntos la invocaci�n Suf� entera.
Como una pr�ctica de concentraci�n de las caminatas, respirando "Hacia el Uno" se puede hacer de diversas maneras durante un encuentro. Una pr�ctica b�sica de concentraci�n es colocar tus pasos en un ritmo de cuatro/cuatro con el ritmo de tu respiraci�n. Tu meta es estar muy presente en la consciencia plena, consciente de cada paso, dejando que tu cuerpo se mueva c�modamente con la respiraci�n. Esta clase de dirigirse en una direcci�n, ya sea que quieras o no agregar la frase "Hacia el Uno", es necesaria. Una pr�ctica b�sica introductoria, como esta, es una buena manera de comenzar a armar la atm�sfera en el lugar del encuentro antes de que siquiera se forme el c�rculo inicial.
Respirando "Hacia el Uno" natural y r�tmicamente hacia adentro y hacia afuera del centro del coraz�n es el enfoque subyacente de la consciencia para la siguiente caminata. Esta caminata era una pr�ctica de suprema importancia para Murshid Samuel Lewis. Comienza de una manera muy solar pero tambi�n tiene un aspecto lunar igualmente importante. Ambos aspectos solicitan las cualidades del despertar del coraz�n y llevar a completitud nuestra concentraci�n.
Con coraje miramos hacia el sendero de nuestra vida, sintiendo brillar la luz -como- el- sol de nuestra intenci�n desde nuestro coraz�n. Es un movimiento con confianza hacia donde estamos destinados. La luz de nuestra verdadera naturaleza, el alma, es llamada a brillar directamente hacia afuera, desde el globo del coraz�n hacia el sendero de nuestra vida, iluminando nuestro sendero hacia la meta.
A la vez que estamos comprometidos en una caminata solar directa de "Hacia el Uno" sacando desde nuestro coraz�n nuestra intenci�n, somos bendecidos por otro llamado de nuestro coraz�n. A trav�s de enfocar la respiraci�n y la consciencia en el coraz�n, recuerdas abrir tu coraz�n, abrir tu naturaleza sintiente, hacia la respiraci�n que est� llevando la remembranza de "Hacia el Uno".
El despertar del coraz�n despierta tu deseo de sobreponerte a la separaci�n y al aislamiento y a convertirte uno con el Bienamado. Respirando en el coraz�n conectas tu respiraci�n con la meta de todo y sientes la atracci�n de esta como un magneto incomparable. La atracci�n del Bienamado f�cilmente completa tu intenci�n positiva. Llegas a la realizaci�n de la Unidad utilizando tanto la positividad como la receptividad, el sol y la luna.
Cuando presentas las Caminatas en los encuentros es importante no apresurar la pr�ctica. Permite que una gran parte del grupo est� de pie en el gran c�rculo practicando la concentraci�n en la respiraci�n mientras que tambi�n ponen en sinton�a la consciencia plena de su respiraci�n con aquellos que est�n caminando. Dirige peque�os grupos hacia dentro y fuera del c�rculo, tom�ndote el tiempo para permitir a las personas tener una experiencia sin estar abarrotados; esto funciona mejor.
Como un pensamiento de partida para los l�deres de Danzas, me gustar�a animarlos a que practiquen alg�n trabajo b�sico con la respiraci�n como grupo en el c�rculo de danzas, algunas veces dentro de una danza, y en pr�cticas individuales de caminatas hechas con el apoyo de otros que est�n sosteniendo la misma concentraci�n en el mismo momento. Dale a la respiraci�n un poco de tiempo para que se asiente.
Amor y Bendiciones,
Wali Ali