1- Establecer un horario y mantenerlo lo más posible.
Haga que el día se predecible en la medida de lo posible. Trate de establecer rutinas o rituales nocturnos a la hora de dormir o en las mañanas. Pudiera ser algo como: tiempo de juego, cena, ducha, ponerse la pijama, leer una historia e ir a dormir. Puede quizás agregar un masaje corto en los pies o en las manos con loción por el olor y el contacto físico sano que con el tiempo pueden asociar con la hora de dormir.
2- Simplifique su horario.
¿Realmente tiene que hacer todo lo que tiene que hacer ahora? ¿Tiene que participar en todas las actividades? El tiempo de calidad es importante, y usualmente cuando estamos involucrados en demasiadas actividades no podemos dar nuestra atención, afecto y cuidado a aquellos que lo necesitan más.
3- Asegúrese de brindar transiciones.
En el día a día: hágale saber 15, 10 o 5 minutos antes de cambiar de una actividad a la otra. De esta manera les ayudará a prepararse y ajustarse para lo que viene. Algunos de estos niños pueden tardar un poco más en procesar la información y tenemos que estar consciente de esto para ser pacientes. Por ejemplo: ''Lucía, en 15 minutos vamos a cenar...'' ''Mi amor en 5 minutos guardamos los juguetes para ir a cenar''. Y cuando llegue el momento ha estado preparada y mas dispuesta a hacerlo. (Si no lo hace recuerde la respuesta IDEAL, que volveremos a abordar en boletines en el futuro).
Con el tema de transiciones grandes como mudanzas de una casa a otra o cambio de escuelas, sería beneficioso hablarlo con su hijo con meses de anticipación de ser posible. También hacer un Libro de Vida con su hijo/a acerca de su pasado y presente puede ayudarle a hacer sentido de su historia. Agregar fotos, dibujos, notas hechas por ellos o por ustedes de su antiguo hogar o institución donde vivieron. Que incluya de dónde vinieron, cómo / cuándo llegó a su familia, quien era parte de su familia, etc.
|