Despreciado y rechazado por los hombres,
varón de dolores, hecho para el sufrimiento.
Todos evitaban mirarlo;
fue despreciado, y no lo estimamos.
Isaías 53:3
Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
Hebreos 4:15-16
Vemos la profecía acerca de Jesús en Isaías, que él mismo experimentó dolor, abuso, rechazo, etc. Y se nos recuerda en Hebreos que el es capaz de compadecerse de nuestras debilidades. Él conoce lo que pasaron los chicos y es empático con ellos y con nosotros. Todos tenemos nuestra historia y todos hemos experimentado dolor y sufrimiento de maneras diferentes. Vemos que Jesús se puso de nuestro lado para darnos amor, gracia y misericordia. Oramos que Dios nos de a cada uno de los que estamos en la vida de un niño, niña o adolescente con un pasado difícil, un corazón y mente dispuesta a llegar a su nivel para ayudarlos a salir de ahí.
En Filipenses 1:6 nos recuerda que el que comenzó tan buena obra en nosotros la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. Eso nos incluye a los adultos y a los niños.
Podemos avanzar confiadamente en sus promesas y que el no nos va a dejar donde nos encontró. El camina en y con nosotros y no se rendirá.
|