Dios constantemente nos llama a recordar lo que Él ha hecho; recordar de dónde nos ha traído, recordar que abrió el mar rojo y liberó a su pueblo. Al recordar todo esto, nos lleva a dar gracias. Darle gracias por su fidelidad, su presencia, su gracia y misericordia.
La forma en que Dios diseñó nuestro cerebro hace que funcione mejor cuando hablamos y pensamos en modo de agradecimiento y con un enfoque positivo. Conexiones nuevas y sanas están siendo formadas en nuestro cerebro cuando decidimos enfocarnos en lo bueno. Redirigir nuestros pensamientos y acciones crea nuevos patrones de relación lo que impacta directamente a los niños que Dios ha traído a nuestras vidas.
Este ha sido un año seguramente lleno de altas y bajas, alegrías y tristezas, crisis y avances, frustraciones y sanidad, y todo esto ha sido parte de la historia que Dios está escribiendo en y a través de ti y tu familia. Él nos está transformando y enseñando a todos en el proceso. Puede ser especialmente difícil cuando las cosas están fuera de nuestro control y a pesar de todos nuestros esfuerzos las cosas parecen no ir a ningún lado, pero no pierdas la esperanza. Mantén la fe y toma ánimo. Sigue amando y quédate en el camino.
Al mirar atrás, te pedimos que identifiques un área en la que quisieras mejorar en tu relación con tu hijo/a y mira este año que comienza como nueva oportunidad para trabajar en ello. Ya sea enfocarte en mirar a tu hijo a los ojos más seguido, escucharle con más atención, separar tiempo para trabajar en un hobby o actividad para fortalecer su relación, usar palabras amables o un toque suave para mostrar afecto más frecuentemente, ayudarle a sentirse seguro, o enseñarles a usar sus palabras, ver el mensaje detrás de su conducta, etc. Pero sólo elige una para empezar!
Además, elige perdonarte a ti y a tu hijos y enfócate en las nuevas oportunidades que Dios te está dando este año 2017.
|