¿No crees que es bueno saber que nuestra vida entera es una expresión de adoración hacia Nuestro Dios? No debería existir ningún tiempo, ni temporada o momento en el cuál no estemos dándole a Dios todo lo que somos y tenemos, no sólo el mínimo.

Es un gozo real el estar rodeados e influenciados por la Palabra de Dios. Nuestra adoración al Señor es nuestro agradecimiento por llevarnos por el camino correcto. No debemos conformarnos con la mediocridad, necesitamos tocar a Dios con nuestra fe.

Estamos en una temporada de compartir y celebrar. Es por el nacimiento de Jesucristo que le prestamos atención a esta época del año. La buena noticia es que podemos celebrarlo cada día de nuestra vida con nuestra adoración y servicio, no sólo durante la temporada de navidad.

Todos tenemos un día en el que celebramos algún evento. Hagamos de cada uno de nuestros días, el día de celebración a Dios ofrendándole todo nuestro ser.
Randy Morrison
¡Conéctate con nosotros!
SIGUE FLUYENDO, NO SE DETIENE...
 La adoración es continua. No se trata acerca de nosotros, sino de nuestra devoción y honra a Dios. El Señor busca a aquellos que están en continua relación con Él. Nuestra relación con Dios crece y se manifiesta a través del nivel y profundidad de nuestra adoración. Esto significa que nunca debemos esperar hasta que algo esté mal en nuestra vida para expresar nuestra adoración a Dios. Debemos entregarnos cada vez más. En lugar de darle a Dios lo que nos sobra, debemos darle todo lo que tenemos y aún más. Este es el nivel de interacción que nos prepara para superar  procesos difíciles e inesperados en la vida.
 
Recuerda: La actitud de un adorador se determina por la importancia que le da Dios sobre todas sus posesiones terrenales.
 
Lee, reflexiona y actúa de acuerdo a:  
Salmo 29:1-2

NO ES UN LUGAR... 
La adoración no es estática, nunca debe detenerse y no está asignada a un lugar o momento específico. El único lugar en donde se debe arraigar es en nosotros mismos. Debe fluir continuamente de nosotros hacia Dios. Debemos estar siempre abiertos a evaluar la calidad de nuestra adoración, pues esto refleja el valor que le damos a Dios. Él está buscando que nosotros caminemos diariamente a su lado, no sólo el tiempo que dura el servicio dominical en la Iglesia. Muchas veces sólo queremos ir a lugares donde nos sentimos bien. Cuando Dios es nuestra prioridad, de manera natural, estaremos adorándolo en todo lo que hacemos y en cualquier lugar.

Recuerda: La sustancia vital de la verdadera adoración a Dios se determina por la influencia que Él tiene en nuestra vida.

Lee, reflexiona y actúa de acuerdo a:  Juan 12:1-8


     
SE DESDE NUESTRA ENTREGA 
Dios ve nuestra actitud cuando lo adoraramos. El estar enamorados de Dios no debe ser un estado mental que sólo se siente al experimentar la salvación por primera vez. Debemos ser capaces de permanecer fuertes y decir, Cada día amo más a mi Señor que el día anterior. Podemos hacer esto con toda confianza pues Dios nos sostiene en todo momento. Si nos comprometemos y actuamos, caminado con Dios en todo momento, nunca vamos a experimentar una desconexión. Nuestra conexión, nuestra relación y nuestro deseo de pasar tiempo con Él, es lo que determina nuestra actitud. Nunca debemos pasar un día, o parte del día sin estar conectados a Él. Adorémosle con nuestra devoción y honor, hagamos lo que sea necesario para tener la actitud de un verdadero adorador.

Recuerda: Nuestra adoración se demuestra por nuestra entrega, afecto y actos que honren a Dios; no se demuestra con simples palabras.

Lee, reflexiona y actúa de acuerdo a:  Malaquías 1:6

¡Conéctate con nosotros!